/ jueves 17 de marzo de 2022

Fractal | Daños colaterales post pandemia en nuestros amigos de cuatro patas; no los olvides al regresar a la normalidad

El aislamiento y las medidas de seguridad tras esta pandemia han dejado secuelas serias en todos los seres vivos. Los humanos cambiamos todas nuestras actividades desde laborales hasta recreativas, y pasamos más tiempo confinados en casa, pero esto causa un efecto cascada, ya que los niños y los animales de compañía también sufrieron este cambio repentino en su rol de vida.

La forma tan rápida como sucedieron las cosas no dio tiempo a recapacitar ni hacer un plan real de contención de daños post pandemia, ya que no se podía saber cuánto duraría este trance, pero lo realmente cierto es que los niños, las personas de la tercera edad y los chaparritos de cuatro patas fueron los más afectados, tanto física como psicológicamente, por tan rápida transición.

El día de hoy me enfocaré primordialmente en nuestros compañeros de vida doméstica, como pueden ser perros, gatos, cobayas, ratones, tortugas, etc.

Todos estos amigos cambiaron su forma de vida abruptamente, modificando el tiempo que pasan con los humanos su alimentación cambió, ya que los humanos somos extremadamente consentidores y con una miradita tierna somos vencidos y proporcionamos botanas de todas clases a nuestros amigos felpudos, y se preguntarán:

¿Qué tiene de malo esto?

Las consecuencias son: cambios en su actividad física al tener más de dos años en sedentarismo casi total, incrementando el ingreso de calorías por ende, generando obesidad y en muchos casos suspendiendo los esquemas de vacunación, desparasitantes y controles veterinarios, esto ha causado en este 2022 una epidemia de moquillo y parvovirus bastante seria; otro rubro que se vio muy elevado es el de las enfermedades cardiacas, hepáticas, metabólicas y del sistema nervioso, las cuales se agudizaron a consecuencia del alto estrés al que se han sometido, ya que los perros y gatos estaban acostumbrados a tener espacios de relajación en la ausencia de los humanos que se marchaban de casa para ir a trabajar, de la ausencia de los niños al estar en las escuelas, y este fenómeno de presencia constante ha causado efectos de conducta y de inmunodepresión en los animalitos de compañía.

Se transformaron en el paño de lágrimas por la pandemia, en los coprotagonistas de los videos en las redes, y lo que más me preocupa es la pérdida de identidad animal que están presentando, ya que la costumbre los hizo más dependientes, y en estos momentos en los que muchos humanos están regresando a sus rutinas normales, la transición está pasando nuevamente la factura a los enanos, que no entienden por qué se quedan solos, entrando en cuadros de depresión y ansiedad, ya detectada por los profesionales de la medicina veterinaria, y con el cambio físico y psicológico tras el confinamiento, su estado de salud se ve comprometido.

Paremos un poco, y pongámonos en las patitas de nuestros amigos

Los cambios para los humanos son difíciles, pero lo son más aún para ellos, ya que la única interacción afectiva que tienen somos nosotros, y es más complicado con los de mayor edad o los cachorros nacidos en pandemia.

Seamos empáticos, reflexionemos sobre el trato a nuestros amigos y recordemos que son seres vivos y no son solo placebos pandémicos, que nos ayudaron a pasar este serio problema con su apoyo incondicional, aún siguen en casa, no los olviden y ayúdenlos en esta nueva transición.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.

El aislamiento y las medidas de seguridad tras esta pandemia han dejado secuelas serias en todos los seres vivos. Los humanos cambiamos todas nuestras actividades desde laborales hasta recreativas, y pasamos más tiempo confinados en casa, pero esto causa un efecto cascada, ya que los niños y los animales de compañía también sufrieron este cambio repentino en su rol de vida.

La forma tan rápida como sucedieron las cosas no dio tiempo a recapacitar ni hacer un plan real de contención de daños post pandemia, ya que no se podía saber cuánto duraría este trance, pero lo realmente cierto es que los niños, las personas de la tercera edad y los chaparritos de cuatro patas fueron los más afectados, tanto física como psicológicamente, por tan rápida transición.

El día de hoy me enfocaré primordialmente en nuestros compañeros de vida doméstica, como pueden ser perros, gatos, cobayas, ratones, tortugas, etc.

Todos estos amigos cambiaron su forma de vida abruptamente, modificando el tiempo que pasan con los humanos su alimentación cambió, ya que los humanos somos extremadamente consentidores y con una miradita tierna somos vencidos y proporcionamos botanas de todas clases a nuestros amigos felpudos, y se preguntarán:

¿Qué tiene de malo esto?

Las consecuencias son: cambios en su actividad física al tener más de dos años en sedentarismo casi total, incrementando el ingreso de calorías por ende, generando obesidad y en muchos casos suspendiendo los esquemas de vacunación, desparasitantes y controles veterinarios, esto ha causado en este 2022 una epidemia de moquillo y parvovirus bastante seria; otro rubro que se vio muy elevado es el de las enfermedades cardiacas, hepáticas, metabólicas y del sistema nervioso, las cuales se agudizaron a consecuencia del alto estrés al que se han sometido, ya que los perros y gatos estaban acostumbrados a tener espacios de relajación en la ausencia de los humanos que se marchaban de casa para ir a trabajar, de la ausencia de los niños al estar en las escuelas, y este fenómeno de presencia constante ha causado efectos de conducta y de inmunodepresión en los animalitos de compañía.

Se transformaron en el paño de lágrimas por la pandemia, en los coprotagonistas de los videos en las redes, y lo que más me preocupa es la pérdida de identidad animal que están presentando, ya que la costumbre los hizo más dependientes, y en estos momentos en los que muchos humanos están regresando a sus rutinas normales, la transición está pasando nuevamente la factura a los enanos, que no entienden por qué se quedan solos, entrando en cuadros de depresión y ansiedad, ya detectada por los profesionales de la medicina veterinaria, y con el cambio físico y psicológico tras el confinamiento, su estado de salud se ve comprometido.

Paremos un poco, y pongámonos en las patitas de nuestros amigos

Los cambios para los humanos son difíciles, pero lo son más aún para ellos, ya que la única interacción afectiva que tienen somos nosotros, y es más complicado con los de mayor edad o los cachorros nacidos en pandemia.

Seamos empáticos, reflexionemos sobre el trato a nuestros amigos y recordemos que son seres vivos y no son solo placebos pandémicos, que nos ayudaron a pasar este serio problema con su apoyo incondicional, aún siguen en casa, no los olviden y ayúdenlos en esta nueva transición.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.