/ sábado 13 de marzo de 2021

Gryta.com, Fylosofía en expresión | Juicio justo al feminismo

Seguimos con el tema. Para muchos resulta fastidioso, es un tema con muchas vertientes, diferentes voces se alzan a favor y en contra, pero los hechos pesan en la conciencia de la nación

Resulta fácil juzgar a la ligera, elegir una bandera y defenderla. Pretender que el actual gobierno resuelva la situación de la mujer y cargarle a éste la responsabilidad histórica de los hechos, me parece una acción irracional.

Considerar que el Presidente es responsable de todos los sistemas inútiles, arcaicos, injustos, dañinos y sus procedimientos reprobables me parece un veredicto irreflexivo.

Esto aclaro, sin anular de ninguna forma la obligación de quien ejerce el poder de llevar la reparación no solo de los daños, sino de dichos sistemas a sus últimas consecuencias y buscar por todos los medios que en verdad se intervengan y reestructuren todos los que a causa de corrupción, ineptitud y malas prácticas encapsuladas en las fibras más delgadas del aparato gubernamental y el fracturado tejido social, estén siendo partícipes voluntarios o no, de la afectación de género en cuestión y en general de toda injusticia.

Los números son claros, aún no se puede ver el éxito de las nuevas medidas que en cuanto a corrupción, impartición de justicia, manejo de crisis y defensa de los derechos de las mujeres ha tomado el nuevo régimen, pero eso no quiere decir que estas medidas con el tiempo no traerán resultados.

Por otro lado, tampoco es razonable satanizar las acciones de un movimiento que busca de manera legítima, presionar a través de diferentes caminos a que la autoridad tome cartas en el asunto de forma urgente, además de provocar a la sociedad a hacer conciencia y comprender que éste es un problema de todos.

Considerar que todo el movimiento feminista está inoculado, financiado, manipulado y dirigido de la mano de la perversidad de opositores al gobierno, es tanto como pretender anular la realidad y golpear una vez más a las víctimas del fenómeno raíz de la revuelta, sus familias y simpatizantes.

Es volver a abusar, es maltratar de nuevo, es punzar la herida abierta de una sociedad lastimada vilmente por el flagelo de una educación deficiente, sumada a la ambición desmesurada de sistemas que tuvieron por fin último la saciedad única y egoísta de sus propias necesidades, deseos y aficiones, ignorando por desconocimiento, vileza e incapacidad ética, el daño que a la larga causarían al colectivo.

Querer enfocar el análisis a los golpes, las pintas, las quemas y la afectación particular que ciertamente ocurren, además de ser seguramente una excelente oportunidad para los grupos que pretenden desestabilizar la paz social y golpetear al gobierno y que para mi gusto no son la mejor manera de protestar, es ignorar que solo son la consecuencia de impedir la evolución de nuestra especie.

El problema es de fondo, existe desde los primeros planteamientos de la humanidad, tiene características religiosas, políticas, sociales y económicas, alcances brutales debido a que se encuentra enquistado en el conocimiento, fundamento, tradición y costumbres de la familia humana.

Por último, no solo es la voz de la mujer manifestante y todo lo preocupante que nos parece la violencia de algunos grupos cuya motivación y conducción pudiera ser discutible, sino la de artistas, periodistas, legisladoras, trabajadoras, amas de casa, hijas, madres y familiares de víctimas, que el día de hoy están llegando al clímax del hartazgo y que sumadas a la voz de aquellos que siendo hombres entendemos que no luchan por nada que no les corresponda, que proponemos hacer conciencia de que aún con buena voluntad, lo hecho no ha sido suficiente.

Creo que debemos impedir que la crítica mal intencionada nos distraiga.

El asunto de la violencia de género requiere ser despolitizado y atenderse con acciones mucho más contundentes.

Ni una más, ni una menos.

hey@gryita.com

fb: Gryita Fuerte

RE-GENERACIÓN 19

Seguimos con el tema. Para muchos resulta fastidioso, es un tema con muchas vertientes, diferentes voces se alzan a favor y en contra, pero los hechos pesan en la conciencia de la nación

Resulta fácil juzgar a la ligera, elegir una bandera y defenderla. Pretender que el actual gobierno resuelva la situación de la mujer y cargarle a éste la responsabilidad histórica de los hechos, me parece una acción irracional.

Considerar que el Presidente es responsable de todos los sistemas inútiles, arcaicos, injustos, dañinos y sus procedimientos reprobables me parece un veredicto irreflexivo.

Esto aclaro, sin anular de ninguna forma la obligación de quien ejerce el poder de llevar la reparación no solo de los daños, sino de dichos sistemas a sus últimas consecuencias y buscar por todos los medios que en verdad se intervengan y reestructuren todos los que a causa de corrupción, ineptitud y malas prácticas encapsuladas en las fibras más delgadas del aparato gubernamental y el fracturado tejido social, estén siendo partícipes voluntarios o no, de la afectación de género en cuestión y en general de toda injusticia.

Los números son claros, aún no se puede ver el éxito de las nuevas medidas que en cuanto a corrupción, impartición de justicia, manejo de crisis y defensa de los derechos de las mujeres ha tomado el nuevo régimen, pero eso no quiere decir que estas medidas con el tiempo no traerán resultados.

Por otro lado, tampoco es razonable satanizar las acciones de un movimiento que busca de manera legítima, presionar a través de diferentes caminos a que la autoridad tome cartas en el asunto de forma urgente, además de provocar a la sociedad a hacer conciencia y comprender que éste es un problema de todos.

Considerar que todo el movimiento feminista está inoculado, financiado, manipulado y dirigido de la mano de la perversidad de opositores al gobierno, es tanto como pretender anular la realidad y golpear una vez más a las víctimas del fenómeno raíz de la revuelta, sus familias y simpatizantes.

Es volver a abusar, es maltratar de nuevo, es punzar la herida abierta de una sociedad lastimada vilmente por el flagelo de una educación deficiente, sumada a la ambición desmesurada de sistemas que tuvieron por fin último la saciedad única y egoísta de sus propias necesidades, deseos y aficiones, ignorando por desconocimiento, vileza e incapacidad ética, el daño que a la larga causarían al colectivo.

Querer enfocar el análisis a los golpes, las pintas, las quemas y la afectación particular que ciertamente ocurren, además de ser seguramente una excelente oportunidad para los grupos que pretenden desestabilizar la paz social y golpetear al gobierno y que para mi gusto no son la mejor manera de protestar, es ignorar que solo son la consecuencia de impedir la evolución de nuestra especie.

El problema es de fondo, existe desde los primeros planteamientos de la humanidad, tiene características religiosas, políticas, sociales y económicas, alcances brutales debido a que se encuentra enquistado en el conocimiento, fundamento, tradición y costumbres de la familia humana.

Por último, no solo es la voz de la mujer manifestante y todo lo preocupante que nos parece la violencia de algunos grupos cuya motivación y conducción pudiera ser discutible, sino la de artistas, periodistas, legisladoras, trabajadoras, amas de casa, hijas, madres y familiares de víctimas, que el día de hoy están llegando al clímax del hartazgo y que sumadas a la voz de aquellos que siendo hombres entendemos que no luchan por nada que no les corresponda, que proponemos hacer conciencia de que aún con buena voluntad, lo hecho no ha sido suficiente.

Creo que debemos impedir que la crítica mal intencionada nos distraiga.

El asunto de la violencia de género requiere ser despolitizado y atenderse con acciones mucho más contundentes.

Ni una más, ni una menos.

hey@gryita.com

fb: Gryita Fuerte

RE-GENERACIÓN 19