/ domingo 3 de enero de 2021

Gryta.com, Fylosofía en expresión | Balance 2020

Les comparto mi poema del mismo nombre.

“Nos hizo regresar a casa

volver a vernos días enteros con los niños

abrazar a las mascotas, abrazarnos

solo entre nosotros, "los escondidos"

nos obligó a volver, a dejar las oficinas

también la soledad de los dispositivos

nos instruyó sobre tecnología

mientras cocinamos, recetas de abuelas

hoy las casas huelen a familia

los autos, son ahora, solo autos

no hay razón para colgarse alhajas

hoy sandalias, son estrellas del vestuario

nos confinó, nos aisló de "los otros"

pero nos puso más cerca de "los nuestros"

parece malo y ruin el adversario

pero hace tiempo, mucho tiempo

nada bueno nos había unido tanto”

Quisiera dar un mensaje de esperanza, pero mejor me desgastaré con un llamado a la conciencia.

Este año pasado ha dejado cifras muy difíciles de leer, entender y aceptar.

Definitivamente la estrella fue el virus.

Por un lado, aunque ciertamente la estadística de los que se contagian y mueren o sobreviven con graves secuelas, contra el número de pobladores es baja, en algunas casas fue devastadora, perdieron a una parte muy importante de su vida, sus queridos familiares y amigos, para ellos mi pésame y solidaridad.

En otros hogares, fueron los efectos secundarios y los daños colaterales, familias en la que la pérdida de los empleos o la baja en las actividades productivas, les obligaron a cambiar de forma radical de estilo de vida.

Las clases en línea, el confinamiento, problemas emocionales, fake news, la nueva normalidad, sumado todo a la guerra encarnizada por el poder político, que genera una tremenda inestabilidad socioeconómica.

Gobiernos erráticos, siempre argumentando ser bienintencionados, tratando de hacerle frente a un fenómeno desconocido, pero sin dejar en ningún momento de atender sus agendas particulares y buscar sus conveniencias políticas.

La ciencia en busca de la vacuna.

Una sociedad que aunque la felicitan, se sigue conduciendo de forma tremendamente irresponsable, dispuesta a seguir arriesgando la vida en eventos, reuniones y manifestaciones públicas.

Vamos bastante maltratados, algunas fuerzas se empeñan en mostrarnos un panorama favorable dentro de la desgracia y otros uno totalmente diferente impregnado en pesimismo.

Parece ser que siendo optimistas, es probable que en abril o marzo, estemos vacunados la mayor parte de los mexicanos, pero para eso faltan cuatro meses, en el mejor de los casos.

Sabiendo lo raro del fenómeno, hemos aprendido a no hacer planes inflexibles.

Además, antes no conocíamos al monstruo, ahora sí.

Ya escuchamos que hay familias que se perdieron casi completas solo por una fiesta, también que personas que acudieron a un viaje volvieron enfermas, otras que fueron al hospital por algo que no tiene que ver con el virus, ahí se contagiaron y murieron, que el hijo contagió a los padres y otras historias de terror brutalmente actuales.

Que no distingue a nadie, que en algunos casos mueren los pobres y algunos ricos ningún dinero les ha sido suficiente para salvar la vida.

Aquí en conclusión, cuestionamientos que pudieran ilustrar la idea.

¿Por qué no atender este asunto los que aún estamos aquí, usando la nueva experiencia?

¿Por qué no hacer un esfuerzo conjunto, como cuando nos apoyamos para enterrar al muerto o para sacar al familiar del hospital, o en las grandes tragedias nacionales, como los terremotos?

¿Valdría la pena esperar unos meses, para poder reanudar la movilidad sin perder a nadie más?

¿Por qué no dejar en la aparente recta final de jugar a la “ruleta rusa” y buscar no afectarnos ni afectar a otros?

¿Por qué no cuidarnos todos como al principio?

Yo nos invito a la reflexión y deseo que este nuevo año podamos salvarnos todos, reestructurarnos, comenzar de nuevo y poder poner en práctica las nuevas herramientas que esto nos ha dejado, sobre todo la revalorización del hogar, del tiempo, de la salud y el amor al prójimo.

Feliz Año Nuevo.

RE-GENERACIÓN 19

Escríbeme:

hey@gryita.com

Facebook Gryita Fuerte

Les comparto mi poema del mismo nombre.

“Nos hizo regresar a casa

volver a vernos días enteros con los niños

abrazar a las mascotas, abrazarnos

solo entre nosotros, "los escondidos"

nos obligó a volver, a dejar las oficinas

también la soledad de los dispositivos

nos instruyó sobre tecnología

mientras cocinamos, recetas de abuelas

hoy las casas huelen a familia

los autos, son ahora, solo autos

no hay razón para colgarse alhajas

hoy sandalias, son estrellas del vestuario

nos confinó, nos aisló de "los otros"

pero nos puso más cerca de "los nuestros"

parece malo y ruin el adversario

pero hace tiempo, mucho tiempo

nada bueno nos había unido tanto”

Quisiera dar un mensaje de esperanza, pero mejor me desgastaré con un llamado a la conciencia.

Este año pasado ha dejado cifras muy difíciles de leer, entender y aceptar.

Definitivamente la estrella fue el virus.

Por un lado, aunque ciertamente la estadística de los que se contagian y mueren o sobreviven con graves secuelas, contra el número de pobladores es baja, en algunas casas fue devastadora, perdieron a una parte muy importante de su vida, sus queridos familiares y amigos, para ellos mi pésame y solidaridad.

En otros hogares, fueron los efectos secundarios y los daños colaterales, familias en la que la pérdida de los empleos o la baja en las actividades productivas, les obligaron a cambiar de forma radical de estilo de vida.

Las clases en línea, el confinamiento, problemas emocionales, fake news, la nueva normalidad, sumado todo a la guerra encarnizada por el poder político, que genera una tremenda inestabilidad socioeconómica.

Gobiernos erráticos, siempre argumentando ser bienintencionados, tratando de hacerle frente a un fenómeno desconocido, pero sin dejar en ningún momento de atender sus agendas particulares y buscar sus conveniencias políticas.

La ciencia en busca de la vacuna.

Una sociedad que aunque la felicitan, se sigue conduciendo de forma tremendamente irresponsable, dispuesta a seguir arriesgando la vida en eventos, reuniones y manifestaciones públicas.

Vamos bastante maltratados, algunas fuerzas se empeñan en mostrarnos un panorama favorable dentro de la desgracia y otros uno totalmente diferente impregnado en pesimismo.

Parece ser que siendo optimistas, es probable que en abril o marzo, estemos vacunados la mayor parte de los mexicanos, pero para eso faltan cuatro meses, en el mejor de los casos.

Sabiendo lo raro del fenómeno, hemos aprendido a no hacer planes inflexibles.

Además, antes no conocíamos al monstruo, ahora sí.

Ya escuchamos que hay familias que se perdieron casi completas solo por una fiesta, también que personas que acudieron a un viaje volvieron enfermas, otras que fueron al hospital por algo que no tiene que ver con el virus, ahí se contagiaron y murieron, que el hijo contagió a los padres y otras historias de terror brutalmente actuales.

Que no distingue a nadie, que en algunos casos mueren los pobres y algunos ricos ningún dinero les ha sido suficiente para salvar la vida.

Aquí en conclusión, cuestionamientos que pudieran ilustrar la idea.

¿Por qué no atender este asunto los que aún estamos aquí, usando la nueva experiencia?

¿Por qué no hacer un esfuerzo conjunto, como cuando nos apoyamos para enterrar al muerto o para sacar al familiar del hospital, o en las grandes tragedias nacionales, como los terremotos?

¿Valdría la pena esperar unos meses, para poder reanudar la movilidad sin perder a nadie más?

¿Por qué no dejar en la aparente recta final de jugar a la “ruleta rusa” y buscar no afectarnos ni afectar a otros?

¿Por qué no cuidarnos todos como al principio?

Yo nos invito a la reflexión y deseo que este nuevo año podamos salvarnos todos, reestructurarnos, comenzar de nuevo y poder poner en práctica las nuevas herramientas que esto nos ha dejado, sobre todo la revalorización del hogar, del tiempo, de la salud y el amor al prójimo.

Feliz Año Nuevo.

RE-GENERACIÓN 19

Escríbeme:

hey@gryita.com

Facebook Gryita Fuerte