/ sábado 16 de febrero de 2019

Febrero, Eros y Thanatos

“Es un rumor”. “¿Qué?”. “Fulanito y Zutanita se acaban de separar”. “¿Cómo?”.”¿No te habías enterado?”...

“Al parecer decidieron tomarse un tiempo”. “Ir cada uno por su lado”. “¿Hay alguien más?” “No creo”. “Siguen siendo amigos”. “Son amables el uno con el otro” “Pero ya no necesa-riamente cercanos”. “El problema es que Fulanito le enviaba mensajes a Zutanita por la aplicación móvil de mensajería instantánea WhatsApp, y ella a veces no le contestaba”. “¿De veras?” “A Zutanita no le agradó que Fulanito le mostrara el mensaje inscrito en la pantalla de su móvil como prueba de que el correo sí había llegado”. “Y aumentaron los problemas de desconfianza y malentendidos”.

Lector, el solo imaginar las historias de desamor repetidas cientos de miles de veces por el posible alejamiento de parejas en 2.0, me deja un profundo efecto. Sobre todo, porque la conexión de doble check y la vista de la última conexión de la persona pueden producir equivocaciones, convirtiendo en moneda corriente toda clase de malentendidos. Esto, con todo y la aparente consumacion del llamado amor cortés, herencia de los poetas franceses del siglo XII, complica la llegada de amores como el de Tristán e Isolda o Romeo y Julieta en este nuevo siglo. Veamos: El doble check indica al usuario que su mensaje ha sido correctamente enviado (primer check) y que el receptor lo ha recibido (segundo check); pero, hasta hace unos años, esto únicamente señalaba que se había producido la conexión entre ambos, no que el destinatario del mensaje lo hubiera leído. Debido a ello, la gente de WhatsApp incluyó un tercer estado de recepción de mensajes, el ansiado tercer check, que ha salvado un sinnúmero de relaciones de pareja o amistad, creo. Entonces, si el primer check gris significaba que el mensaje se había enviado, el segundo check significaba que el mensaje solamente se había recibido, pero ahora cuando el segundo check se ilumina con el color azul se puede confirmar que ese mensaje ha sido leído. ¿Se habrá terminado con cantidad de penas y tribulaciones en las parejas jóvenes y aquellas no tan tiernas y con más horas de vuelo? La fresca emotividad y el concepto amatorio de la pareja es un misterio, todavía. Lo cierto es que entre mayor número de obstáculos para el amor, mejor; esto lo torna lo suficientemente ardiente como para merecer la pena.

“No es amor lo que se hace realidad”, reza una sentencia del amor cortés, cuestión que prevalece en nuestras ideas contemporáneas, plagadas de modernidad. “No es amor lo que se hace realidad”. Quizás por ello, decía Plutarco, a los que están enamorados hay que perdonarlos como si estuvieran enfermos.

NOTA DEL DÍA — Febrero también es momento de reflexionar acerca del seco enfrentamiento entre los dos principales instintos que gobiernan la conducta del hombre: Thanatos, que aspira a separar, y simultáneamente, Eros –símbolo claro del amor-. La lucha permanente entre necrófilos y biófilos, entre los que aman la vida y los que pretenden destruirla, sigue su curso, incierto aún.

Donald Trump, presidente del pais más poderoso económica y militarmente que ha conocido la humanidad, acogido bajo el signo de Marte, dios de la guerra latino, sintetiza la doctrina o pensamiento y anhelos de supremacía del individuo al iniciarse esta nueva centuria. El hombre es el lobo para el hombre, lo enunció con magistral elocuencia, en su obra Leviathan, Tomas Hobbes. Y si cavilamos sobre el tema nos daremos cuenta que la mayor parte, si no es que la totalidad, de los desequilibrios y descompensaciones en los países e individuos es provocada por el ansia insana de poder, sobre todo poder económico, al grado de llegar a cometer corruptelas sin fin. Han pasado casi cuatro siglos de que el filósofo holandés Baruch Spinoza, catalogara a la avaricia y la ambición como formas de locura, dignas de sentir desprecio hacia ellas; aunque ahora esto se modificó y la avaricia y ambición se han transformado en virtudes que modelan la personalidad del hombre moderno. Y puede ser que ese gobernante –hombre o mujer—codicioso solo piensa en dinero y riquezas; y el ambicioso en fama; pero esto ya no se considera síntoma de un desequilibrio o una enfermedad, sino que son cualidades. El poder en esas condiciones ha pasado a ser de un medio a un fin. También se le ha corrompido. Y la premisa es, más dinero, más fuerza, sin corresponder a ningún propósito o contenido.

“Es un rumor”. “¿Qué?”. “Fulanito y Zutanita se acaban de separar”. “¿Cómo?”.”¿No te habías enterado?”...

“Al parecer decidieron tomarse un tiempo”. “Ir cada uno por su lado”. “¿Hay alguien más?” “No creo”. “Siguen siendo amigos”. “Son amables el uno con el otro” “Pero ya no necesa-riamente cercanos”. “El problema es que Fulanito le enviaba mensajes a Zutanita por la aplicación móvil de mensajería instantánea WhatsApp, y ella a veces no le contestaba”. “¿De veras?” “A Zutanita no le agradó que Fulanito le mostrara el mensaje inscrito en la pantalla de su móvil como prueba de que el correo sí había llegado”. “Y aumentaron los problemas de desconfianza y malentendidos”.

Lector, el solo imaginar las historias de desamor repetidas cientos de miles de veces por el posible alejamiento de parejas en 2.0, me deja un profundo efecto. Sobre todo, porque la conexión de doble check y la vista de la última conexión de la persona pueden producir equivocaciones, convirtiendo en moneda corriente toda clase de malentendidos. Esto, con todo y la aparente consumacion del llamado amor cortés, herencia de los poetas franceses del siglo XII, complica la llegada de amores como el de Tristán e Isolda o Romeo y Julieta en este nuevo siglo. Veamos: El doble check indica al usuario que su mensaje ha sido correctamente enviado (primer check) y que el receptor lo ha recibido (segundo check); pero, hasta hace unos años, esto únicamente señalaba que se había producido la conexión entre ambos, no que el destinatario del mensaje lo hubiera leído. Debido a ello, la gente de WhatsApp incluyó un tercer estado de recepción de mensajes, el ansiado tercer check, que ha salvado un sinnúmero de relaciones de pareja o amistad, creo. Entonces, si el primer check gris significaba que el mensaje se había enviado, el segundo check significaba que el mensaje solamente se había recibido, pero ahora cuando el segundo check se ilumina con el color azul se puede confirmar que ese mensaje ha sido leído. ¿Se habrá terminado con cantidad de penas y tribulaciones en las parejas jóvenes y aquellas no tan tiernas y con más horas de vuelo? La fresca emotividad y el concepto amatorio de la pareja es un misterio, todavía. Lo cierto es que entre mayor número de obstáculos para el amor, mejor; esto lo torna lo suficientemente ardiente como para merecer la pena.

“No es amor lo que se hace realidad”, reza una sentencia del amor cortés, cuestión que prevalece en nuestras ideas contemporáneas, plagadas de modernidad. “No es amor lo que se hace realidad”. Quizás por ello, decía Plutarco, a los que están enamorados hay que perdonarlos como si estuvieran enfermos.

NOTA DEL DÍA — Febrero también es momento de reflexionar acerca del seco enfrentamiento entre los dos principales instintos que gobiernan la conducta del hombre: Thanatos, que aspira a separar, y simultáneamente, Eros –símbolo claro del amor-. La lucha permanente entre necrófilos y biófilos, entre los que aman la vida y los que pretenden destruirla, sigue su curso, incierto aún.

Donald Trump, presidente del pais más poderoso económica y militarmente que ha conocido la humanidad, acogido bajo el signo de Marte, dios de la guerra latino, sintetiza la doctrina o pensamiento y anhelos de supremacía del individuo al iniciarse esta nueva centuria. El hombre es el lobo para el hombre, lo enunció con magistral elocuencia, en su obra Leviathan, Tomas Hobbes. Y si cavilamos sobre el tema nos daremos cuenta que la mayor parte, si no es que la totalidad, de los desequilibrios y descompensaciones en los países e individuos es provocada por el ansia insana de poder, sobre todo poder económico, al grado de llegar a cometer corruptelas sin fin. Han pasado casi cuatro siglos de que el filósofo holandés Baruch Spinoza, catalogara a la avaricia y la ambición como formas de locura, dignas de sentir desprecio hacia ellas; aunque ahora esto se modificó y la avaricia y ambición se han transformado en virtudes que modelan la personalidad del hombre moderno. Y puede ser que ese gobernante –hombre o mujer—codicioso solo piensa en dinero y riquezas; y el ambicioso en fama; pero esto ya no se considera síntoma de un desequilibrio o una enfermedad, sino que son cualidades. El poder en esas condiciones ha pasado a ser de un medio a un fin. También se le ha corrompido. Y la premisa es, más dinero, más fuerza, sin corresponder a ningún propósito o contenido.