Las condiciones del mercado laboral en México son el fiel reflejo de los valores que tenemos como sociedad y las diferencias de poder entre hombres y mujeres. A lo largo de la historia, las mujeres han vivido situaciones de opresión e inferioridad respecto al hombre, y si bien poco a poco la sociedad ha avanzado en diferentes aspectos, la igualdad de oportunidades en el mercado laboral sigue siendo un gran reto.
Existe todavia un gran número de mujeres que trabajan sin obtener una renumeración igualitaria, recibiendo un menor salario que los hombres, y que además, difícilmente acceden a puestos directivos.
A todo esto, en México, nuestros valores y opiniones siguen otorgando un nivel de superioridad a los hombres por encima de las mujeres, es aquí donde se refleja el mercado laboral. Específicamente, en datos el 21% de las y los mexicanos cree que la educación es más importante para un hombre que para una mujer y 17% cree que, cuando los trabajos son escasos, los hombres tienen mayor derecho a un trabajo que las mujeres. Esta postura repercute en que las mujeres vean coartadas sus aspiraciones laborales: cuando a hombres y mujeres mexicanas se les pregunta si ambicionan llegar a puestos directivos, prácticamente el mismo porcentaje de hombres y mujeres responde que sí; sin embargo, al preguntarles si creen que podrán conseguirlo, 43% de los hombres señala que sí, mientras que solamente 30% de las mujeres lo afirma. Así, un porcentaje mayor de mujeres que de hombres reporta que su género ha sido determinante en su desarrollo laboral.
Respecto a estas diferencias, es común calcular la brecha salarial por género, por ejemplo; la diferencia entre el salario promedio de todas las mujeres y todos los hombres que trabajan en México, en 2018, el salario promedio mensual de los hombres era de 5 mil 825 pesos, mientras que para las mujeres es de apenas 5 mil 029 pesos, es decir, una brecha del 15%.
Esto quiere decir que las mujeres deben trabajar casi dos meses más que los hombres para obtener el mismo salario al final del año. También, se ha observado que la brecha salarial aumenta a lo largo del tiempo. Es decir, la diferencia de salarios entre hombres y mujeres es menor en el primer empleo, y va aumentando conforme las labores de crianza y del hogar obstaculizan el desarrollo profesional de las mujeres.
Debemos incentivar un cambio de valores, ideología y de los roles preestablecidos dentro de la sociedad. Para ello, se requiere un trabajo conjunto entre los centros de trabajo, las escuelas y las familias para fomentar un entorno en el que hombres y mujeres obtengan el mismo trato y puedan desarrollarse plenamente.
Si bien los cambios no son sencillos ni de efectos inmediatos, como sociedad no podemos seguir marginando y aislando.
Exijamos cambios de raíz, para así construir una sociedad más justa.
Hay Quórum
Reforma en beneficio de los jóvenes
El Senado aprobó y turnó a la Cámara de Diputados dos dictámenes que reforman la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud.
Uno propone garantizar los derechos, desarrollo e inclusión de las y los jóvenes afromexicanos, así como asegurarles programas especiales orientados a mejorar su salud y educación.
Otra reforma plantea fortalecer la alfabetización digital, con el fin de que tengan herramientas tecnológicas para el futuro.
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