/ sábado 29 de agosto de 2020

Gryita.com, fyilosofía en expresión | Ley chatarra

A grandes problemas grandes soluciones. Aunque parece ser que no estamos hablando el mismo idioma.

Suena interesante e incluso prometedor imaginar que la prohibición de la venta de alimentos chatarra a menores de edad será suficiente para mitigar el mal que estos productos acarrean en la salud de nuestro pueblo o al menos aminorarlo.

Definitivamente es un buen comienzo.

Al menos empieza a poner de manifiesto una verdad delante de los ojos de los padres, quienes deben ser responsables de enseñar a sus hijos que es lo que deben comer para cuidar de su salud.

Pero, ¿será que los padres toman en cuenta estas medidas para poder inculcar en los menores conductas saludables?

¿Esta ley incluye por ejemplo la prohibición del consumo de alimentos chatarra por menores de edad en instituciones educativas, parques, plazas y lugares de esparcimiento, además de en clínicas y hospitales?

Aclaro, ¿hará ilegal el consumo o solamente la venta?

Revisemos algunos datos.

En la actual pandemia que estamos viviendo, según reporte de la Secretaría de Salud podemos ver porcentajes alarmantes de defunciones por el virus asociadas con diferentes padecimientos, hipertensión 44.41%, diabetes 38.12%, obesidad 24.53% y tabaquismo 7.97%.

Algunas voces se alzan indignadas a sugerir que lo único que se logrará con estas medidas será convertir en productos del mercado negro a los “inofensivos” chocolates y demás chucherías que conforman el menú de los alimentos nocivos, los cuales haciendo algún análisis minucioso no es solamente que no cuentan con ningún valor nutrimental sino que por algunos de sus componentes se constituyen como verdaderos venenos.

También estas voces sugieren que es la educación lo que va a poner remedio al consumo de estos productos por parte de los menores y no dañar tan duramente al noble sector de los industriales dedicados a vender muerte a la nación.

Empecemos por el principio.

¿Por qué si hoy sabemos que estamos sufriendo de varias enfermedades que ya pueden ser consideradas pandemias y que las tales se encuentran asociadas a la mala alimentación en su mayoría y no al factor hereditario como durante mucho tiempo se pensó, debemos conducir las medidas a apelar a la madurez de los menores de edad en cuanto a la toma de decisiones o a los procesos educativos de sus padres quienes son precisamente quienes prácticamente han puesto estos productos en la boca de sus crías y permitiendo también que sean influenciados por el consumo de los mismos?

¿Por qué no ir directamente a la raíz y detener la fuente del problema? Es posible que detrás de toda esta historia podamos encontrar a “don dinero”.

Considero que es necesario aplicar una medida contundente, detener, limitar e incluso impedir la fabricación de productos que no puedan probar un mínimo aceptable de valores que favorezcan la nutrición aunado a la no contención de ingredientes nocivos a la vida.

Algunos definitivamente deberían salir del mercado. Otros probablemente tendrían que evolucionar y tal vez renunciar a una parte de sus utilidades para fabricar versiones saludables de sus productos.

El día de hoy podemos ver cómo algunas marcas en su venenoso proceder empiezan a mostrar elegantes envoltorios con las “leyendas de la muerte”, seguramente convencidos de que será muy difícil que su público cautivo en su ya bien sabido lavado de cerebro, deje de consumir su dosis letal.

Una ley que sirve para hacer consciente de un riesgo al consumidor y de burla para el asesino.

Efectivamente la educación es el remedio, pero eso llevará un tiempo, por el momento sería mejor dejar de jugar el juego de los intereses y emprender un camino a la evolución que en realidad transforme el porvenir de nuestra especie.

Por ahora parece ser que nuestro gobierno ha decidido aparentar una buena intención, pero que considero generará más dudas que soluciones.

Leyes de papel para problemas reales.

El truco del mago.

hey@gryita.com

FB: Gryita Fuerte

REGENERACION 19

A grandes problemas grandes soluciones. Aunque parece ser que no estamos hablando el mismo idioma.

Suena interesante e incluso prometedor imaginar que la prohibición de la venta de alimentos chatarra a menores de edad será suficiente para mitigar el mal que estos productos acarrean en la salud de nuestro pueblo o al menos aminorarlo.

Definitivamente es un buen comienzo.

Al menos empieza a poner de manifiesto una verdad delante de los ojos de los padres, quienes deben ser responsables de enseñar a sus hijos que es lo que deben comer para cuidar de su salud.

Pero, ¿será que los padres toman en cuenta estas medidas para poder inculcar en los menores conductas saludables?

¿Esta ley incluye por ejemplo la prohibición del consumo de alimentos chatarra por menores de edad en instituciones educativas, parques, plazas y lugares de esparcimiento, además de en clínicas y hospitales?

Aclaro, ¿hará ilegal el consumo o solamente la venta?

Revisemos algunos datos.

En la actual pandemia que estamos viviendo, según reporte de la Secretaría de Salud podemos ver porcentajes alarmantes de defunciones por el virus asociadas con diferentes padecimientos, hipertensión 44.41%, diabetes 38.12%, obesidad 24.53% y tabaquismo 7.97%.

Algunas voces se alzan indignadas a sugerir que lo único que se logrará con estas medidas será convertir en productos del mercado negro a los “inofensivos” chocolates y demás chucherías que conforman el menú de los alimentos nocivos, los cuales haciendo algún análisis minucioso no es solamente que no cuentan con ningún valor nutrimental sino que por algunos de sus componentes se constituyen como verdaderos venenos.

También estas voces sugieren que es la educación lo que va a poner remedio al consumo de estos productos por parte de los menores y no dañar tan duramente al noble sector de los industriales dedicados a vender muerte a la nación.

Empecemos por el principio.

¿Por qué si hoy sabemos que estamos sufriendo de varias enfermedades que ya pueden ser consideradas pandemias y que las tales se encuentran asociadas a la mala alimentación en su mayoría y no al factor hereditario como durante mucho tiempo se pensó, debemos conducir las medidas a apelar a la madurez de los menores de edad en cuanto a la toma de decisiones o a los procesos educativos de sus padres quienes son precisamente quienes prácticamente han puesto estos productos en la boca de sus crías y permitiendo también que sean influenciados por el consumo de los mismos?

¿Por qué no ir directamente a la raíz y detener la fuente del problema? Es posible que detrás de toda esta historia podamos encontrar a “don dinero”.

Considero que es necesario aplicar una medida contundente, detener, limitar e incluso impedir la fabricación de productos que no puedan probar un mínimo aceptable de valores que favorezcan la nutrición aunado a la no contención de ingredientes nocivos a la vida.

Algunos definitivamente deberían salir del mercado. Otros probablemente tendrían que evolucionar y tal vez renunciar a una parte de sus utilidades para fabricar versiones saludables de sus productos.

El día de hoy podemos ver cómo algunas marcas en su venenoso proceder empiezan a mostrar elegantes envoltorios con las “leyendas de la muerte”, seguramente convencidos de que será muy difícil que su público cautivo en su ya bien sabido lavado de cerebro, deje de consumir su dosis letal.

Una ley que sirve para hacer consciente de un riesgo al consumidor y de burla para el asesino.

Efectivamente la educación es el remedio, pero eso llevará un tiempo, por el momento sería mejor dejar de jugar el juego de los intereses y emprender un camino a la evolución que en realidad transforme el porvenir de nuestra especie.

Por ahora parece ser que nuestro gobierno ha decidido aparentar una buena intención, pero que considero generará más dudas que soluciones.

Leyes de papel para problemas reales.

El truco del mago.

hey@gryita.com

FB: Gryita Fuerte

REGENERACION 19