/ sábado 16 de octubre de 2021

Hablemos de tecnología | El Algoritmo

Decían nuestros padres o nuestros abuelos que muchos de nosotros terminábamos “atrapados en el sistema” un andamiaje invisible que como una telaraña terminaba aprisionando a la clase trabajadora, era una creación misma de la sociedad, pero aún y con sus males, el sistema era consecuencia, hoy estamos atrapados en el algoritmo y es mucho peor, porque se trata de causa.

Las únicas cadenas más largas, más gruesas, más fuertes que las del acero son nuestras propias cadenas emocionales. Al integrarnos como seres profundamente sociales, somos presa fácil de aquellos que estudian y comprenden los misterios de la naturaleza del comportamiento humano.

Pero aún peores, son aquellos que además de haberlos comprendido, los trasladan a la toma de decisiones de un lenguaje de programación, que, a su vez, hará las veces de un alma para un dispositivo.

Con ello se aprovechan de los cientos de sesgos cognitivos que tenemos en nuestro comportamiento para vendernos productos y servicios, para poder injerir en nuestras decisiones de consumo, electorales, sociales, emocionales y hasta sexuales, y todo ello dejándonos tranquilos al pensar que son producto de un casi inexistente libre albedrío.

Quisiera preguntarle de manera pasiva amigo lector, si alguna vez le ha ocurrido que buscando un producto en la red, al poco tiempo todos los anuncios publicitarios que le aparecen en sus aplicaciones, redes sociales u otras páginas se llenan de ofertas de “ese” producto que estaba buscando.

A veces no tiene ni que buscarlo, solo mencionarlo en una conversación, y hay incluso los que han llegado a afirmar que de solo pensarlo al poco tiempo les aparece, pues no se trata de magia - no al menos como la conocemos - se trata de redes neuronales, análisis de BigData, minería masiva de datos, cookies de su navegador, e incluso porque no escribirlo alguno que otro código de espionaje, que convierte nuestros gustos y emociones en valores, que a sus vez integran en “paquetes” de compradores potenciales, que luego son ofrecidos a las empresas en forma de segmentación de mercado para presentarles de manera recurrente y agobiante las promociones de su producto o servicio.

El Algoritmo, como se ha llegado a nombrar por muchos autores, no es otra cosa que una serie de programas informáticos enfocados en brindar de herramientas poderosas y puntuales a las empresas que nos venden.

En el caso del estudio del comportamiento del consumidor el rey es Amazon, ya que esta empresa tiene desarrollados algoritmos capaces de saber incluso a que cosas le dimos “click” en todos sus servicios, en qué momento, antes y después de que, si concretamos una compra, que tanto tiempo vimos una determinada publicación e incluso como son nuestros patrones de “compra segura” o de “sólo miraba”.

La realidad es que han evolucionado tanto estas tecnologías, que incluso pueden llegar al campo de lo extraordinario, hace apenas un par de años en Internet se hizo viral el caso de una mujer alemana que se sorprendió cuando sus redes comenzaron a llenarse de anuncios de planes médicos para partos y artículos para recién nacidos, pero su sorpresa fue mayúscula cuando al realizarse una prueba de embarazo esta diera positivo, ¿era posible que el algoritmo fuera capaz de detectar un embarazo antes que la misma madre?

Pues bien, la respuesta es, probablemente sí, tanto las mujeres embarazadas como otras mujeres y hombres pueden presentar cambios en sus estados de ánimo por consecuencia de un desorden hormonal, y parte de las manifestaciones que presentan son cambios bruscos en sus hábitos digitales, tales como los temas y sitios que navegan, las frases y tiempo que usan y pasan en sus chat sociales.

Así como la música que escuchan en la red, si un algoritmo de inteligencia artificial ya era capaz de interpretar tales o cuales patrones en mujeres embarazadas, es muy probable que fuera posible que llegara a saber de la condición incluso antes que la madre.

Hace apenas unos días, Facebook dio a conocer sus avances en lo correspondiente a su programa de desarrollo de Inteligencia Artificial, los cuales se publican de vez en cuando en uno de sus sitios oficiales menos conocidos https://about.facebook.com/ltam/ y en ellos además de plantear “la novedad” de que su algoritmo ahora sería capaz de imitar la escritura de cualquier ser humano tan sólo con “leer” una palabra escrita por el mismo, se dieron a conocer sus nuevos proyectos a largo plazo, destacando el llamado Ego4D, cuyo objetivo es que Facebook pueda “escuchar y recordar” todo lo que hace una persona con el objetivo de mostrar resultados que puedan ayudar en las tareas cotidianas.

Particularmente me aterra, es darle consentimiento -como si no lo hiciera antes- de escuchar y grabar “todo” lo que hacemos para después poderle preguntar sobre cosas del pasado y tener una estructura auditiva de cómo es que se originó tal o cuál situación.

¿Qué seguirá después? Llevarán un control de nuestra salud para saber de qué y qué tan enfermos estamos para vendernos medicinas … ah no, creo que eso ya lo hacen desde hace 15 años. Cuidado, mucho cuidado con lo que acepta en la red, por que DIOS siempre está en las buenas intenciones, y el Diablo, ese siempre está en los detalles.

Facebook:

  • www.facebook.com/soylalodelatorre

Twitter:

  • @lalodelatorreg

Correo:

  • tecnologia@lalodelatorre.com

Decían nuestros padres o nuestros abuelos que muchos de nosotros terminábamos “atrapados en el sistema” un andamiaje invisible que como una telaraña terminaba aprisionando a la clase trabajadora, era una creación misma de la sociedad, pero aún y con sus males, el sistema era consecuencia, hoy estamos atrapados en el algoritmo y es mucho peor, porque se trata de causa.

Las únicas cadenas más largas, más gruesas, más fuertes que las del acero son nuestras propias cadenas emocionales. Al integrarnos como seres profundamente sociales, somos presa fácil de aquellos que estudian y comprenden los misterios de la naturaleza del comportamiento humano.

Pero aún peores, son aquellos que además de haberlos comprendido, los trasladan a la toma de decisiones de un lenguaje de programación, que, a su vez, hará las veces de un alma para un dispositivo.

Con ello se aprovechan de los cientos de sesgos cognitivos que tenemos en nuestro comportamiento para vendernos productos y servicios, para poder injerir en nuestras decisiones de consumo, electorales, sociales, emocionales y hasta sexuales, y todo ello dejándonos tranquilos al pensar que son producto de un casi inexistente libre albedrío.

Quisiera preguntarle de manera pasiva amigo lector, si alguna vez le ha ocurrido que buscando un producto en la red, al poco tiempo todos los anuncios publicitarios que le aparecen en sus aplicaciones, redes sociales u otras páginas se llenan de ofertas de “ese” producto que estaba buscando.

A veces no tiene ni que buscarlo, solo mencionarlo en una conversación, y hay incluso los que han llegado a afirmar que de solo pensarlo al poco tiempo les aparece, pues no se trata de magia - no al menos como la conocemos - se trata de redes neuronales, análisis de BigData, minería masiva de datos, cookies de su navegador, e incluso porque no escribirlo alguno que otro código de espionaje, que convierte nuestros gustos y emociones en valores, que a sus vez integran en “paquetes” de compradores potenciales, que luego son ofrecidos a las empresas en forma de segmentación de mercado para presentarles de manera recurrente y agobiante las promociones de su producto o servicio.

El Algoritmo, como se ha llegado a nombrar por muchos autores, no es otra cosa que una serie de programas informáticos enfocados en brindar de herramientas poderosas y puntuales a las empresas que nos venden.

En el caso del estudio del comportamiento del consumidor el rey es Amazon, ya que esta empresa tiene desarrollados algoritmos capaces de saber incluso a que cosas le dimos “click” en todos sus servicios, en qué momento, antes y después de que, si concretamos una compra, que tanto tiempo vimos una determinada publicación e incluso como son nuestros patrones de “compra segura” o de “sólo miraba”.

La realidad es que han evolucionado tanto estas tecnologías, que incluso pueden llegar al campo de lo extraordinario, hace apenas un par de años en Internet se hizo viral el caso de una mujer alemana que se sorprendió cuando sus redes comenzaron a llenarse de anuncios de planes médicos para partos y artículos para recién nacidos, pero su sorpresa fue mayúscula cuando al realizarse una prueba de embarazo esta diera positivo, ¿era posible que el algoritmo fuera capaz de detectar un embarazo antes que la misma madre?

Pues bien, la respuesta es, probablemente sí, tanto las mujeres embarazadas como otras mujeres y hombres pueden presentar cambios en sus estados de ánimo por consecuencia de un desorden hormonal, y parte de las manifestaciones que presentan son cambios bruscos en sus hábitos digitales, tales como los temas y sitios que navegan, las frases y tiempo que usan y pasan en sus chat sociales.

Así como la música que escuchan en la red, si un algoritmo de inteligencia artificial ya era capaz de interpretar tales o cuales patrones en mujeres embarazadas, es muy probable que fuera posible que llegara a saber de la condición incluso antes que la madre.

Hace apenas unos días, Facebook dio a conocer sus avances en lo correspondiente a su programa de desarrollo de Inteligencia Artificial, los cuales se publican de vez en cuando en uno de sus sitios oficiales menos conocidos https://about.facebook.com/ltam/ y en ellos además de plantear “la novedad” de que su algoritmo ahora sería capaz de imitar la escritura de cualquier ser humano tan sólo con “leer” una palabra escrita por el mismo, se dieron a conocer sus nuevos proyectos a largo plazo, destacando el llamado Ego4D, cuyo objetivo es que Facebook pueda “escuchar y recordar” todo lo que hace una persona con el objetivo de mostrar resultados que puedan ayudar en las tareas cotidianas.

Particularmente me aterra, es darle consentimiento -como si no lo hiciera antes- de escuchar y grabar “todo” lo que hacemos para después poderle preguntar sobre cosas del pasado y tener una estructura auditiva de cómo es que se originó tal o cuál situación.

¿Qué seguirá después? Llevarán un control de nuestra salud para saber de qué y qué tan enfermos estamos para vendernos medicinas … ah no, creo que eso ya lo hacen desde hace 15 años. Cuidado, mucho cuidado con lo que acepta en la red, por que DIOS siempre está en las buenas intenciones, y el Diablo, ese siempre está en los detalles.

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