/ sábado 7 de agosto de 2021

Gryta.com, Fylosofía en expresión | La democracia participativa

Acabamos de vivir un proceso inédito en el tema de la consulta ciudadana.

Más allá de las diferentes lecturas que evidentemente se encuentran permeadas de las diversas inclinaciones ideológicas partidistas así como de las conveniencias propias de los diferentes actores políticos, los interesados y los simpatizantes, creo que podemos analizar un poco los hechos desde otro ángulo para extraer una sustancia que pudiera ser interesante.

Hay datos que son difíciles de ignorar aun cuando se tengan diferencias.

El manejo del Instituto Nacional Electoral, que para no caer en acusaciones simplemente diré que suena raro la disminución en las casillas con respecto a los procesos regulares, el argumento de dificultades económicas, el cambio de las casillas habituales, la concentración de las mesas receptoras en puntos lejanos y distintos a los acostumbrados en otros procesos, la baja o casi nula propaganda del acontecimiento, las irregularidades durante el proceso y una postura aparentemente desinteresada por llevar a cabo la encomienda.

El tema de la pregunta que lleva en su redacción incluido un acertijo.

La postura Presidencial de no participar, ni ir en pos de ningún pasado.

La fuerte campaña mediática con clara y abierta intención primero de desacreditar el procedimiento, de tratar de relacionarlo con otras carencias de la población y asociarlo a un interés digamos caprichoso de una sola facción política para atacar y en su caso castigar a aquellos que se pretende señalar como agresores a la patria y sus intereses.

Pero hay algo más que tal vez usted ha notado.

México avanza, lenta y pausadamente, en el camino de la educación política, poco a poco los temas en general de la administración pública, de los diferentes actores y sus acciones, el manejo de los recursos de la nación, las relaciones interestatales y nuestras posturas en la política exterior entre otros, empiezan a surgir al interior de las familias y diferentes puntos de reunión física o virtual de distintos sectores de la población, que hasta hace algún tiempo se mantenían alejados del debate o simplemente atinaban a concluir más con resignación que con interés de participar.

Hoy la percepción es diferente, el Pueblo, el “sin nombre”, el capital político, empieza a reaccionar y a buscar de forma sencilla, tal vez, realizar su propia lectura, hacer sus comparativos, pensar de forma independiente y tomar sus decisiones.

Para mí la democracia es sino la mejor, una de las mejores alternativas para la toma de decisiones y un gran auxilio en la búsqueda del ansiado bienestar común y el involucramiento en la misma depende directamente del conocimiento de sus alcances, de la conciencia de sus efectos y de la injerencia en el acontecer futuro, que si bien puede errar, siempre que se gestiona será asunto de la mayoría y por lo tanto se generará la responsabilidad y el interés que corresponde.

Hoy parece ser que casi siete millones de personas se pusieron de acuerdo en participar y casi todos con la misma opinión, para algunos de los observadores, críticos y analistas esto les parece poco, pero estamos hablando de una cantidad de personas semejante y aún mayor que la población total de algunos países del mundo, también de un número de personas que serían un maravilloso haber para cualquier partido político o una importante base para cualquier movimiento social de la inclinación ideológica que fuera.

México empieza a incluirse en la política, a dejar de ser un espectador, un número de conveniencia, un voto silencioso, manipulable y colaboracionista, un juguete de los diferentes usuarios y beneficiarios de la riqueza de la Patria, a participar activamente de las decisiones de aquellos quienes por su voluntad han recibido la encomienda de dirigir los destinos de todos.

Creo que esa es la mejor ganancia, México empieza a pensar.

gryitafuerte@gmail.com

Acabamos de vivir un proceso inédito en el tema de la consulta ciudadana.

Más allá de las diferentes lecturas que evidentemente se encuentran permeadas de las diversas inclinaciones ideológicas partidistas así como de las conveniencias propias de los diferentes actores políticos, los interesados y los simpatizantes, creo que podemos analizar un poco los hechos desde otro ángulo para extraer una sustancia que pudiera ser interesante.

Hay datos que son difíciles de ignorar aun cuando se tengan diferencias.

El manejo del Instituto Nacional Electoral, que para no caer en acusaciones simplemente diré que suena raro la disminución en las casillas con respecto a los procesos regulares, el argumento de dificultades económicas, el cambio de las casillas habituales, la concentración de las mesas receptoras en puntos lejanos y distintos a los acostumbrados en otros procesos, la baja o casi nula propaganda del acontecimiento, las irregularidades durante el proceso y una postura aparentemente desinteresada por llevar a cabo la encomienda.

El tema de la pregunta que lleva en su redacción incluido un acertijo.

La postura Presidencial de no participar, ni ir en pos de ningún pasado.

La fuerte campaña mediática con clara y abierta intención primero de desacreditar el procedimiento, de tratar de relacionarlo con otras carencias de la población y asociarlo a un interés digamos caprichoso de una sola facción política para atacar y en su caso castigar a aquellos que se pretende señalar como agresores a la patria y sus intereses.

Pero hay algo más que tal vez usted ha notado.

México avanza, lenta y pausadamente, en el camino de la educación política, poco a poco los temas en general de la administración pública, de los diferentes actores y sus acciones, el manejo de los recursos de la nación, las relaciones interestatales y nuestras posturas en la política exterior entre otros, empiezan a surgir al interior de las familias y diferentes puntos de reunión física o virtual de distintos sectores de la población, que hasta hace algún tiempo se mantenían alejados del debate o simplemente atinaban a concluir más con resignación que con interés de participar.

Hoy la percepción es diferente, el Pueblo, el “sin nombre”, el capital político, empieza a reaccionar y a buscar de forma sencilla, tal vez, realizar su propia lectura, hacer sus comparativos, pensar de forma independiente y tomar sus decisiones.

Para mí la democracia es sino la mejor, una de las mejores alternativas para la toma de decisiones y un gran auxilio en la búsqueda del ansiado bienestar común y el involucramiento en la misma depende directamente del conocimiento de sus alcances, de la conciencia de sus efectos y de la injerencia en el acontecer futuro, que si bien puede errar, siempre que se gestiona será asunto de la mayoría y por lo tanto se generará la responsabilidad y el interés que corresponde.

Hoy parece ser que casi siete millones de personas se pusieron de acuerdo en participar y casi todos con la misma opinión, para algunos de los observadores, críticos y analistas esto les parece poco, pero estamos hablando de una cantidad de personas semejante y aún mayor que la población total de algunos países del mundo, también de un número de personas que serían un maravilloso haber para cualquier partido político o una importante base para cualquier movimiento social de la inclinación ideológica que fuera.

México empieza a incluirse en la política, a dejar de ser un espectador, un número de conveniencia, un voto silencioso, manipulable y colaboracionista, un juguete de los diferentes usuarios y beneficiarios de la riqueza de la Patria, a participar activamente de las decisiones de aquellos quienes por su voluntad han recibido la encomienda de dirigir los destinos de todos.

Creo que esa es la mejor ganancia, México empieza a pensar.

gryitafuerte@gmail.com