/ jueves 30 de julio de 2020

Fractal | Déficit por naturaleza en nuestros niños, la pandemia que viene

Parte 1

Los humanos somos parte de la naturaleza y, por consiguiente, mientras más nos alejamos de ella, menos conscientes estamos de lo peligroso que es soltar su mano.

Antes que nada, mis queridos lectores, les recuerdo que el vínculo natural vibra en nuestros genes, que no somos organismos aparte que tengamos la capacidad de desligarnos de nuestra madre tierra sin consecuencias.

La modernidad y los adelantos tecnológicos han beneficiado y facilitado la existencia de nuestra especie, pero hemos perdido el contacto con un factor primordial para evitar nuestra debacle, y por desgracia ni las instituciones ni los padres están dándose cuenta de la próxima pandemia que se gesta en los niños y jóvenes, grupo más amplio de la población y que en corto tiempo serán los que tengan que tomar las riendas de este planeta.

Las afecciones físicas, cognitivas y emocionales causadas por una ausencia de interacción con la naturaleza, son extremadamente peligrosas y se estarán reflejando en las conductas sociales y la forma de existir en los próximos años, los impulsos naturales generan un gran impacto en el desarrollo de los pequeños, lo abstracto se manifiesta de mejor manera cuando se toca, se analiza y se absorbe con todos los sentidos, imaginen enseñar los puntos cardinales de forma directa, solo con observar de qué lado crece el musgo en los árboles para identificar el norte, entender la reproducción, la metamorfosis o los ciclos del agua de forma presencial, en los niños este aprendizaje será para toda la vida ya que formara parte de su realidad, trabajar en equipo para salvar obstáculos o resolver problemas, creando lazos afectivos y empatía con el entorno, ver la ternura de una pequeña ave, la delicadeza de una flor y sus múltiples componentes, sentir el aire, sudar las toxinas que ingresan a sus pequeños cuerpos sin control por la comida industrializada, la naturaleza estimula la psicomotricidad, saltar un charco, subir a un árbol, hacer una carretera en la tierra, con puentes y mil y un obstáculos que nacen de su creatividad.

De los cero a los 18 años el desarrollo cognitivo y psicomotriz de los humanos si es privado de estímulos naturales genera problemas muy serios a nivel emocional, como poca tolerancia a la frustración, ira súbita, individualismo con un grado alto de competitividad malsana, egoísmo y alejamiento con la familia.

La espiritualidad juega un papel importante en el desarrollo de un individuo, pero, ¡ojo!, no es estrictamente que tenga que ser religioso, los estímulos naturales en un niño, como ver el cielo estrellado, la eclosión de un pollito, el brotar de un par de semillas en la tierra, eso hace pensar y generar muchas preguntas, ponerse en perspectiva, y descubrir el Yo, en su aún pequeño cerebro, la palabra “por qué” en el léxico de un niño, es una de las señales mas importantes de su desarrollo, por desgracia las nuevas generaciones se están perdiendo de intentar descubrir y generar ideas nuevas, ya que todo está explicado con solo interactuar con su dispositivo, un espacio natural ofrece situaciones en las que no existe el sexismo, ya que tanto niños como niñas tendrán la oportunidad de generar ideas para solucionar problemas, sin importar su género se convierten en generadores de ideas y al interactuar, estimulan la cooperación para salir de un problema en común, creando así un espíritu de solidaridad ya que se dan cuenta que trabajando juntos llegan a mejores resultados y esto fortalece el sentimiento de manada o comunidad al protegerse y ayudarse para un bien común en interacción con su entorno, descubriendo que si tratan bien el área y los animales que los rodean, pueden coexistir en perfecta armonía.

Se dice a menudo del juego al aire libre, como si se tratara de un descanso del aprendizaje serio, pero para los niños la naturaleza y el juego es parte fundamental del aprendizaje serio.

Regeneración-19

Parte 1

Los humanos somos parte de la naturaleza y, por consiguiente, mientras más nos alejamos de ella, menos conscientes estamos de lo peligroso que es soltar su mano.

Antes que nada, mis queridos lectores, les recuerdo que el vínculo natural vibra en nuestros genes, que no somos organismos aparte que tengamos la capacidad de desligarnos de nuestra madre tierra sin consecuencias.

La modernidad y los adelantos tecnológicos han beneficiado y facilitado la existencia de nuestra especie, pero hemos perdido el contacto con un factor primordial para evitar nuestra debacle, y por desgracia ni las instituciones ni los padres están dándose cuenta de la próxima pandemia que se gesta en los niños y jóvenes, grupo más amplio de la población y que en corto tiempo serán los que tengan que tomar las riendas de este planeta.

Las afecciones físicas, cognitivas y emocionales causadas por una ausencia de interacción con la naturaleza, son extremadamente peligrosas y se estarán reflejando en las conductas sociales y la forma de existir en los próximos años, los impulsos naturales generan un gran impacto en el desarrollo de los pequeños, lo abstracto se manifiesta de mejor manera cuando se toca, se analiza y se absorbe con todos los sentidos, imaginen enseñar los puntos cardinales de forma directa, solo con observar de qué lado crece el musgo en los árboles para identificar el norte, entender la reproducción, la metamorfosis o los ciclos del agua de forma presencial, en los niños este aprendizaje será para toda la vida ya que formara parte de su realidad, trabajar en equipo para salvar obstáculos o resolver problemas, creando lazos afectivos y empatía con el entorno, ver la ternura de una pequeña ave, la delicadeza de una flor y sus múltiples componentes, sentir el aire, sudar las toxinas que ingresan a sus pequeños cuerpos sin control por la comida industrializada, la naturaleza estimula la psicomotricidad, saltar un charco, subir a un árbol, hacer una carretera en la tierra, con puentes y mil y un obstáculos que nacen de su creatividad.

De los cero a los 18 años el desarrollo cognitivo y psicomotriz de los humanos si es privado de estímulos naturales genera problemas muy serios a nivel emocional, como poca tolerancia a la frustración, ira súbita, individualismo con un grado alto de competitividad malsana, egoísmo y alejamiento con la familia.

La espiritualidad juega un papel importante en el desarrollo de un individuo, pero, ¡ojo!, no es estrictamente que tenga que ser religioso, los estímulos naturales en un niño, como ver el cielo estrellado, la eclosión de un pollito, el brotar de un par de semillas en la tierra, eso hace pensar y generar muchas preguntas, ponerse en perspectiva, y descubrir el Yo, en su aún pequeño cerebro, la palabra “por qué” en el léxico de un niño, es una de las señales mas importantes de su desarrollo, por desgracia las nuevas generaciones se están perdiendo de intentar descubrir y generar ideas nuevas, ya que todo está explicado con solo interactuar con su dispositivo, un espacio natural ofrece situaciones en las que no existe el sexismo, ya que tanto niños como niñas tendrán la oportunidad de generar ideas para solucionar problemas, sin importar su género se convierten en generadores de ideas y al interactuar, estimulan la cooperación para salir de un problema en común, creando así un espíritu de solidaridad ya que se dan cuenta que trabajando juntos llegan a mejores resultados y esto fortalece el sentimiento de manada o comunidad al protegerse y ayudarse para un bien común en interacción con su entorno, descubriendo que si tratan bien el área y los animales que los rodean, pueden coexistir en perfecta armonía.

Se dice a menudo del juego al aire libre, como si se tratara de un descanso del aprendizaje serio, pero para los niños la naturaleza y el juego es parte fundamental del aprendizaje serio.

Regeneración-19