/ miércoles 25 de agosto de 2021

Gobernanza y sostenibilidad | De la asistencia humanitaria a la acción comunitaria

El 19 de agosto se conmemoró como cada año desde 2009, el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria y en ese contexto el Secretario de la Naciones Unidas, hace un homenaje al personal de la ayuda humanitaria y un llamado a protegerlo.

Pero ¿Qué es la ayuda humanitaria? De acuerdo a la ONU, la ayuda humanitaria es: “Una forma de solidaridad o cooperación generalmente destinada a las poblaciones pobres o a las que han sufrido una crisis humanitaria provocadas por fenómenos naturales como sismos, tsunamis, erupciones volcánicas, o una guerra”.

La ayuda humanitaria, expone que debe seguir los Principios Humanitarios de: “imparcialidad, neutralidad, humanidad e independencia operacional”.

Estas acciones y principios se componen por la operación que realiza el personal coordinado por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU ante cualquier desastre a nivel mundial.

Pero como expone Antonio Guterres, Secretario de Naciones Unidas, cada vez nos enfrentamos a mayores amenazas en todo el mundo con las que debemos lidiar. Solo el último año han muerto 72 personas dedicadas a la ayuda humanitaria.

Si bien es cierto el cambio climático y el desastre medioambiental en expansión está generando riesgos inusitados y los fenómenos climáticos son incontrolables y a pesar de que los héroes de la asistencia humanitaria en la acción son un reducido número de hombres y mujeres en todo el mundo, este día es apto no solo para reconocer el trabajo de quienes están en medio de las catástrofes naturales, también es un buen momento para pensar en lo qué sí podemos hacer como sociedad.

La crisis multidimensional que experimenta nuestro país requiere de dos aspectos fundamentales: gobiernos efectivos y ciudadanía activa.

Los desafíos propios de una época tan convulsionada como la nuestra exigen que haya no solo gobiernos legítimos –como lo expone Aguilar Villanueva– sino gobiernos capaces de atender y solucionar la amplia gama de problemas públicos que enfrentan nuestras sociedades. No solo hace falta buena voluntad para gobernar, se requieren técnicos que sepan hacer política y políticos con una visión especializada.

Pero el otro aspecto tiene que ver con la ciudadanía. Nuestros tiempos también exigen ciudadanos dispuestos a participar en asuntos públicos; ciudadanos no solo preocupados por el devenir histórico de su país, sino ocupados buscando espacios para la participación y la acción ciudadana.

La experiencia dice que a mayores mecanismos de participación pública, mayor es la participación ciudadana, sin embargo, ante las turbulencias de una acelerada dinámica política, la ciudadanía no puede esperar espacios de participación. Hay que detonarlos.

En el día de la Asistencia Humanitaria es importante subrayar que esta, es una actividad que hay que celebrar, impulsar, promover y financiar, pero también es un motivo para pensar en cómo podemos brindar apoyo –humanitario– desde lo local y en nuestros propios entornos.

Los héroes de la Asistencia Humanitaria pueden inspirarnos a salir un poco de lo cotidiano para ir en busca de medios que nos permitan aportar algo de nosotros a nuestras comunidades.

El 19 de agosto se conmemoró como cada año desde 2009, el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria y en ese contexto el Secretario de la Naciones Unidas, hace un homenaje al personal de la ayuda humanitaria y un llamado a protegerlo.

Pero ¿Qué es la ayuda humanitaria? De acuerdo a la ONU, la ayuda humanitaria es: “Una forma de solidaridad o cooperación generalmente destinada a las poblaciones pobres o a las que han sufrido una crisis humanitaria provocadas por fenómenos naturales como sismos, tsunamis, erupciones volcánicas, o una guerra”.

La ayuda humanitaria, expone que debe seguir los Principios Humanitarios de: “imparcialidad, neutralidad, humanidad e independencia operacional”.

Estas acciones y principios se componen por la operación que realiza el personal coordinado por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU ante cualquier desastre a nivel mundial.

Pero como expone Antonio Guterres, Secretario de Naciones Unidas, cada vez nos enfrentamos a mayores amenazas en todo el mundo con las que debemos lidiar. Solo el último año han muerto 72 personas dedicadas a la ayuda humanitaria.

Si bien es cierto el cambio climático y el desastre medioambiental en expansión está generando riesgos inusitados y los fenómenos climáticos son incontrolables y a pesar de que los héroes de la asistencia humanitaria en la acción son un reducido número de hombres y mujeres en todo el mundo, este día es apto no solo para reconocer el trabajo de quienes están en medio de las catástrofes naturales, también es un buen momento para pensar en lo qué sí podemos hacer como sociedad.

La crisis multidimensional que experimenta nuestro país requiere de dos aspectos fundamentales: gobiernos efectivos y ciudadanía activa.

Los desafíos propios de una época tan convulsionada como la nuestra exigen que haya no solo gobiernos legítimos –como lo expone Aguilar Villanueva– sino gobiernos capaces de atender y solucionar la amplia gama de problemas públicos que enfrentan nuestras sociedades. No solo hace falta buena voluntad para gobernar, se requieren técnicos que sepan hacer política y políticos con una visión especializada.

Pero el otro aspecto tiene que ver con la ciudadanía. Nuestros tiempos también exigen ciudadanos dispuestos a participar en asuntos públicos; ciudadanos no solo preocupados por el devenir histórico de su país, sino ocupados buscando espacios para la participación y la acción ciudadana.

La experiencia dice que a mayores mecanismos de participación pública, mayor es la participación ciudadana, sin embargo, ante las turbulencias de una acelerada dinámica política, la ciudadanía no puede esperar espacios de participación. Hay que detonarlos.

En el día de la Asistencia Humanitaria es importante subrayar que esta, es una actividad que hay que celebrar, impulsar, promover y financiar, pero también es un motivo para pensar en cómo podemos brindar apoyo –humanitario– desde lo local y en nuestros propios entornos.

Los héroes de la Asistencia Humanitaria pueden inspirarnos a salir un poco de lo cotidiano para ir en busca de medios que nos permitan aportar algo de nosotros a nuestras comunidades.

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