/ sábado 20 de octubre de 2018

Gran río americano

La lluvia fría de otoño azota los cristales y empaña las figuras que deambulan por las calles bajo un manto de nubes grises.

¡Qué pequeño me resulta en este instante la medida de lo humano! “Si se ha vivido un día se han vivido todos”, anuncia el poeta maldito que releo con interes.

Cesa de llover. Doy un repaso a las noticias de dia. Me entero que ciudadanos de Honduras marchan en caravana rumbo a la frontera de nuestro país, camino hacia Estados Unidos, en busca de trabajo; y el portazo en las narices que planean darles en nuestro territorio a pedido expreso de Donald Trump, presidente del gigante opulento.

Me parece el colmo de lo inhumano la ruta que los migrantes deben seguir en la búsqueda del sueño americano, y advierto la mutación económica que hay en Mexico a causa del acelerado proceso de globalización, actividad que simboliza lo opuesto al espíritu del artículo veintisiete relativo al papel de los energéticos en el desarrollo armónico del país, y que confronta al articulo tercero que habla de la educación.

Llueve nuevamente. Y a lontananza se advierte el destello del relámpago precursor del trueno. Marcho por las banquetas de la ciudad y veo negocios cerrados. Memorizo la imagen de esos comercios para no olvidar sus nombres que velozmente se perderán en la bruma del tiempo. Miro a individuos que limpian parabrisas con un trapo sucio, rogando por unas monedas. Sujetos que torean los coches, que imploran una limosna, perdidos en el abandono.

¿Que persigue la caravana con destino a nuestra frontera y hacia Estados Unidos y sus grandes ciudades con rascacielos que apuntan hacia el firmamento, hacia un cosmos vacio, hacia la nada?

El vecino país del norte es hoy la expresion de un mundo poderoso, invencible, de ventanas que se encienden en los grandes edificios y que parecen luciérnagas petrificadas en la noche. Un imperio forjado a punta de piedra, hierro y cemento en tempestad, como dijo Leon Felipe.

¿Será la Union Americana hoy en dia para el mundo occidental, hablando de peregrinaje, lo que la Meca es para los musulmanes? Lo desconozco. Solo se que los rascacielos que se erigen en las calles que no terminan, con sus apartamentos, sueños, luces, milagros, todo esta siendo arrastrado por la corriente, del gran Rio americano, como dijo Alan Gingsberg.

La lluvia fría de otoño azota los cristales y empaña las figuras que deambulan por las calles bajo un manto de nubes grises.

¡Qué pequeño me resulta en este instante la medida de lo humano! “Si se ha vivido un día se han vivido todos”, anuncia el poeta maldito que releo con interes.

Cesa de llover. Doy un repaso a las noticias de dia. Me entero que ciudadanos de Honduras marchan en caravana rumbo a la frontera de nuestro país, camino hacia Estados Unidos, en busca de trabajo; y el portazo en las narices que planean darles en nuestro territorio a pedido expreso de Donald Trump, presidente del gigante opulento.

Me parece el colmo de lo inhumano la ruta que los migrantes deben seguir en la búsqueda del sueño americano, y advierto la mutación económica que hay en Mexico a causa del acelerado proceso de globalización, actividad que simboliza lo opuesto al espíritu del artículo veintisiete relativo al papel de los energéticos en el desarrollo armónico del país, y que confronta al articulo tercero que habla de la educación.

Llueve nuevamente. Y a lontananza se advierte el destello del relámpago precursor del trueno. Marcho por las banquetas de la ciudad y veo negocios cerrados. Memorizo la imagen de esos comercios para no olvidar sus nombres que velozmente se perderán en la bruma del tiempo. Miro a individuos que limpian parabrisas con un trapo sucio, rogando por unas monedas. Sujetos que torean los coches, que imploran una limosna, perdidos en el abandono.

¿Que persigue la caravana con destino a nuestra frontera y hacia Estados Unidos y sus grandes ciudades con rascacielos que apuntan hacia el firmamento, hacia un cosmos vacio, hacia la nada?

El vecino país del norte es hoy la expresion de un mundo poderoso, invencible, de ventanas que se encienden en los grandes edificios y que parecen luciérnagas petrificadas en la noche. Un imperio forjado a punta de piedra, hierro y cemento en tempestad, como dijo Leon Felipe.

¿Será la Union Americana hoy en dia para el mundo occidental, hablando de peregrinaje, lo que la Meca es para los musulmanes? Lo desconozco. Solo se que los rascacielos que se erigen en las calles que no terminan, con sus apartamentos, sueños, luces, milagros, todo esta siendo arrastrado por la corriente, del gran Rio americano, como dijo Alan Gingsberg.