/ jueves 15 de febrero de 2018

Escepticismo político, según Borges

Él difería en ideas respecto a los escritores de izquierda de Latinoamérica y reafirmaba posiciones cada vez más antagónicas a esto. Sin embargo, su ubicación partidista, como él señaló, no sólo era su concepto personal de Escepticismo Político, sino una respuesta silenciosa, posiblemente, al oportunismo ideológico contemporáneo, que campea por sus fueros.

De cualquier modo, como “conservador”, Borges se ganó un alud de interesados impugnadores políticos, cosa que lo condenó a vivir en un parcial ostracismo.

Fue Julio Cortázar, un literato que se consideraba comprometido y cara a cara con la realidad, quien ante la profusión de críticas a su compatriota aclaró que adentrarse en el juicio de Borges y tratar de definir su filiación política demandaba“normas borgianas”, es decir, “la más alta inteligencia y el más implacable rigor”.“no basta servivo e inteligente -- dijo el autor de Rayuela-- y haber leído muchísimo para que el resto sea cuestión de Baskerville y cuerpo ocho”.

Quizás una de las mejores respuestas de Borges a algunos escritores y lectores argentinos embargados en esta corriente que estiman “comprometida” y que consiste a grosso modo en ser “autentico”, en enfrentar la realidad (¿?) y de paso acabar con los bizantinismos borgianos (utilizando la falacia de valerse de sus tristes aberraciones políticas o sociales para disminuir una obra que nada tiene que ver con ellas) es esta anécdota. “Estoy afiliado, dijo Borges, al partido conservador argentino. Es el partido del centro. Un partido, por ejemplo, considerado “fascista por los comunistas y comunista por los fascistas”. De modo que es casi una forma de Escepticismo Político. “todavía me acuerdo que fui a ver a Ardoy.Ardoy es el presidente del partido conservador. Le dije: doctor Ardoy me llamo fulano de tal, he venido a presentarme porque quiero afiliarme al partido. Entonces él, el jefe del partido, me miro con sincero asombro y me dijo –faltaba una semana para las elecciones—“Usted viene a afiliarse. Si no tenemos la menor probabilidad de ganar”. Entonces a mí se me ocurrióuna frase grandilocuente, le dije: “ A un caballero solo le interesan las causas perdidas”. Entonces Ardoy me dijo: “Ah, entonces no de un paso más, aquí está su casa”.

Él difería en ideas respecto a los escritores de izquierda de Latinoamérica y reafirmaba posiciones cada vez más antagónicas a esto. Sin embargo, su ubicación partidista, como él señaló, no sólo era su concepto personal de Escepticismo Político, sino una respuesta silenciosa, posiblemente, al oportunismo ideológico contemporáneo, que campea por sus fueros.

De cualquier modo, como “conservador”, Borges se ganó un alud de interesados impugnadores políticos, cosa que lo condenó a vivir en un parcial ostracismo.

Fue Julio Cortázar, un literato que se consideraba comprometido y cara a cara con la realidad, quien ante la profusión de críticas a su compatriota aclaró que adentrarse en el juicio de Borges y tratar de definir su filiación política demandaba“normas borgianas”, es decir, “la más alta inteligencia y el más implacable rigor”.“no basta servivo e inteligente -- dijo el autor de Rayuela-- y haber leído muchísimo para que el resto sea cuestión de Baskerville y cuerpo ocho”.

Quizás una de las mejores respuestas de Borges a algunos escritores y lectores argentinos embargados en esta corriente que estiman “comprometida” y que consiste a grosso modo en ser “autentico”, en enfrentar la realidad (¿?) y de paso acabar con los bizantinismos borgianos (utilizando la falacia de valerse de sus tristes aberraciones políticas o sociales para disminuir una obra que nada tiene que ver con ellas) es esta anécdota. “Estoy afiliado, dijo Borges, al partido conservador argentino. Es el partido del centro. Un partido, por ejemplo, considerado “fascista por los comunistas y comunista por los fascistas”. De modo que es casi una forma de Escepticismo Político. “todavía me acuerdo que fui a ver a Ardoy.Ardoy es el presidente del partido conservador. Le dije: doctor Ardoy me llamo fulano de tal, he venido a presentarme porque quiero afiliarme al partido. Entonces él, el jefe del partido, me miro con sincero asombro y me dijo –faltaba una semana para las elecciones—“Usted viene a afiliarse. Si no tenemos la menor probabilidad de ganar”. Entonces a mí se me ocurrióuna frase grandilocuente, le dije: “ A un caballero solo le interesan las causas perdidas”. Entonces Ardoy me dijo: “Ah, entonces no de un paso más, aquí está su casa”.