/ jueves 13 de mayo de 2021

Fractal | Tan claro como el agua, la clave es la unión para un bien común

Lo complicado de los problemas que afectan a una sociedad, es la sociedad en sí, nunca nos ponemos de acuerdo, siempre culpamos y denostamos o simplemente nos quejamos, pero no somos capaces de unirnos para un bien común.

¿Cuántos estamos padeciendo el problema del agua con sabor a sal?

Literalmente todos los que hacemos uso de la red de agua pública.

Por nuestro sentido del gusto nos dimos cuenta de que el sabor del agua cambió, nos quejamos hicimos memes, mil comentarios en las redes sociales, pero como siempre, pasamos de un estado de pánico a uno de resignación, y nos quedamos a la espera de un dictamen químico oficial que no llega.

Me pregunto, ¿si somos tantos los afectados? por qué no hacer un grupo de ciudadanos que de forma particular y con la certificación de un laboratorio, realizar un análisis de contenido y que se haga constar ante notario para que con el diagnóstico y la veracidad de los estudios se pueda asistir o exigir realmente con conocimiento de causa a las instancias adecuadas, con fundamentos científicos y legales reales, para dejar de solo especular.

Desde nuestros campos de acción hemos mencionado los posibles riesgos de estar en contacto con este tipo de agua y lo peligroso de ingerirla, que es mortal para las plantas, los animales tienen daño en piel al bañarlos y en órganos al ingerirla, los aparatos domésticos y su posible descompostura por estar en contacto con este tipo de agua, y lo más preocupante son los posibles daños colaterales a corto mediano y largo plazo que puede causar a la salud de nuestras familias.

Pero ¿cuál ha sido la solución?

Rogar que las nubes se apiaden de nosotros y si un día llueve decir que ya estamos salvados, correr en marabunta acaparando todos los garrafones posibles, culpar a todos en forma escalonada desde la población contaminante, pasando por las dependencias estatales, federales y así hasta las más altas esferas gubernamentales, que por los siglos de los siglos han ignorado este potencial problema, que ya se había pronosticado desde hace muchos años por organizaciones ambientalistas, y científicos especializados, solo que las instancias responsables no se esperaban que fuera en tan corto plazo.

Exhorto a la población, empresarios, universidades, organizaciones civiles y quien realmente le interese el tema, unir fuerzas para encontrar soluciones y no solo esperar a que como todo aquí en nuestro México, lleguemos al punto en que las enfermedades oculares, de piel y todo lo demás, sea tan normal que pase a ser parte de nuestra vida cotidiana, y nuestros hijos tengan que padecer por nuestra apatía, divisionismo y conformismo, y ser el pueblo que, aparte de tener ovnis, seremos los más salados del país, y esperar que el problema pase de moda como todo, y los interesados lo olviden en un folder manila como todo lo importante de lo que están llenos los archivos en este nuestro hermoso México.

O ¿usted qué opina? Regeneración 19.

Lo complicado de los problemas que afectan a una sociedad, es la sociedad en sí, nunca nos ponemos de acuerdo, siempre culpamos y denostamos o simplemente nos quejamos, pero no somos capaces de unirnos para un bien común.

¿Cuántos estamos padeciendo el problema del agua con sabor a sal?

Literalmente todos los que hacemos uso de la red de agua pública.

Por nuestro sentido del gusto nos dimos cuenta de que el sabor del agua cambió, nos quejamos hicimos memes, mil comentarios en las redes sociales, pero como siempre, pasamos de un estado de pánico a uno de resignación, y nos quedamos a la espera de un dictamen químico oficial que no llega.

Me pregunto, ¿si somos tantos los afectados? por qué no hacer un grupo de ciudadanos que de forma particular y con la certificación de un laboratorio, realizar un análisis de contenido y que se haga constar ante notario para que con el diagnóstico y la veracidad de los estudios se pueda asistir o exigir realmente con conocimiento de causa a las instancias adecuadas, con fundamentos científicos y legales reales, para dejar de solo especular.

Desde nuestros campos de acción hemos mencionado los posibles riesgos de estar en contacto con este tipo de agua y lo peligroso de ingerirla, que es mortal para las plantas, los animales tienen daño en piel al bañarlos y en órganos al ingerirla, los aparatos domésticos y su posible descompostura por estar en contacto con este tipo de agua, y lo más preocupante son los posibles daños colaterales a corto mediano y largo plazo que puede causar a la salud de nuestras familias.

Pero ¿cuál ha sido la solución?

Rogar que las nubes se apiaden de nosotros y si un día llueve decir que ya estamos salvados, correr en marabunta acaparando todos los garrafones posibles, culpar a todos en forma escalonada desde la población contaminante, pasando por las dependencias estatales, federales y así hasta las más altas esferas gubernamentales, que por los siglos de los siglos han ignorado este potencial problema, que ya se había pronosticado desde hace muchos años por organizaciones ambientalistas, y científicos especializados, solo que las instancias responsables no se esperaban que fuera en tan corto plazo.

Exhorto a la población, empresarios, universidades, organizaciones civiles y quien realmente le interese el tema, unir fuerzas para encontrar soluciones y no solo esperar a que como todo aquí en nuestro México, lleguemos al punto en que las enfermedades oculares, de piel y todo lo demás, sea tan normal que pase a ser parte de nuestra vida cotidiana, y nuestros hijos tengan que padecer por nuestra apatía, divisionismo y conformismo, y ser el pueblo que, aparte de tener ovnis, seremos los más salados del país, y esperar que el problema pase de moda como todo, y los interesados lo olviden en un folder manila como todo lo importante de lo que están llenos los archivos en este nuestro hermoso México.

O ¿usted qué opina? Regeneración 19.