/ jueves 15 de julio de 2021

Fractal | Mordiscos mortales al planeta, nuestro último festín

Así es, mis lectores, como lo leen, nos estamos comiendo el planeta literalmente.

Todo lo que en él existe pertenece a una cadena alimenticia, la cual se denomina cadena trófica, en la cual nosotros como especie estamos desequilibrando y consumiendo más de lo que se debería, los niveles de energía y biomasa que se ocupan para nuestro sustento están rebasando la producción o, mejor dicho, lo que el planeta puede soportar, el cambio de uso de suelo es uno de los principales factores de la degradación de nuestra tierra, y por ende al ampliar las zonas agrícolas y ganaderas, forzamos a muchas especies silvestres a buscar nuevas regiones en donde se hacinan con especies con las que no tenían contacto, y esto causa depredación, extinción de las especies que no se pueden adaptar y como consecuencia lógica muchos agentes patógenos, exclusivos, se mezclan con otros animales y esto es un caldo de cultivo perfecto para la siguiente pandemia.

Retomando el grave problema, les comento un dato muy duro, en la escala global de desertificación en 2018 nos reporta que más del 75% de la superficie terrestre se encuentra degradada, y que, de seguir así, para 2050 tendríamos, según las estadísticas más moderadas, una degradación del 90%; los expertos en la materia estiman que nuestra humanidad consume anualmente 4.18 millones de kilómetros cuadrados, imaginen la huella ecológica que generamos, un aproximado por persona de 2 hectáreas y media, para satisfacer las necesidades básicas de consumo, los datos estadísticos son muy alarmantes, y lo peor es que como decía mi abuelita, por un oído nos entra y por el otro nos sale, no hacemos nada por frenar el consumo y la natalidad, solo pongamos un panorama moderado, en el que un aproximado de siete mil millones de humanos tenemos que dividir un pastel de 14 mil millones de hectáreas.

Este pastel que día con día se reduce se llama planeta Tierra, y por desgracia nuestra civilización será denominada en la historia como la CIVILIZACIÓN ENERGÍVORA, en pocas palabras nos tragamos el mundo en un acto suicida a todas luces.

Así que cuando nos quejamos de un virus malvado, calor infernal, fríos congelantes, inundaciones, incendios incontrolables, no busquemos explicaciones muy rebuscadas, solo tenemos que mirar a nuestro alrededor, nuestra forma de vida y darnos cuenta de que es el retrato de nuestros actos inconscientes.

O ¿Usted qué opina?

Regeneración 19

Así es, mis lectores, como lo leen, nos estamos comiendo el planeta literalmente.

Todo lo que en él existe pertenece a una cadena alimenticia, la cual se denomina cadena trófica, en la cual nosotros como especie estamos desequilibrando y consumiendo más de lo que se debería, los niveles de energía y biomasa que se ocupan para nuestro sustento están rebasando la producción o, mejor dicho, lo que el planeta puede soportar, el cambio de uso de suelo es uno de los principales factores de la degradación de nuestra tierra, y por ende al ampliar las zonas agrícolas y ganaderas, forzamos a muchas especies silvestres a buscar nuevas regiones en donde se hacinan con especies con las que no tenían contacto, y esto causa depredación, extinción de las especies que no se pueden adaptar y como consecuencia lógica muchos agentes patógenos, exclusivos, se mezclan con otros animales y esto es un caldo de cultivo perfecto para la siguiente pandemia.

Retomando el grave problema, les comento un dato muy duro, en la escala global de desertificación en 2018 nos reporta que más del 75% de la superficie terrestre se encuentra degradada, y que, de seguir así, para 2050 tendríamos, según las estadísticas más moderadas, una degradación del 90%; los expertos en la materia estiman que nuestra humanidad consume anualmente 4.18 millones de kilómetros cuadrados, imaginen la huella ecológica que generamos, un aproximado por persona de 2 hectáreas y media, para satisfacer las necesidades básicas de consumo, los datos estadísticos son muy alarmantes, y lo peor es que como decía mi abuelita, por un oído nos entra y por el otro nos sale, no hacemos nada por frenar el consumo y la natalidad, solo pongamos un panorama moderado, en el que un aproximado de siete mil millones de humanos tenemos que dividir un pastel de 14 mil millones de hectáreas.

Este pastel que día con día se reduce se llama planeta Tierra, y por desgracia nuestra civilización será denominada en la historia como la CIVILIZACIÓN ENERGÍVORA, en pocas palabras nos tragamos el mundo en un acto suicida a todas luces.

Así que cuando nos quejamos de un virus malvado, calor infernal, fríos congelantes, inundaciones, incendios incontrolables, no busquemos explicaciones muy rebuscadas, solo tenemos que mirar a nuestro alrededor, nuestra forma de vida y darnos cuenta de que es el retrato de nuestros actos inconscientes.

O ¿Usted qué opina?

Regeneración 19