/ jueves 31 de marzo de 2022

Fractal | Suelos kársticos y el frágil equilibrio de la biodiversidad en la península mexicana

Como siempre lo he manifestado en esta columna, el interés de un servidor es el bien común y la sana convivencia de los habitantes de este planeta Tierra, hacer énfasis en los asuntos de interés global, exponiendo lógicas y razones palpables, sin dogmas ni posturas políticas, solo realidades con la ciencia de testigo.

Hoy hablaré sobre algo que está, y ha estado, con la civilización por siempre, ya que es en donde nuestros pies han caminado por miles de años, creando y destruyendo según la época y las justificaciones del momento.

El suelo, y en particular comentaré sobre los suelos “kársticos” -el nombre karst procedente de la región italo-eslovenia- se denomina o conoce como una formación o relieve que es originado por meteorización química de determinadas rocas, como caliza, dolomía, yeso, etc., compuestas por minerales solubles al agua.

Las zonas en México con suelos kársticos representan 15% del territorio, y se encuentran principalmente en Tamaulipas, Chiapas y la península de Yucatán.

Bueno, y se preguntarán: ¿Qué rayos me interesa a mi saber sobre un suelo kárstico?

Pues los científicos expertos en materia de suelos mencionan que toda la península mexicana depende absolutamente del sistema kárstico y su equilibrio, agua dulce, playas, flora, fauna y el turismo, del cual dependen miles de humanos.

La verdad es que México y su biodiversidad nos sorprenden siempre, y sé que muchos han disfrutado de la belleza formada por millones de años y no tienen ni idea que estaban sobre un suelo de este tipo y la función tan importante que desempeñan en el entorno natural, como siempre lo digo, todo tiene una razón y función en este planeta, y los suelos son la base en donde se desarrollan los ecosistemas, según sus características, así será la flora y la fauna que ahí se desarrollará, por eso su importancia.

Una de las características de estos suelos es que se disuelven y modifican con el agua, formando con el correr de los siglos galerías, cavernas y ríos subterráneos vitales para el mantenimiento de una gran diversidad de flora y fauna, el uso que se les ha dado a estas bellezas naturales viene desde tiempos remotos, como ojos de agua para uso humano, bodegas subterráneas, refugio y actualmente como atractivo en ecoturismo, siendo la base económica de las zonas en las que se encuentran.

Pero lo delicado de su estructura mineral realmente ocupa de estudios concienzudos, ya que estas áreas se han explotado en extremo por cadenas de hoteles y parques, pero hasta el momento no existía un riesgo generalizado a la cadena hídrica y de formación de cavernas a gran escala, los geólogos y especialistas siempre hacen referencia a lo peligroso que es realizar construcciones grandes o que generen vibración constante sobre este tipo de suelos, y más aún si las áreas pierden el soporte arbóreo, que funge como tapete o protección a la degradación de los suelos por lixiviación generada por la lluvia, la combinación de estos factores puede ser peligrosa para el entorno, el cual será literalmente desmoronado como si fuera una galleta con café, las consecuencias en cadena seguirán, ya que al causar el cambio de ríos subterráneos tanto la flora como la fauna local serán afectadas drásticamente, y si el cambio total de un entorno con un equilibrio tan delicado no fuera suficiente, existe el riesgo latente de que se genere el derrumbe del camino por donde transite cualquier transporte pesado, algo común en la península mexicana, acostumbrados a los llamados socavones, pero en esta región, según mencionan expertos, puede llegar a ser tan grande como un campo de futbol.

Como en un inicio mencioné, la intención de esta columna es plantear posibles consecuencias, cuando el humano realiza cosas sin pensar o importarle las consecuencias, la geodinámica de suelos y los especialistas en materias como estas son los que pueden vislumbrar una tragedia para todos, animales no humanos, plantas, animales humanos, siendo estos últimos los que, teniendo las herramientas cerebrales suficientes, no evitaron algo que por física y lógica pasaría.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.

Como siempre lo he manifestado en esta columna, el interés de un servidor es el bien común y la sana convivencia de los habitantes de este planeta Tierra, hacer énfasis en los asuntos de interés global, exponiendo lógicas y razones palpables, sin dogmas ni posturas políticas, solo realidades con la ciencia de testigo.

Hoy hablaré sobre algo que está, y ha estado, con la civilización por siempre, ya que es en donde nuestros pies han caminado por miles de años, creando y destruyendo según la época y las justificaciones del momento.

El suelo, y en particular comentaré sobre los suelos “kársticos” -el nombre karst procedente de la región italo-eslovenia- se denomina o conoce como una formación o relieve que es originado por meteorización química de determinadas rocas, como caliza, dolomía, yeso, etc., compuestas por minerales solubles al agua.

Las zonas en México con suelos kársticos representan 15% del territorio, y se encuentran principalmente en Tamaulipas, Chiapas y la península de Yucatán.

Bueno, y se preguntarán: ¿Qué rayos me interesa a mi saber sobre un suelo kárstico?

Pues los científicos expertos en materia de suelos mencionan que toda la península mexicana depende absolutamente del sistema kárstico y su equilibrio, agua dulce, playas, flora, fauna y el turismo, del cual dependen miles de humanos.

La verdad es que México y su biodiversidad nos sorprenden siempre, y sé que muchos han disfrutado de la belleza formada por millones de años y no tienen ni idea que estaban sobre un suelo de este tipo y la función tan importante que desempeñan en el entorno natural, como siempre lo digo, todo tiene una razón y función en este planeta, y los suelos son la base en donde se desarrollan los ecosistemas, según sus características, así será la flora y la fauna que ahí se desarrollará, por eso su importancia.

Una de las características de estos suelos es que se disuelven y modifican con el agua, formando con el correr de los siglos galerías, cavernas y ríos subterráneos vitales para el mantenimiento de una gran diversidad de flora y fauna, el uso que se les ha dado a estas bellezas naturales viene desde tiempos remotos, como ojos de agua para uso humano, bodegas subterráneas, refugio y actualmente como atractivo en ecoturismo, siendo la base económica de las zonas en las que se encuentran.

Pero lo delicado de su estructura mineral realmente ocupa de estudios concienzudos, ya que estas áreas se han explotado en extremo por cadenas de hoteles y parques, pero hasta el momento no existía un riesgo generalizado a la cadena hídrica y de formación de cavernas a gran escala, los geólogos y especialistas siempre hacen referencia a lo peligroso que es realizar construcciones grandes o que generen vibración constante sobre este tipo de suelos, y más aún si las áreas pierden el soporte arbóreo, que funge como tapete o protección a la degradación de los suelos por lixiviación generada por la lluvia, la combinación de estos factores puede ser peligrosa para el entorno, el cual será literalmente desmoronado como si fuera una galleta con café, las consecuencias en cadena seguirán, ya que al causar el cambio de ríos subterráneos tanto la flora como la fauna local serán afectadas drásticamente, y si el cambio total de un entorno con un equilibrio tan delicado no fuera suficiente, existe el riesgo latente de que se genere el derrumbe del camino por donde transite cualquier transporte pesado, algo común en la península mexicana, acostumbrados a los llamados socavones, pero en esta región, según mencionan expertos, puede llegar a ser tan grande como un campo de futbol.

Como en un inicio mencioné, la intención de esta columna es plantear posibles consecuencias, cuando el humano realiza cosas sin pensar o importarle las consecuencias, la geodinámica de suelos y los especialistas en materias como estas son los que pueden vislumbrar una tragedia para todos, animales no humanos, plantas, animales humanos, siendo estos últimos los que, teniendo las herramientas cerebrales suficientes, no evitaron algo que por física y lógica pasaría.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.