/ martes 10 de agosto de 2021

Es lo de hoy | Una historia de los Juegos Olímpicos

Ahora que se acaban de terminar los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, no quiero dejar pasar la gran historia de la atleta Yusra Mardini de origen Sirio, la refugiada olímpica que salvó 18 personas de morir ahogadas.

"El deporte me salvó la vida", dice Yusra Mardini, la nadadora siria del equipo de refugiados que participó en sus segundos Juegos Olímpicos consecutivos. En su caso, no es una frase hecha sino literal porque el motor de la pequeña embarcación en la que viajaba hacia un futuro mejor se paró en medio del Mar Egeo. Con él, se paraba también la esperanza de la gente que viajaba en aquella lancha y que huía de la guerra de Siria.

Las bombas lo habían destrozado todo: su casa, la piscina en la que se entrenaba, sus sueños... En la actualidad hay 6,6 millones de refugiados sirios en el mundo, prácticamente la mitad de la población.

Aquel día del año 2015, el ruido de las bombas dejó paso al silencio más absoluto. La lancha comenzó a fallar y Yusra vio el terror en los ojos de sus compañeros de viaje. De los 20 que viajaban, la mayoría no sabía nadar y estaban en medio del mar, en medio de la nada. Sus esperanzas de un futuro mejor, lejos de la guerra, comenzaban a hundirse igual que aquel bote. Pero Yusra, que tenía 17 años entonces, no estaba dispuesta a rendirse.

Sus padres habían pagado a una mafia para que la llevaran junto a su hermana mayor a la isla de Lesbos (Grecia). Desde allí se dirigirían a Alemania, donde tenían familia. Por eso, Yusra no lo dudó y se lanzó al mar. Su hermana fue detrás. Ambas sabían nadar muy bien. Lo hacían desde los cuatro años. Su padre, entrenador de natación, las había enseñado. Yusra incluso había representado a su país en los Mundiales de 2012.

Las hermanas comenzaron a mover las piernas de manera sincronizada para empujar el bote. Otros dos pasajeros siguieron su ejemplo y se tiraron al mar. Los cuatro remolcaron la lancha hacia las costas de Europa y, tres horas y media después, alcanzaron tierra. Estaban en la isla de Lesbos (Grecia) y, lo más importante, todos vivos.

"Habría sido vergonzoso si la gente de nuestro bote se hubiera ahogado. Había gente que no sabía nadar y no iba a quedarme sentada quejándome de que me iba a ahogar. Si lo iba a hacer, al menos lo haría sintiéndome orgullosa y de mí y de mi hermana", reconocía Yusra.

En aquella larga travesía, con el agua a muy baja temperatura y exhaustas, ambas hermanas perdieron sus zapatos. Sin ellos, emprendieron la ruta de los Balcanes Occidentales hacia Alemania. El viaje no fue fácil, pero consiguieron llegar al país en el que empezarían a escribir una nueva página en su historia vital. Una vez en Berlín, comenzó a entrenar en un club. Su sueño desde niña era poder acudir a unos Juegos y en Río de Janeiro lo cumplió bajo la bandera del Comité Olímpico Internacional y formando parte del equipo de Refugiados compuesto por 10 deportistas. Yusra fue entonces la abanderada.

En Tokio, participó en la prueba de 100 metros mariposa, donde no pasó a la final. Pero en su caso, la marca es lo de menos. Lo importante es el mensaje que lanza con su sola presencia. Representa a los refugiados con orgullo y lanza un mensaje de esperanza. "Quiero inspirarles a hacer algo bueno en sus vidas, que no se rindan a la hora de perseguir sus sueños y que hagan lo que les dicte su corazón. Incluso si es imposible, incluso si no tienen las condiciones necesarias para lograrlo, nunca se sabe qué pasará y hay que seguir intentándolo. Quizás tengas una oportunidad como yo la tuve. O quizás tú construyas tu propia oportunidad"

Hay quórum

Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia y Órdenes de protección. En México, más del 66% de las mujeres mayores de 15 años han padecido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o de discriminación a lo largo de su vida.

Para garantizar su integridad y prevenir que se repitan las agresiones en su contra, el Senado aprobó ampliar la vigencia de las órdenes de protección por 60 días o hasta que cese la situación de riesgo para la víctima.

@andresbetanzos

contacto@andresbetanzos.com.mx

Ahora que se acaban de terminar los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, no quiero dejar pasar la gran historia de la atleta Yusra Mardini de origen Sirio, la refugiada olímpica que salvó 18 personas de morir ahogadas.

"El deporte me salvó la vida", dice Yusra Mardini, la nadadora siria del equipo de refugiados que participó en sus segundos Juegos Olímpicos consecutivos. En su caso, no es una frase hecha sino literal porque el motor de la pequeña embarcación en la que viajaba hacia un futuro mejor se paró en medio del Mar Egeo. Con él, se paraba también la esperanza de la gente que viajaba en aquella lancha y que huía de la guerra de Siria.

Las bombas lo habían destrozado todo: su casa, la piscina en la que se entrenaba, sus sueños... En la actualidad hay 6,6 millones de refugiados sirios en el mundo, prácticamente la mitad de la población.

Aquel día del año 2015, el ruido de las bombas dejó paso al silencio más absoluto. La lancha comenzó a fallar y Yusra vio el terror en los ojos de sus compañeros de viaje. De los 20 que viajaban, la mayoría no sabía nadar y estaban en medio del mar, en medio de la nada. Sus esperanzas de un futuro mejor, lejos de la guerra, comenzaban a hundirse igual que aquel bote. Pero Yusra, que tenía 17 años entonces, no estaba dispuesta a rendirse.

Sus padres habían pagado a una mafia para que la llevaran junto a su hermana mayor a la isla de Lesbos (Grecia). Desde allí se dirigirían a Alemania, donde tenían familia. Por eso, Yusra no lo dudó y se lanzó al mar. Su hermana fue detrás. Ambas sabían nadar muy bien. Lo hacían desde los cuatro años. Su padre, entrenador de natación, las había enseñado. Yusra incluso había representado a su país en los Mundiales de 2012.

Las hermanas comenzaron a mover las piernas de manera sincronizada para empujar el bote. Otros dos pasajeros siguieron su ejemplo y se tiraron al mar. Los cuatro remolcaron la lancha hacia las costas de Europa y, tres horas y media después, alcanzaron tierra. Estaban en la isla de Lesbos (Grecia) y, lo más importante, todos vivos.

"Habría sido vergonzoso si la gente de nuestro bote se hubiera ahogado. Había gente que no sabía nadar y no iba a quedarme sentada quejándome de que me iba a ahogar. Si lo iba a hacer, al menos lo haría sintiéndome orgullosa y de mí y de mi hermana", reconocía Yusra.

En aquella larga travesía, con el agua a muy baja temperatura y exhaustas, ambas hermanas perdieron sus zapatos. Sin ellos, emprendieron la ruta de los Balcanes Occidentales hacia Alemania. El viaje no fue fácil, pero consiguieron llegar al país en el que empezarían a escribir una nueva página en su historia vital. Una vez en Berlín, comenzó a entrenar en un club. Su sueño desde niña era poder acudir a unos Juegos y en Río de Janeiro lo cumplió bajo la bandera del Comité Olímpico Internacional y formando parte del equipo de Refugiados compuesto por 10 deportistas. Yusra fue entonces la abanderada.

En Tokio, participó en la prueba de 100 metros mariposa, donde no pasó a la final. Pero en su caso, la marca es lo de menos. Lo importante es el mensaje que lanza con su sola presencia. Representa a los refugiados con orgullo y lanza un mensaje de esperanza. "Quiero inspirarles a hacer algo bueno en sus vidas, que no se rindan a la hora de perseguir sus sueños y que hagan lo que les dicte su corazón. Incluso si es imposible, incluso si no tienen las condiciones necesarias para lograrlo, nunca se sabe qué pasará y hay que seguir intentándolo. Quizás tengas una oportunidad como yo la tuve. O quizás tú construyas tu propia oportunidad"

Hay quórum

Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia y Órdenes de protección. En México, más del 66% de las mujeres mayores de 15 años han padecido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o de discriminación a lo largo de su vida.

Para garantizar su integridad y prevenir que se repitan las agresiones en su contra, el Senado aprobó ampliar la vigencia de las órdenes de protección por 60 días o hasta que cese la situación de riesgo para la víctima.

@andresbetanzos

contacto@andresbetanzos.com.mx