/ jueves 16 de junio de 2022

Fuera de Agenda | Socavón en la seguridad interior

Dos sucesos recientes parecen confirmar que no habrá marcha atrás lo que resta del sexenio en la descomposición de la seguridad interior que de facto está en manos militares. El robo de 20 contenedores con oro, plata y artículos electrónicos en el puerto de Manzanillo y la maniobra de entrada y salida del aeropuerto de Querétaro de un avión de orígen iraní a nombre de la empresa Emtrasur, filial de la venezolana Conviasa, sancionada por el Tesoro estadounidense, desnudó las fallas en los controles portuarios y aéreos a cargo de personal castrense.

El escándalo internacional del avión venezolano detonó el fin de semana pasado después de que la aeronave quedara retenida en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, Argentina, con 17 tripulantes de los cuales cinco eran iraníes y el resto venezolanos. La aeronave un Boeing 747 perteneció hasta el año pasado a la aerolínea iraní Mahan Air, considerada por las agencias de inteligencia estadounidense brazo operativo de la Fuerza Quds, cuyos miembros y empresas fueron designados como terroristas en 2007.

La aeronave tenía alerta de agencias de seguridad estadounidense, el rastreo previo a su llegada a Querétaro fue en Teherán el 21 de mayo, de donde salió rumbo a Moscú el 24, el día 25 partió de la capital rusa de regreso a la capital iraní y el dìa 26 aterrizó en Caracas. De la capital venezolana despegó el día 4 para aterrizar en Querétaro el mismo día, ahí cargaron autopartes para regresar el lunes 6 a Caracas. Información publicada por la prensa bonaerense señaló que en México su tripulación habría estado compuesta por el teniente coronel Vicente A. Raga, oficial de la reserva de la Fuerza Aérea Bolivariana junto al capitán Cornelio Trujillo Candor.

Como informó el pasado lunes 13 El Sol de México, el avión salió de Caracas rumbo a Buenos Aires el día 6 pero tuvo que aterrizar de emergencia por cuestiones climáticas en Córdoba. A su llegada a la capital argentina estuvo unas horas y tuvo que partir a Uruguay a cargar combustible porque nadie quiso darle el servicio para evitar sanciones estadounidenses. El gobierno uruguayo le negó el ingreso a su espacio aéreo y tuvo que regresar a territorio argentino donde quedó retenido.

Los cinco iraníes encendieron todas las alertas en el país sudamericano donde hay pedido de captura contra ciudadanos de aquel país por los atentados terroristas de 1994. La aeronave quedó retenida junto a la tripulación y las autoridades judiciales iniciaron un sumario “secreto” para indagar si habría alguna operación clandestina detrás de la ruta de la aeronave.

La reacción de las autoridades argentinas se esperaba que la hubiera tenido antes el gobierno mexicano desde que la aeronave estuvo en territorio nacional. Entró, cargó y despegó sin generar sospechas. Al ser una aeronave fichada por los servicios de inteligencia estadounidense, el papel del gobierno mexicano dejó mucho que desear a sus pares norteamericanos.

Nada raro cuando la Guardia Nacional no se da por enterada durante más de 10 horas en que un grupo armado se apoderó de los 20 contenedores en una terminal contigua al puerto de Manzanillo. Semana y media después del suceso, no hay un solo reporte del avance de las investigaciones.

  • @velediaz424

Dos sucesos recientes parecen confirmar que no habrá marcha atrás lo que resta del sexenio en la descomposición de la seguridad interior que de facto está en manos militares. El robo de 20 contenedores con oro, plata y artículos electrónicos en el puerto de Manzanillo y la maniobra de entrada y salida del aeropuerto de Querétaro de un avión de orígen iraní a nombre de la empresa Emtrasur, filial de la venezolana Conviasa, sancionada por el Tesoro estadounidense, desnudó las fallas en los controles portuarios y aéreos a cargo de personal castrense.

El escándalo internacional del avión venezolano detonó el fin de semana pasado después de que la aeronave quedara retenida en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, Argentina, con 17 tripulantes de los cuales cinco eran iraníes y el resto venezolanos. La aeronave un Boeing 747 perteneció hasta el año pasado a la aerolínea iraní Mahan Air, considerada por las agencias de inteligencia estadounidense brazo operativo de la Fuerza Quds, cuyos miembros y empresas fueron designados como terroristas en 2007.

La aeronave tenía alerta de agencias de seguridad estadounidense, el rastreo previo a su llegada a Querétaro fue en Teherán el 21 de mayo, de donde salió rumbo a Moscú el 24, el día 25 partió de la capital rusa de regreso a la capital iraní y el dìa 26 aterrizó en Caracas. De la capital venezolana despegó el día 4 para aterrizar en Querétaro el mismo día, ahí cargaron autopartes para regresar el lunes 6 a Caracas. Información publicada por la prensa bonaerense señaló que en México su tripulación habría estado compuesta por el teniente coronel Vicente A. Raga, oficial de la reserva de la Fuerza Aérea Bolivariana junto al capitán Cornelio Trujillo Candor.

Como informó el pasado lunes 13 El Sol de México, el avión salió de Caracas rumbo a Buenos Aires el día 6 pero tuvo que aterrizar de emergencia por cuestiones climáticas en Córdoba. A su llegada a la capital argentina estuvo unas horas y tuvo que partir a Uruguay a cargar combustible porque nadie quiso darle el servicio para evitar sanciones estadounidenses. El gobierno uruguayo le negó el ingreso a su espacio aéreo y tuvo que regresar a territorio argentino donde quedó retenido.

Los cinco iraníes encendieron todas las alertas en el país sudamericano donde hay pedido de captura contra ciudadanos de aquel país por los atentados terroristas de 1994. La aeronave quedó retenida junto a la tripulación y las autoridades judiciales iniciaron un sumario “secreto” para indagar si habría alguna operación clandestina detrás de la ruta de la aeronave.

La reacción de las autoridades argentinas se esperaba que la hubiera tenido antes el gobierno mexicano desde que la aeronave estuvo en territorio nacional. Entró, cargó y despegó sin generar sospechas. Al ser una aeronave fichada por los servicios de inteligencia estadounidense, el papel del gobierno mexicano dejó mucho que desear a sus pares norteamericanos.

Nada raro cuando la Guardia Nacional no se da por enterada durante más de 10 horas en que un grupo armado se apoderó de los 20 contenedores en una terminal contigua al puerto de Manzanillo. Semana y media después del suceso, no hay un solo reporte del avance de las investigaciones.

  • @velediaz424