/ jueves 12 de agosto de 2021

Fractal | Juancho, no eres tú... somos nosotros, pero tenemos que darnos un espacio

Múltiples avistamientos, ya un buen número de humanos y mascotas que han perdido la vida en las fauces de nuestros vecinos de apellido moreletii.

Creo que el momento de tomar las riendas del problema es hoy, ya es un poco complicado compartir el espacio con los saurios, teniendo en cuenta que los humanos no tenemos el menor respeto al peligro que puede representar un superdepredador como lo es el cocodrilo, es un tema importante en nuestra zona, se ha comentado desde muchos puntos de vista.

¿Se está tomando en serio?

El aumento en la población de saurios en el corazón hídrico de nuestro bello Tampico y municipios aledaños, es más que evidente, las redes sociales ponen al descubierto caso tras caso de incidentes peligrosos, yo recuerdo que en antaño la laguna era un lugar en donde existía un afluente de personas para disfrutar eventos de lanchas rápidas, y por las tardes quién no se arriesgó a morir de cansancio en las lanchitas de pedales, y todo eso cambió en un puñado de años, cuántos no hemos disfrutado del paisaje de nuestra laguna, tortugas, iguanas, aves, coyotes, tlacuaches y los imponentes lagartos tomando el sol, según historiadores ellos llegaron a esta zona porque no encontraron un buen lugar en el zoológico de Tamatán ubicado en nuestra capital y fueron liberados y olvidados de cierta forma, ya que no se pensó en tener un control sobre la evolución de la especie.

En realidad la especie Crocodylus moreletii sí existía en el estado, más no en el sistema lagunario, la falta de control de una especie sin depredadores naturales ha generado un repunte en la reproducción y distribución de nuestros amigos saurios, en realidad el factor de riesgo que representan es latente, pero los accidentes que se han presentado siempre han sido por negligencia humana, no sabemos vivir o mejor dicho no existe una infraestructura que permita coexistir sanamente, ellos se han adaptado a estar en contacto con nosotros, antes se registraba un nivel de agresión bajo, así lo comentaba en 2002 el fallecido Steve Irwin en su visita a Tampico, lo que ha cambiado desde su visita es que la cantidad aumentó y la necesidad por alimentarse está cambiando su actitud hacia lo que ellos identifican como presas, en lo que sí quiero hacer hincapié, es que toda especie requiere de control, y normalmente este control es de forma natural por medio de depredadores, pero los majestuosos saurios, no tienen un depredador natural en la zona, y esto en cualquier especie es peligroso, ya que su reproducción no tiene freno, en otras partes del país y del mundo este tipo de fauna es controlada por medio de la industria, ya sea cárnica o peletera la cual se rige por estrictas normas internacionales, o sea que no se trata de solo hacer una masacre indiscriminada, la especie se tiene que controlar y es cuando los gobiernos tienen que afrontar el gran reto de tantas décadas de libre reproducción.

Y entramos en un terreno pantanoso, en lo real, moral y ecológico, los puntos de vista son muy variados y es cuando tenemos que tomar ejemplos como los de Florida en Estados Unidos o países sudamericanos, que con éxito logran mantener el equilibrio en zonas protegidas, pero se tiene que permitir a la iniciativa privada que sea quien impulse estos proyectos, y puedan ser regidos por instituciones a nivel mundial, con formas legales y sanitarias de índole ecológico, que asegure la sustentabilidad y respeto a la especie y el ecosistema, quiero dejar en claro que ellos no son los malos, ellos son la consecuencia de nuestras malas decisiones y así como con muchas especies de flora y fauna jugamos a ser los omnipotentes, cuando ellos muestran su fuerza como especie, nos aterrorizamos y la lógica humana es aniquilarlos, todos formamos parte del ecosistema, y el respeto para con las demás especies se tiene que demostrar de parte de los racionales.

La especie moreletii tiene que ser protegida, pero como toda especie que no tiene un control natural, desde mi punto de vista como defensor de los animales, estoy consciente que la mejor forma de manejar esta situación es desarrollar una unidad de manejo ecológico, en donde se pueda tener un trato adecuado y así proteger a las dos caras de este problema, cuidando el bienestar de la especie y aprovechando racionalmente los recursos naturales que sin un control se pueden transformar en un problema que se sale de las manos, y como coloquialmente se dice, después de niño ahogado poso tapado.

Por lo menos así creo que tiene que ser.

O ¿usted qué opina? Regeneración 19.

Múltiples avistamientos, ya un buen número de humanos y mascotas que han perdido la vida en las fauces de nuestros vecinos de apellido moreletii.

Creo que el momento de tomar las riendas del problema es hoy, ya es un poco complicado compartir el espacio con los saurios, teniendo en cuenta que los humanos no tenemos el menor respeto al peligro que puede representar un superdepredador como lo es el cocodrilo, es un tema importante en nuestra zona, se ha comentado desde muchos puntos de vista.

¿Se está tomando en serio?

El aumento en la población de saurios en el corazón hídrico de nuestro bello Tampico y municipios aledaños, es más que evidente, las redes sociales ponen al descubierto caso tras caso de incidentes peligrosos, yo recuerdo que en antaño la laguna era un lugar en donde existía un afluente de personas para disfrutar eventos de lanchas rápidas, y por las tardes quién no se arriesgó a morir de cansancio en las lanchitas de pedales, y todo eso cambió en un puñado de años, cuántos no hemos disfrutado del paisaje de nuestra laguna, tortugas, iguanas, aves, coyotes, tlacuaches y los imponentes lagartos tomando el sol, según historiadores ellos llegaron a esta zona porque no encontraron un buen lugar en el zoológico de Tamatán ubicado en nuestra capital y fueron liberados y olvidados de cierta forma, ya que no se pensó en tener un control sobre la evolución de la especie.

En realidad la especie Crocodylus moreletii sí existía en el estado, más no en el sistema lagunario, la falta de control de una especie sin depredadores naturales ha generado un repunte en la reproducción y distribución de nuestros amigos saurios, en realidad el factor de riesgo que representan es latente, pero los accidentes que se han presentado siempre han sido por negligencia humana, no sabemos vivir o mejor dicho no existe una infraestructura que permita coexistir sanamente, ellos se han adaptado a estar en contacto con nosotros, antes se registraba un nivel de agresión bajo, así lo comentaba en 2002 el fallecido Steve Irwin en su visita a Tampico, lo que ha cambiado desde su visita es que la cantidad aumentó y la necesidad por alimentarse está cambiando su actitud hacia lo que ellos identifican como presas, en lo que sí quiero hacer hincapié, es que toda especie requiere de control, y normalmente este control es de forma natural por medio de depredadores, pero los majestuosos saurios, no tienen un depredador natural en la zona, y esto en cualquier especie es peligroso, ya que su reproducción no tiene freno, en otras partes del país y del mundo este tipo de fauna es controlada por medio de la industria, ya sea cárnica o peletera la cual se rige por estrictas normas internacionales, o sea que no se trata de solo hacer una masacre indiscriminada, la especie se tiene que controlar y es cuando los gobiernos tienen que afrontar el gran reto de tantas décadas de libre reproducción.

Y entramos en un terreno pantanoso, en lo real, moral y ecológico, los puntos de vista son muy variados y es cuando tenemos que tomar ejemplos como los de Florida en Estados Unidos o países sudamericanos, que con éxito logran mantener el equilibrio en zonas protegidas, pero se tiene que permitir a la iniciativa privada que sea quien impulse estos proyectos, y puedan ser regidos por instituciones a nivel mundial, con formas legales y sanitarias de índole ecológico, que asegure la sustentabilidad y respeto a la especie y el ecosistema, quiero dejar en claro que ellos no son los malos, ellos son la consecuencia de nuestras malas decisiones y así como con muchas especies de flora y fauna jugamos a ser los omnipotentes, cuando ellos muestran su fuerza como especie, nos aterrorizamos y la lógica humana es aniquilarlos, todos formamos parte del ecosistema, y el respeto para con las demás especies se tiene que demostrar de parte de los racionales.

La especie moreletii tiene que ser protegida, pero como toda especie que no tiene un control natural, desde mi punto de vista como defensor de los animales, estoy consciente que la mejor forma de manejar esta situación es desarrollar una unidad de manejo ecológico, en donde se pueda tener un trato adecuado y así proteger a las dos caras de este problema, cuidando el bienestar de la especie y aprovechando racionalmente los recursos naturales que sin un control se pueden transformar en un problema que se sale de las manos, y como coloquialmente se dice, después de niño ahogado poso tapado.

Por lo menos así creo que tiene que ser.

O ¿usted qué opina? Regeneración 19.