/ sábado 24 de abril de 2021

Gryta.com, Fylosofía en expresión | ¿Dónde está el virus?

Estamos en un momento crucial. El país vive una importante etapa histórica.

Es tiempo de escuchar propuestas, de analizar desde la perspectiva personal y como sociedad los diferentes escenarios a los que nos podemos enfrentar de acuerdo con las decisiones que como pueblo tomemos.

¿Qué tenemos a la mano?

Muchísima información, por muy diferentes vías, para empezar nuestra propia experiencia, además de la historia que de forma inequívoca nos pondrá delante de resultados, índices, datos duros y demás cuestiones que seguramente podrán ayudarnos a actualizar nuestros criterios y desde ahí colocar nuestra postura.

Ejercer el pensamiento reflexivo y dejar un poco pendientes las emociones se vuelve prioritario, además de ser verdaderamente críticos con el contenido que delante de nuestros ojos se esmeren por ofrecernos los diferentes postulantes.

¿Pero, se ha puesto usted a pensar, dónde está el virus?

Pareciera ser que de pronto ha desaparecido, al menos eso es lo que se percibe en el clima de la comunidad.

Los semáforos volvieron caprichosamente a moverse en favor de la movilidad y parece ser que si durante el tiempo en que el riesgo era mucho más latente y los números pintaban un escenario complicado, no fue posible controlar seriamente al grupo humano, en este momento será mucho más difícil.

La población se ha volcado al espacio público, a construir una “nueva normalidad” desde su perspectiva, un ángulo que lejos de apegarse estrictamente a una normatividad regida por el concepto científico de contener al virus, más bien de alguna forma caricaturiza las medidas y muestra de forma por demás eufórica un deseo brutal de volver a la tan vieja como por el momento imposible normalidad.

Tomadores de temperatura a la entrada de los establecimientos, medida que no me parece nada segura, que parecieran jugar “a las pistolitas” con la gente, sin mirar siquiera los dispositivos y sus marcaciones, personas con cubrebocas debajo de la nariz, otros con algunos equipos de dudosa calidad, más bien con carácter de accesorio, niños y ancianos entrando de forma indiscriminada a los diferentes establecimientos.

La percepción es de mejoría, cuando en realidad los contagios continúan y es muy posible que ante la laxitud que se está generando, próximamente y de forma no grata, tengamos que volver a ver algunos picos en la medición de la actividad del enemigo microscópico.

Creo que el tema de las vacunas a adultos mayores apoyó de forma errónea esta percepción.

Algunos, después del evento, se consideraron libres de contagio y decidieron realizar actividades que evidentemente en más de un año no habían podido concretar, sin tomar en consideración lo siguiente ¿sabe usted que la inmunidad que conseguirán a través de la vacuna con las limitaciones que aún desconocemos en cuanto a efectividad, duración y posibilidades en general, la obtendrán aproximadamente 28 días después de la segunda dosis?

¿Qué quiere decir esto?

Que nuestros adultos respetables además de correr el riesgo que en sí mismo consistió el acudir a obtener el citado biológico, después voluntariamente lo incrementaron de forma temeraria, ya que su condición inmune no había cambiado absolutamente en nada.

Pareciera que hemos creído haber doblegado al monstruo y en verdad nos encontramos aún bastante lejos de hacerlo.

La campaña de vacunación lleva su ritmo, su propio paso y nos guste o no, deberá ser necesario adecuarnos a dicha disposición, para que en su momento todos o la mayoría logremos accesar al ansiado recurso.

Por ahora creo que todos debemos poner algo de nuestra parte y de forma prudente hacer conciencia de que, si bien esto no ha sido fácil para nadie, nunca nos hemos encontrado más cerca que como hoy, de salir bien librados de esta pesadilla.

Cuidemos unos de los otros y de esta forma es muy probable que pase lo que pase, al final gozando de salud, ganemos todos.

hey@gryita.com

fb: Gryita Fuerte

RE-GENERACIÓN 19

Estamos en un momento crucial. El país vive una importante etapa histórica.

Es tiempo de escuchar propuestas, de analizar desde la perspectiva personal y como sociedad los diferentes escenarios a los que nos podemos enfrentar de acuerdo con las decisiones que como pueblo tomemos.

¿Qué tenemos a la mano?

Muchísima información, por muy diferentes vías, para empezar nuestra propia experiencia, además de la historia que de forma inequívoca nos pondrá delante de resultados, índices, datos duros y demás cuestiones que seguramente podrán ayudarnos a actualizar nuestros criterios y desde ahí colocar nuestra postura.

Ejercer el pensamiento reflexivo y dejar un poco pendientes las emociones se vuelve prioritario, además de ser verdaderamente críticos con el contenido que delante de nuestros ojos se esmeren por ofrecernos los diferentes postulantes.

¿Pero, se ha puesto usted a pensar, dónde está el virus?

Pareciera ser que de pronto ha desaparecido, al menos eso es lo que se percibe en el clima de la comunidad.

Los semáforos volvieron caprichosamente a moverse en favor de la movilidad y parece ser que si durante el tiempo en que el riesgo era mucho más latente y los números pintaban un escenario complicado, no fue posible controlar seriamente al grupo humano, en este momento será mucho más difícil.

La población se ha volcado al espacio público, a construir una “nueva normalidad” desde su perspectiva, un ángulo que lejos de apegarse estrictamente a una normatividad regida por el concepto científico de contener al virus, más bien de alguna forma caricaturiza las medidas y muestra de forma por demás eufórica un deseo brutal de volver a la tan vieja como por el momento imposible normalidad.

Tomadores de temperatura a la entrada de los establecimientos, medida que no me parece nada segura, que parecieran jugar “a las pistolitas” con la gente, sin mirar siquiera los dispositivos y sus marcaciones, personas con cubrebocas debajo de la nariz, otros con algunos equipos de dudosa calidad, más bien con carácter de accesorio, niños y ancianos entrando de forma indiscriminada a los diferentes establecimientos.

La percepción es de mejoría, cuando en realidad los contagios continúan y es muy posible que ante la laxitud que se está generando, próximamente y de forma no grata, tengamos que volver a ver algunos picos en la medición de la actividad del enemigo microscópico.

Creo que el tema de las vacunas a adultos mayores apoyó de forma errónea esta percepción.

Algunos, después del evento, se consideraron libres de contagio y decidieron realizar actividades que evidentemente en más de un año no habían podido concretar, sin tomar en consideración lo siguiente ¿sabe usted que la inmunidad que conseguirán a través de la vacuna con las limitaciones que aún desconocemos en cuanto a efectividad, duración y posibilidades en general, la obtendrán aproximadamente 28 días después de la segunda dosis?

¿Qué quiere decir esto?

Que nuestros adultos respetables además de correr el riesgo que en sí mismo consistió el acudir a obtener el citado biológico, después voluntariamente lo incrementaron de forma temeraria, ya que su condición inmune no había cambiado absolutamente en nada.

Pareciera que hemos creído haber doblegado al monstruo y en verdad nos encontramos aún bastante lejos de hacerlo.

La campaña de vacunación lleva su ritmo, su propio paso y nos guste o no, deberá ser necesario adecuarnos a dicha disposición, para que en su momento todos o la mayoría logremos accesar al ansiado recurso.

Por ahora creo que todos debemos poner algo de nuestra parte y de forma prudente hacer conciencia de que, si bien esto no ha sido fácil para nadie, nunca nos hemos encontrado más cerca que como hoy, de salir bien librados de esta pesadilla.

Cuidemos unos de los otros y de esta forma es muy probable que pase lo que pase, al final gozando de salud, ganemos todos.

hey@gryita.com

fb: Gryita Fuerte

RE-GENERACIÓN 19