/ miércoles 17 de julio de 2019

Ganamos y perdimos

E igual nos divertimos. Canción infantil que Eduardo Galeano escuchó a un grupo de niños por las calles de Barcelona. Habrá por ahí quién recuerde a Roberto Matosas, recio defensa central uruguayo cuyo mayor mérito fue haber sido nombrado mejor jugador de América, compartiendo tal honor nada menos que con Edson Arantes do Nacimento “Pelé”. Matosas inició su brillante carrera con el Peñarol de su natal Uruguay. Jugó también con el River Plate de Buenos Aires de 1964 a 1968, regresó a Peñarol y después se enroló en el futbol mexicano, jugando para el San Luis en la temporada 73-74 descendiendo a la segunda División. Pasó después al Toluca, en donde bajo las órdenes de Ricardo de León se coronó Campeón de Liga, aquel Toluca formaba así: Walter Gassire, Arturo López, Eduardo Ramos, Roberto Matosas y LuisManuel Torres Salinas; Vicky Estrada, Moisés Figueroa y Vicente Pereda (El Diablo Mayor); Mario Medina, Italo Estupiñán y Héctor Hugo Eugui. Hombre culto y de charla amena que instaló una empresa en Veracruz dedicada a la Motivación Personal.

Hans Hubert, “Berti” Vogts, tuvo la clave para que Alemania se declarara campeona del mundo en 1974. Su impecable marcaje a Johan Cruyff en la final frente a Holanda resultó decisivo para la victoria germana. Vogts fue siempre eso, un marcador implacable, tenaz y obstinado. Despuntó como el mejor jugador juvenil alemán de su generación, fichó por el Borussia de Monchengladbach, con el que conquistó cinco veces la Bundesliga, una vez la Copa Alemana, jugó la Copa de Europa, con la Selección Alemana jugó el mundial de 1970 quedando terceros, en 1974 Campeones y en 1078 se proclamó campeón de Europa-72 aunque el no estuvo en el juego final. Ruud Krol nació en 1949 y empezó su carrera como lateral izquierdo del Ajax de Amsterdam que conquistó tres veces la Copa de Europa. Luego se convirtió en libero de su equipo y de la selección holandesa que en Alemania-74 y en Argentina- 78 jugó la final del Mundial. Atlético, elegante, seguro, con gran visión de la jugada, Krol poseía muchos elementos de coincidencia con otro magnífico líbero, el alemán Franz Beckenbauer. Al retirarse Johan Cruyff como internacional holandés, Krol asumió la capitanía del equipo naranja. Tras un corto recorrido en las filas del equipo canadiense Vancouver, Krol fichó por el Nápoles italiano. Jugador de versalidad tal, que podía jugar como titular cualquiera de las 11 posiciones de un equipo. Julio César Abbadie fue uno de los más notables jugadores uruguayos de todos los tiempos, Desdeñado por el Nacional de Montevideo, los técnicos del equipo tricolor se equivocaron pues no creyeron en sus cualidades. Abbadie entonces comenzó a entrenar con el clásico rival del Nacional, el Peñarol, en el que pronto ganó la titularidad, supliendo a otro grande, Juan Alberto Schiaffino. Con el número 10 en la espalda, Abbadie maravilló al público uruguayo por su extraordinaria técnica, el excelente y delicado manejo del balón, la precisión de sus remates a puerta y, por su fina inteligencia en los planos estratégicos.

En ocasión del Campeonato Mundial Suiza-54 fue ubicado en el extremo derecho, en donde también brilló a base de velocidad, recio defensa. Tras jugar varios años en el Génova de Italia regresó a Montevideo a su antiguo club. Sus sienes lucían abundantes canas y no fueron pocos los que consideraron que era muy viejo, pero el entrenador Maspoli lo mantuvo en el extremo derecho del ataque aurinegro, la velocidad perdida fue suplida por la experiencia y una dirección táctica dirigida a obstruir los comienzos de las cargas del contrario y a relevar al defensa lateral de ese costado cuando se lanzaba al ataque. Idolatrado por la hinchada aurinegra y respetado por todos los deportistas uruguayos por su caballerosidad, el “Pardo” Abbadie culminó su carrera de éxitos ganando la Libertadores.

Con profundo dolor me he enterado de la pérdida de mi buen amigo Bartolo Meraz a quien me unía una gran amistad. Compañero en mi equipo de futbol, el Tampico FC, dirigido por otro entrañable amigo ya desaparecido, el C. P. Víctor Goldaracena Castelán, en donde con toda la seriedad que amerita el amor a los colores del Tampico, entregábamos nuestro honesto esfuerzo, para que, una vez terminado el partido, volviéramos a la puerilidad que caracterizó nuestra amistad, en donde ya tranquilos y en tertulia, el deporte volviera a su origen lúdico para convertirse en juego. Vaya mi profundo pésame para su esposa la señora Pilar y para sus hijos Sergio y Karina Meraz Trinidad... Con igual dolor me uno al sufrimiento de otro buen amigo, Francisco “Panchillo” Fernández, por el sensible deceso de su hija Yaira Fernández Romero. Dios te bendiga amigo, a ti y a tu familia una pronta y cristiana resignación.

Hasta pronto amigo.

E igual nos divertimos. Canción infantil que Eduardo Galeano escuchó a un grupo de niños por las calles de Barcelona. Habrá por ahí quién recuerde a Roberto Matosas, recio defensa central uruguayo cuyo mayor mérito fue haber sido nombrado mejor jugador de América, compartiendo tal honor nada menos que con Edson Arantes do Nacimento “Pelé”. Matosas inició su brillante carrera con el Peñarol de su natal Uruguay. Jugó también con el River Plate de Buenos Aires de 1964 a 1968, regresó a Peñarol y después se enroló en el futbol mexicano, jugando para el San Luis en la temporada 73-74 descendiendo a la segunda División. Pasó después al Toluca, en donde bajo las órdenes de Ricardo de León se coronó Campeón de Liga, aquel Toluca formaba así: Walter Gassire, Arturo López, Eduardo Ramos, Roberto Matosas y LuisManuel Torres Salinas; Vicky Estrada, Moisés Figueroa y Vicente Pereda (El Diablo Mayor); Mario Medina, Italo Estupiñán y Héctor Hugo Eugui. Hombre culto y de charla amena que instaló una empresa en Veracruz dedicada a la Motivación Personal.

Hans Hubert, “Berti” Vogts, tuvo la clave para que Alemania se declarara campeona del mundo en 1974. Su impecable marcaje a Johan Cruyff en la final frente a Holanda resultó decisivo para la victoria germana. Vogts fue siempre eso, un marcador implacable, tenaz y obstinado. Despuntó como el mejor jugador juvenil alemán de su generación, fichó por el Borussia de Monchengladbach, con el que conquistó cinco veces la Bundesliga, una vez la Copa Alemana, jugó la Copa de Europa, con la Selección Alemana jugó el mundial de 1970 quedando terceros, en 1974 Campeones y en 1078 se proclamó campeón de Europa-72 aunque el no estuvo en el juego final. Ruud Krol nació en 1949 y empezó su carrera como lateral izquierdo del Ajax de Amsterdam que conquistó tres veces la Copa de Europa. Luego se convirtió en libero de su equipo y de la selección holandesa que en Alemania-74 y en Argentina- 78 jugó la final del Mundial. Atlético, elegante, seguro, con gran visión de la jugada, Krol poseía muchos elementos de coincidencia con otro magnífico líbero, el alemán Franz Beckenbauer. Al retirarse Johan Cruyff como internacional holandés, Krol asumió la capitanía del equipo naranja. Tras un corto recorrido en las filas del equipo canadiense Vancouver, Krol fichó por el Nápoles italiano. Jugador de versalidad tal, que podía jugar como titular cualquiera de las 11 posiciones de un equipo. Julio César Abbadie fue uno de los más notables jugadores uruguayos de todos los tiempos, Desdeñado por el Nacional de Montevideo, los técnicos del equipo tricolor se equivocaron pues no creyeron en sus cualidades. Abbadie entonces comenzó a entrenar con el clásico rival del Nacional, el Peñarol, en el que pronto ganó la titularidad, supliendo a otro grande, Juan Alberto Schiaffino. Con el número 10 en la espalda, Abbadie maravilló al público uruguayo por su extraordinaria técnica, el excelente y delicado manejo del balón, la precisión de sus remates a puerta y, por su fina inteligencia en los planos estratégicos.

En ocasión del Campeonato Mundial Suiza-54 fue ubicado en el extremo derecho, en donde también brilló a base de velocidad, recio defensa. Tras jugar varios años en el Génova de Italia regresó a Montevideo a su antiguo club. Sus sienes lucían abundantes canas y no fueron pocos los que consideraron que era muy viejo, pero el entrenador Maspoli lo mantuvo en el extremo derecho del ataque aurinegro, la velocidad perdida fue suplida por la experiencia y una dirección táctica dirigida a obstruir los comienzos de las cargas del contrario y a relevar al defensa lateral de ese costado cuando se lanzaba al ataque. Idolatrado por la hinchada aurinegra y respetado por todos los deportistas uruguayos por su caballerosidad, el “Pardo” Abbadie culminó su carrera de éxitos ganando la Libertadores.

Con profundo dolor me he enterado de la pérdida de mi buen amigo Bartolo Meraz a quien me unía una gran amistad. Compañero en mi equipo de futbol, el Tampico FC, dirigido por otro entrañable amigo ya desaparecido, el C. P. Víctor Goldaracena Castelán, en donde con toda la seriedad que amerita el amor a los colores del Tampico, entregábamos nuestro honesto esfuerzo, para que, una vez terminado el partido, volviéramos a la puerilidad que caracterizó nuestra amistad, en donde ya tranquilos y en tertulia, el deporte volviera a su origen lúdico para convertirse en juego. Vaya mi profundo pésame para su esposa la señora Pilar y para sus hijos Sergio y Karina Meraz Trinidad... Con igual dolor me uno al sufrimiento de otro buen amigo, Francisco “Panchillo” Fernández, por el sensible deceso de su hija Yaira Fernández Romero. Dios te bendiga amigo, a ti y a tu familia una pronta y cristiana resignación.

Hasta pronto amigo.