/ sábado 5 de junio de 2021

Gryta.com, Fylosofía en expresión | México en paz

Momento de elecciones trascendental en México.

Algunos se refieren a ellas como las más grandes de la historia.

Pero, ¿por qué son tan importantes?

En parte por el número de electores que se prevé participarán en ellas y el cual ha incrementado con respecto a eventos anteriores, también por la cantidad de entidades federativas que participarán y, por consiguiente, el gran número de cargos de elección popular que estarán en juego.

Hablamos de más de noventa y cuatro millones de ciudadanos que estarán en posibilidades de acudir a las urnas a ejercer su derecho y de esta forma participar activamente en la decisión sobre quiénes serán los elegidos para dirigir los destinos del país y la administración de los recursos de la nación.

Parece ser que en toda la historia de México jamás se habían elegido tantos servidores públicos como ocurrirá este año.

Otro dato interesante que las vuelve únicas es el hecho de encontrarnos viviendo de la mano con el mundo entero una pandemia que ha azotado duro absolutamente a todos los sectores de la humanidad, cobrando vidas, afectando otras severamente y causando estragos en algunos segmentos de países como el nuestro.

Por último, la particularidad de que actualmente la dirección del timón se encuentra a cargo de quien por muchos años fuera el principal oponente de los grupos que por décadas ocuparon este puesto.

La batalla se ha tornado cruenta, la oleada de agresiones, exhibición, acusaciones y desprestigios, entre otros feroces ataques, no se ha dejado esperar y ocurre desde todos los flancos hacia todos los actores políticos.

El ambiente está inundado como nunca de propaganda.

Los medios de difusión y las redes electrónicas, con sus respectivas diferencias, limitaciones y alcances, son un ingrediente insoslayable, la información formal y deformada convive en el espacio cibernético y muchos beben de ese manantial, que a causa de su diversidad se vuelve poco confiable, la savia que convierten en su verdad absoluta para después lanzarse abrazados a sus banderas a defender con furor su ideario.

Se habla de un fenómeno de polarización, dos bandos aparentemente se enfrentan, defendiendo cada uno con y sin fundamento sus puntos de vista, en algunos casos, como si en realidad de cada discusión dependiera convencer a los demás o el resultado de las elecciones.

Afortunadamente es solo un sector en donde se encuentra esta sensación.

La inmensa mayoría es la silenciosa, la que nadie escucha, la que no ofrece su opinión y mucho menos la defiende, la que no tiene nombre ni apellido, la inexistente e invisible, la que únicamente acude al acto cívico a hacer valer su voz en el único idioma en el que ha sido escuchada y a la que, dada su sencillez y nobleza, será difícil hacerle cambiar de opinión a costa de pretender manipularla.

Yo deseo paz para mi país, tranquilidad, oportunidades, salud y educación al alcance de todos.

También lograr que la Patria deje de ser para siempre un negocio para algunos y que definitivamente sean los mejores hombres y mujeres los encargados de dirigir con amor, sabiduría, preparación e inteligencia los destinos de nuestra tierra de forma que nadie deba vivir en la miseria y podamos ser felices.

Suena utópico y lo tengo claro.

Pero algo que no lo es, es que mañana en la elección, todos podemos tener el entendimiento y la madurez de saber que simplemente debemos elegir desde nuestra percepción, reflexión e inteligencia lo que consideremos es mejor para el país y de ninguna manera permitir que las diferencias nos hagan olvidar que es la mexicanidad lo que nos une, la sangre de la tierra que corre por nuestras venas y que, antes que nada, pertenecemos todos a una sola familia y de este modo impedirnos bajo ninguna circunstancia pelear o causarnos daño unos a otros.

La libertad, la salud y en general la vida no tienen precio.

Vamos a votar por México y que gane la paz.

Escríbeme.

gryitafuerte@gmail.com

fb: Gryita Fuerte

RE-GENERACIÓN 19

Momento de elecciones trascendental en México.

Algunos se refieren a ellas como las más grandes de la historia.

Pero, ¿por qué son tan importantes?

En parte por el número de electores que se prevé participarán en ellas y el cual ha incrementado con respecto a eventos anteriores, también por la cantidad de entidades federativas que participarán y, por consiguiente, el gran número de cargos de elección popular que estarán en juego.

Hablamos de más de noventa y cuatro millones de ciudadanos que estarán en posibilidades de acudir a las urnas a ejercer su derecho y de esta forma participar activamente en la decisión sobre quiénes serán los elegidos para dirigir los destinos del país y la administración de los recursos de la nación.

Parece ser que en toda la historia de México jamás se habían elegido tantos servidores públicos como ocurrirá este año.

Otro dato interesante que las vuelve únicas es el hecho de encontrarnos viviendo de la mano con el mundo entero una pandemia que ha azotado duro absolutamente a todos los sectores de la humanidad, cobrando vidas, afectando otras severamente y causando estragos en algunos segmentos de países como el nuestro.

Por último, la particularidad de que actualmente la dirección del timón se encuentra a cargo de quien por muchos años fuera el principal oponente de los grupos que por décadas ocuparon este puesto.

La batalla se ha tornado cruenta, la oleada de agresiones, exhibición, acusaciones y desprestigios, entre otros feroces ataques, no se ha dejado esperar y ocurre desde todos los flancos hacia todos los actores políticos.

El ambiente está inundado como nunca de propaganda.

Los medios de difusión y las redes electrónicas, con sus respectivas diferencias, limitaciones y alcances, son un ingrediente insoslayable, la información formal y deformada convive en el espacio cibernético y muchos beben de ese manantial, que a causa de su diversidad se vuelve poco confiable, la savia que convierten en su verdad absoluta para después lanzarse abrazados a sus banderas a defender con furor su ideario.

Se habla de un fenómeno de polarización, dos bandos aparentemente se enfrentan, defendiendo cada uno con y sin fundamento sus puntos de vista, en algunos casos, como si en realidad de cada discusión dependiera convencer a los demás o el resultado de las elecciones.

Afortunadamente es solo un sector en donde se encuentra esta sensación.

La inmensa mayoría es la silenciosa, la que nadie escucha, la que no ofrece su opinión y mucho menos la defiende, la que no tiene nombre ni apellido, la inexistente e invisible, la que únicamente acude al acto cívico a hacer valer su voz en el único idioma en el que ha sido escuchada y a la que, dada su sencillez y nobleza, será difícil hacerle cambiar de opinión a costa de pretender manipularla.

Yo deseo paz para mi país, tranquilidad, oportunidades, salud y educación al alcance de todos.

También lograr que la Patria deje de ser para siempre un negocio para algunos y que definitivamente sean los mejores hombres y mujeres los encargados de dirigir con amor, sabiduría, preparación e inteligencia los destinos de nuestra tierra de forma que nadie deba vivir en la miseria y podamos ser felices.

Suena utópico y lo tengo claro.

Pero algo que no lo es, es que mañana en la elección, todos podemos tener el entendimiento y la madurez de saber que simplemente debemos elegir desde nuestra percepción, reflexión e inteligencia lo que consideremos es mejor para el país y de ninguna manera permitir que las diferencias nos hagan olvidar que es la mexicanidad lo que nos une, la sangre de la tierra que corre por nuestras venas y que, antes que nada, pertenecemos todos a una sola familia y de este modo impedirnos bajo ninguna circunstancia pelear o causarnos daño unos a otros.

La libertad, la salud y en general la vida no tienen precio.

Vamos a votar por México y que gane la paz.

Escríbeme.

gryitafuerte@gmail.com

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RE-GENERACIÓN 19