/ sábado 5 de septiembre de 2020

Gryita.com, fyilosofía en expresión | México en ruinas

Estamos en medio de el espectáculo en un circo de tres pistas.

El primer escenario está ocupado por un virus, que ha causado daños incluso algunos irreparables en muchos hogares del mundo, para los cuales expreso mi dolor y mi sincero pésame, esperando que la vida les dé la luz y la entereza para salir adelante de tan amargo trance lo más pronto posible.

Dicho virus hasta hoy con cualidades por definir, con características variables y mecanismos de funcionamiento indefinidos, sin tratamiento, ni cura, únicamente controlable teóricamente con la evasión del contagio y cuyo riesgo depende totalmente del organismo afectado y la buena fortuna que corra con los servicios y atención médica que reciba, que van desde los remedios caseros hasta los servicios hospitalarios en casos de mayor gravedad.

El segundo escenario, es el montado por la fuerza gubernamental, la cual se muestra empeñada en mantener la nave a flote con medidas que tienen como en el boxeo “opinión dividida”ya que algunos las consideran muy acertadas y a otro sector le parecen incorrectas.

Esta fuerza también está ocupando su tiempo en escena en mostrar como es que se encuentra resolviendo las necesidades, atendiendo el problema con un punto de vista científico, buscando la solidez de los servicios médicos y que éstos estén al alcance de todos, la consolidación de la vacuna, la distribución de recursos económicos en la población más débil, como estrategia de salud en el caso de los adultos mayores, como de reactivador de la economía a través del poder adquisitivo y el sostenimiento de los empleos, además de mantener un sistema educativo que de por sí ya era un desastre en el nuevo juego de las redes sociales que hoy cobran por enseñar, hablando de las televisoras y la educación privada online, además de desterrar la corrupción, defender la austeridad y el no endeudamiento.

El espectáculo de la tercera pista es el que está conformado por un grupo ciertamente minoritario, pero eficiente en cuanto a su dedicación al buscar día con día, hora por hora, desacreditar toda acción gubernamental, de la índole que sea y de cualquier magnitud, inundando sobre todo las redes sociales de críticas destructivas, mentiras, verdades, fake news y otros mecanismos de desinformación, mismo que sin escrúpulos también utiliza al virus como arma.

El público es el pueblo, el grupo humano de mexicanos que observa atónito este circo del terror al cual de manera obligatoria ha sido invitado.

Un espectáculo que ofrece un país en ruinas.

¿Pero en realidad hemos analizado los números?

Hablamos de un país con aproximadamente 126 Millones de habitantes, de los cuales, poco menos de 644,000 han sido casos confirmados, de estos casi 425,000 se han recuperado y poco menos de 67,000 desafortunadamente han perdido la vida.

Incluso si los casos fueran más, por fallas en los registros los números no serían tan distintos.

Si observamos estas estadísticas podemos concluir que la posibilidad de adquirir el virus es propiamente baja como baja es también la probabilidad de morir a causa del mismo.

Lo malo es que definitivamente no sabemos a ciencia cierta cómo es que podría infectarse, ni cómo reaccionaría su organismo.

Por lo tanto yo sugiero continuar con las medidas sanitarias al mismo tiempo que buscamos reactivar la economía, mientras empezamos por “vacunar” a los nuestros, cuidando la alimentación, la actividad física y los hábitos en general.

Es necesario que nos hagamos cargo de la salud de nuestro hogar, sin el gobierno, sin los medios, sin las diferentes fuerzas en pugna.

Salgamos del circo y dejemos que los actores terminen su espectáculo.

México no está en ruinas, si no me cree observe como sostienen una batalla encarnizada por el poder los mismos que siempre han vivido a sus costillas, digo, con todo respeto.

Estamos en medio de el espectáculo en un circo de tres pistas.

El primer escenario está ocupado por un virus, que ha causado daños incluso algunos irreparables en muchos hogares del mundo, para los cuales expreso mi dolor y mi sincero pésame, esperando que la vida les dé la luz y la entereza para salir adelante de tan amargo trance lo más pronto posible.

Dicho virus hasta hoy con cualidades por definir, con características variables y mecanismos de funcionamiento indefinidos, sin tratamiento, ni cura, únicamente controlable teóricamente con la evasión del contagio y cuyo riesgo depende totalmente del organismo afectado y la buena fortuna que corra con los servicios y atención médica que reciba, que van desde los remedios caseros hasta los servicios hospitalarios en casos de mayor gravedad.

El segundo escenario, es el montado por la fuerza gubernamental, la cual se muestra empeñada en mantener la nave a flote con medidas que tienen como en el boxeo “opinión dividida”ya que algunos las consideran muy acertadas y a otro sector le parecen incorrectas.

Esta fuerza también está ocupando su tiempo en escena en mostrar como es que se encuentra resolviendo las necesidades, atendiendo el problema con un punto de vista científico, buscando la solidez de los servicios médicos y que éstos estén al alcance de todos, la consolidación de la vacuna, la distribución de recursos económicos en la población más débil, como estrategia de salud en el caso de los adultos mayores, como de reactivador de la economía a través del poder adquisitivo y el sostenimiento de los empleos, además de mantener un sistema educativo que de por sí ya era un desastre en el nuevo juego de las redes sociales que hoy cobran por enseñar, hablando de las televisoras y la educación privada online, además de desterrar la corrupción, defender la austeridad y el no endeudamiento.

El espectáculo de la tercera pista es el que está conformado por un grupo ciertamente minoritario, pero eficiente en cuanto a su dedicación al buscar día con día, hora por hora, desacreditar toda acción gubernamental, de la índole que sea y de cualquier magnitud, inundando sobre todo las redes sociales de críticas destructivas, mentiras, verdades, fake news y otros mecanismos de desinformación, mismo que sin escrúpulos también utiliza al virus como arma.

El público es el pueblo, el grupo humano de mexicanos que observa atónito este circo del terror al cual de manera obligatoria ha sido invitado.

Un espectáculo que ofrece un país en ruinas.

¿Pero en realidad hemos analizado los números?

Hablamos de un país con aproximadamente 126 Millones de habitantes, de los cuales, poco menos de 644,000 han sido casos confirmados, de estos casi 425,000 se han recuperado y poco menos de 67,000 desafortunadamente han perdido la vida.

Incluso si los casos fueran más, por fallas en los registros los números no serían tan distintos.

Si observamos estas estadísticas podemos concluir que la posibilidad de adquirir el virus es propiamente baja como baja es también la probabilidad de morir a causa del mismo.

Lo malo es que definitivamente no sabemos a ciencia cierta cómo es que podría infectarse, ni cómo reaccionaría su organismo.

Por lo tanto yo sugiero continuar con las medidas sanitarias al mismo tiempo que buscamos reactivar la economía, mientras empezamos por “vacunar” a los nuestros, cuidando la alimentación, la actividad física y los hábitos en general.

Es necesario que nos hagamos cargo de la salud de nuestro hogar, sin el gobierno, sin los medios, sin las diferentes fuerzas en pugna.

Salgamos del circo y dejemos que los actores terminen su espectáculo.

México no está en ruinas, si no me cree observe como sostienen una batalla encarnizada por el poder los mismos que siempre han vivido a sus costillas, digo, con todo respeto.