/ miércoles 4 de diciembre de 2019

Fortaleza moral

Luego del terrible drama que padecieron cuando manos criminales masacraron de manera despiadada y cruel a nueve miembros su familia, allá en los linderos de la frontera entre los estados de Chihuahua y Sonora.

Esa fuerza interior de los líderes de la familia LeBarón seguro que solo la puede dar la fe, la creencia de que Dios está con ellos y que además de la paz espiritual, muy pronto les dará la satisfacción de que se hará justicia en este aberrante atentado contra la vida.

Llama la atención que tanto Julián, como Adrián LeBarón, voceros de la familia, hablan con palabras de sensatez, no despotrican, no se exaltan, no insultan, al contrario, plantean la necesidad de unirse a las acciones del Gobierno federal en contra de la delincuencia organizada, en busca de un México en paz para las futuras generaciones.

El pasado lunes, cerca de veinte miembros de la familia LeBarón fueron recibidos por el Presidente de la República y su gabinete de seguridad y después de dos horas de reunión salieron satisfechos de los informes sobre el avance de las investigaciones y de la atención especial que se le están dando a tan delicado asunto.

Ahí les informaron que ya tenían detenidos a cuatro sospechosos de haber participado en la cobarde agresión donde inmisericordes asesinaron a los niños y mujeres LeBarón. Hasta el momento, ese es el resultado de los trabajos de investigación entre las fuerzas federales apoyadas por sus homólogos de la DEA norteamericana.

No obstante, ni aun cuando atrapen a todos los que participaron en la masacre y los refundan en las mazmorras del infierno podrá cesar el dolor de esa infortunada familia que, a pesar de su origen norteamericano, ama al país que les dio cobijo y están dispuestos a luchar por esta Patria suya y nuestra.

Sí, admiro la alta capacidad moral de los LeBarón para resistir el dolor y el sufrimiento de tan injusta tragedia, la fuerza de su espíritu que los impele a hablarle de amor y de paz a todo el país a pesar de su desgracia personal que a cualquiera derrumbaría.

Ellos, los LeBarón, confían en la justicia de Dios y se aferran a sus creencias para poder sobrevivir a cualquier desgracia, ojalá y la justicia de los hombres logre lavar la terrible afrenta, castigando con todo el rigor de la ley a quienes se atrevieron a segar a nueve vidas inocentes con tanta saña.

El Presidente y su gabinete de seguridad les dieron grandes esperanzas sobre los resultados de la investigación y los LeBarón confiaron en su palabra, ojalá y este sea el principio de que en realidad la impunidad en el país deje de ser uno de los flagelos más dañinos de la Nación y comience una nueva era de justicia, de orden y de paz para México.

P.D.- A ver si no sale por ahí un juez que los absuelva.

e-mail: armando_juarezbecerra@hotmail.com

Luego del terrible drama que padecieron cuando manos criminales masacraron de manera despiadada y cruel a nueve miembros su familia, allá en los linderos de la frontera entre los estados de Chihuahua y Sonora.

Esa fuerza interior de los líderes de la familia LeBarón seguro que solo la puede dar la fe, la creencia de que Dios está con ellos y que además de la paz espiritual, muy pronto les dará la satisfacción de que se hará justicia en este aberrante atentado contra la vida.

Llama la atención que tanto Julián, como Adrián LeBarón, voceros de la familia, hablan con palabras de sensatez, no despotrican, no se exaltan, no insultan, al contrario, plantean la necesidad de unirse a las acciones del Gobierno federal en contra de la delincuencia organizada, en busca de un México en paz para las futuras generaciones.

El pasado lunes, cerca de veinte miembros de la familia LeBarón fueron recibidos por el Presidente de la República y su gabinete de seguridad y después de dos horas de reunión salieron satisfechos de los informes sobre el avance de las investigaciones y de la atención especial que se le están dando a tan delicado asunto.

Ahí les informaron que ya tenían detenidos a cuatro sospechosos de haber participado en la cobarde agresión donde inmisericordes asesinaron a los niños y mujeres LeBarón. Hasta el momento, ese es el resultado de los trabajos de investigación entre las fuerzas federales apoyadas por sus homólogos de la DEA norteamericana.

No obstante, ni aun cuando atrapen a todos los que participaron en la masacre y los refundan en las mazmorras del infierno podrá cesar el dolor de esa infortunada familia que, a pesar de su origen norteamericano, ama al país que les dio cobijo y están dispuestos a luchar por esta Patria suya y nuestra.

Sí, admiro la alta capacidad moral de los LeBarón para resistir el dolor y el sufrimiento de tan injusta tragedia, la fuerza de su espíritu que los impele a hablarle de amor y de paz a todo el país a pesar de su desgracia personal que a cualquiera derrumbaría.

Ellos, los LeBarón, confían en la justicia de Dios y se aferran a sus creencias para poder sobrevivir a cualquier desgracia, ojalá y la justicia de los hombres logre lavar la terrible afrenta, castigando con todo el rigor de la ley a quienes se atrevieron a segar a nueve vidas inocentes con tanta saña.

El Presidente y su gabinete de seguridad les dieron grandes esperanzas sobre los resultados de la investigación y los LeBarón confiaron en su palabra, ojalá y este sea el principio de que en realidad la impunidad en el país deje de ser uno de los flagelos más dañinos de la Nación y comience una nueva era de justicia, de orden y de paz para México.

P.D.- A ver si no sale por ahí un juez que los absuelva.

e-mail: armando_juarezbecerra@hotmail.com