/ lunes 23 de marzo de 2020

Es lo de hoy | ¿Esfuerzo o privilegio?

Uno de los eventos históricos recientes que nos cimbró como sociedad y como país, sucedió hace exactamente 26 años.

El 23 de marzo de 1994, los mexicanos fuimos fuertemente lastimados con el asesinato de quien fuera candidato del PRI a la Presidencia de la República, el político sonorense, Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Dicen algunos cronistas de la época que su destino estaba echado desde 17 días antes cuando pronunció ese emotivo discurso en el Monumento a la Revolución de la Ciudad de México.

Entre muchas otras cosas, se refirió a que él provenía de “una cultura del esfuerzo, no del privilegio”. ¡Hace 26 años! ¿Y cómo vamos en ese tema?

Todos los de aquí, de allá y más allá, sabemos que en un gran número de gobiernos locales del país, se mantiene uno de los que, a mí parecer, es de los grandes males de la administración pública: el nepotismo. Es decir, prevalece al paso de los años la cultura del privilegio, no del esfuerzo.

Siempre se ha hablado que para desempeñar un buen papel al ocupar un cargo de mando, ya sea en una empresa privada o en el sector público, es requisito indispensable tener colaboradores capaces, responsables y comprometidos con el proyecto en turno. Sin embargo, la toma de decisiones se ha inclinado por formar equipo de conocidos, familiares y amigos.

¿Se vale?

Ante la opinión pública existen generalmente dos vertientes: la legal y la moral. Hay medidas que son legales, pero no necesariamente son bien vistas moralmente. Este caso es un ejemplo. Los compadrazgos y el amiguismo deberían ser desterrados, de una vez por todas, de las instituciones gubernamentales.

Hace 17 años se publicó en el Diario Oficial el decreto sobre el Servicio Profesional de Carrera, que pretendía elevar los niveles de eficiencia y eficacia de los servidores públicos con base en los méritos de los interesados. Sé que hay cargos que se ocupan en el congreso federal basados en ese principio, pero no es un tema común en los gobiernos estatales y municipales.

Las decisiones que repercuten en un país, en un estado o en un municipio deben ser tomadas por personas capaces, preparadas, con sentido común, vocación de servicio y con una sensibilidad de las necesidades sociales, y no por personas cuyo mayor mérito es ser familiar, amigo o persona cercana al poder.

Creo que es tiempo de impulsar la llamada meritocracia y que destaquen las personas talentosas con conciencia social.

Hay Quórum

La semana que terminó, digamos que no fue buena para la transparencia en México.

La Comisión de Anticorrupción, Transparencia y Participación Ciudadana del Senado de la República dictaminó en contra, por decisión mayoritaria, de obtener mayor información sobre algunos temas que ha cuestionado la ciudadanía.

Entre otros, los legisladores impidieron exhortar al Poder Ejecutivo para que informara sobre el proceso que se realizó para la compra de 612 pipas de gasolina el año pasado.

Tampoco permitieron que se exhortara al Poder Ejecutivo para que garantice a la ciudadanía el derecho de acceso a la información.

Con base en otro dictamen los legisladores no permitieron exhortar a la Secretaría de la Función Pública para que investigue y sancione a servidores públicos que pudieran estar involucrados en posibles irregularidades en el Programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, ni para que informe la implementación y resultados de la Política General de Contrataciones Públicas.

Insisto, lo legal no siempre es lo moral.

*Tampiqueño, especialista en temas

como cabildeo, negociación política,

gestión pública municipal

y comunicación estratégica.

@andresbetanzos

contacto@andresbetanzos.com

Uno de los eventos históricos recientes que nos cimbró como sociedad y como país, sucedió hace exactamente 26 años.

El 23 de marzo de 1994, los mexicanos fuimos fuertemente lastimados con el asesinato de quien fuera candidato del PRI a la Presidencia de la República, el político sonorense, Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Dicen algunos cronistas de la época que su destino estaba echado desde 17 días antes cuando pronunció ese emotivo discurso en el Monumento a la Revolución de la Ciudad de México.

Entre muchas otras cosas, se refirió a que él provenía de “una cultura del esfuerzo, no del privilegio”. ¡Hace 26 años! ¿Y cómo vamos en ese tema?

Todos los de aquí, de allá y más allá, sabemos que en un gran número de gobiernos locales del país, se mantiene uno de los que, a mí parecer, es de los grandes males de la administración pública: el nepotismo. Es decir, prevalece al paso de los años la cultura del privilegio, no del esfuerzo.

Siempre se ha hablado que para desempeñar un buen papel al ocupar un cargo de mando, ya sea en una empresa privada o en el sector público, es requisito indispensable tener colaboradores capaces, responsables y comprometidos con el proyecto en turno. Sin embargo, la toma de decisiones se ha inclinado por formar equipo de conocidos, familiares y amigos.

¿Se vale?

Ante la opinión pública existen generalmente dos vertientes: la legal y la moral. Hay medidas que son legales, pero no necesariamente son bien vistas moralmente. Este caso es un ejemplo. Los compadrazgos y el amiguismo deberían ser desterrados, de una vez por todas, de las instituciones gubernamentales.

Hace 17 años se publicó en el Diario Oficial el decreto sobre el Servicio Profesional de Carrera, que pretendía elevar los niveles de eficiencia y eficacia de los servidores públicos con base en los méritos de los interesados. Sé que hay cargos que se ocupan en el congreso federal basados en ese principio, pero no es un tema común en los gobiernos estatales y municipales.

Las decisiones que repercuten en un país, en un estado o en un municipio deben ser tomadas por personas capaces, preparadas, con sentido común, vocación de servicio y con una sensibilidad de las necesidades sociales, y no por personas cuyo mayor mérito es ser familiar, amigo o persona cercana al poder.

Creo que es tiempo de impulsar la llamada meritocracia y que destaquen las personas talentosas con conciencia social.

Hay Quórum

La semana que terminó, digamos que no fue buena para la transparencia en México.

La Comisión de Anticorrupción, Transparencia y Participación Ciudadana del Senado de la República dictaminó en contra, por decisión mayoritaria, de obtener mayor información sobre algunos temas que ha cuestionado la ciudadanía.

Entre otros, los legisladores impidieron exhortar al Poder Ejecutivo para que informara sobre el proceso que se realizó para la compra de 612 pipas de gasolina el año pasado.

Tampoco permitieron que se exhortara al Poder Ejecutivo para que garantice a la ciudadanía el derecho de acceso a la información.

Con base en otro dictamen los legisladores no permitieron exhortar a la Secretaría de la Función Pública para que investigue y sancione a servidores públicos que pudieran estar involucrados en posibles irregularidades en el Programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, ni para que informe la implementación y resultados de la Política General de Contrataciones Públicas.

Insisto, lo legal no siempre es lo moral.

*Tampiqueño, especialista en temas

como cabildeo, negociación política,

gestión pública municipal

y comunicación estratégica.

@andresbetanzos

contacto@andresbetanzos.com