/ sábado 15 de mayo de 2021

Hablemos de tecnología | El poder de un tuit

En aquella época los gobernantes, los reyes, los faraones, solo debían levantar su mano, expresar su deseo, su orden, su mandato, su opinión y el mundo temblaba, poco lugar había para el cuestionamiento, no porque no existiera claro, sino porque el poder radicado en aquellos hombres era casi absoluto casi como hoy, con la diferencia de que hoy existe Twitter.

El término Tweet es onomatopeya inglesa de la piada de las aves que da nombre a uno de los formatos de comunicación más importantes en la historia de la humanidad.

Minimizado, zarandeado y golpeteado el buen Twitter del que cada año se anuncia que ese será el último, que día a día pierde miles de usuarios y que su declive es inevitable, sigue siendo hoy por hoy uno de los grandes de las benditas redes sociales, con sus 385 millones de usuarios activos de los cuales el 68.5 son hombres, la red del pájaro azul se resiste a caer, y hoy presenta a muchos líderes sociales, económicos y políticos una “palestra digital” para emitir sus órdenes, mandatos y opiniones en 140 caracteres -o ya podemos en un poco más-.

Con esa cantidad de usuarios, y contra los miles de millones de Facebook o su hija malvada Instagram, parecería más bien una red de nicho, y en verdad lo es, solo que en este “pequeño” nicho están activos los principales líderes del planeta, expresándose diariamente como si de políticas públicas se tratase.

Hasta hace unos meses EU tenía en Donald Trump a un presidente que usaba esta red como un arma para la desinformación pública, ¿La Consecuencia? Antes del final de su mandato, perdió todas sus cuentas, en esta red y en otras. ¡Un abuso! Denunció, la realidad es que las nuevas políticas de estas plataformas digitales se han endurecido mucho para bien o para mal en los últimos dos años.

Sin embargo, (peligrosas palabras que ponen en tela de duda todo lo antes escrito, amigo lector) la frase que da título a nuestra columna de hoy hace más bien referencia a las consecuencias que un tweet puede tener para cambiar la opinión en la sociedad, las bolsas de valores o los gustos y preferencias de muchas personas en solo unos minutos.

Por citar un ejemplo muy reciente, la compañía Tesla Motors, del visionario ingeniero Elon Musk, publicó hace apenas unos días que dejaría de aceptar bitcoins como forma de pago para sus vehículos Tesla, argumentando textualmente lo siguiente:

“Tesla ha suspendido la compra de vehículos usando bitcoin. Nos preocupa el incremento del uso de combustibles y energías no renovables para la realización de transacciones y minado. Especialmente carbón, la cual tiene la mayor cantidad de emisiones contaminantes a la atmósfera.

Las criptomonedas son una buena idea en muchos niveles, pero su futuro no debería significar un inmenso impacto negativo al medio ambiente. Tesla dejará de vender sus bitcoin y se usará para transacciones apenas su minado haga una transición hacia el uso de energías renovables. También estamos estudiando el uso de criptomonedas que usen menos del 1% de la energía que requiere el bitcoin”.

Con estas simples 106 palabras, la compañía provocó una significativa caída en el precio internacional del bitcoin además de dejarnos ver algunas cosas entre líneas, tales como indican algunos expertos en la materia: Tesla podría estar trabajando ya en la creación de su propia criptomoneda, una que use otros métodos para su minado, y que además tenga un impacto al ambiente de menos del 1% de lo que hace bitcoin.

Otros ejemplos particulares han sido cuando presidentes de algunos países deciden anunciar grandes cambios para sus naciones a través de este medio social, aun sin haber siquiera hecho los proyectos formales o haberlos presentado en sus congresos, la comunicación política y financiera actual, hacen de los comentarios verdaderos polvorines capaces de hacer estallar el estado de paz de cualquier industria o nación, sean presentados por redes o en una rueda de prensa todos los días por la mañana.

Sin duda como estos hemos visto y seguiremos viendo muchos ejemplos de cómo un “simple” tweet puede convertirse en un arma, en un cambio, en un sueño o en una maldición en este mundo digital.

  • Facebook: www.facebook.com/soylalodelatorre
  • Twitter: @lalodelatorreg
  • Correo: tecnologia@lalodelatorre.com

En aquella época los gobernantes, los reyes, los faraones, solo debían levantar su mano, expresar su deseo, su orden, su mandato, su opinión y el mundo temblaba, poco lugar había para el cuestionamiento, no porque no existiera claro, sino porque el poder radicado en aquellos hombres era casi absoluto casi como hoy, con la diferencia de que hoy existe Twitter.

El término Tweet es onomatopeya inglesa de la piada de las aves que da nombre a uno de los formatos de comunicación más importantes en la historia de la humanidad.

Minimizado, zarandeado y golpeteado el buen Twitter del que cada año se anuncia que ese será el último, que día a día pierde miles de usuarios y que su declive es inevitable, sigue siendo hoy por hoy uno de los grandes de las benditas redes sociales, con sus 385 millones de usuarios activos de los cuales el 68.5 son hombres, la red del pájaro azul se resiste a caer, y hoy presenta a muchos líderes sociales, económicos y políticos una “palestra digital” para emitir sus órdenes, mandatos y opiniones en 140 caracteres -o ya podemos en un poco más-.

Con esa cantidad de usuarios, y contra los miles de millones de Facebook o su hija malvada Instagram, parecería más bien una red de nicho, y en verdad lo es, solo que en este “pequeño” nicho están activos los principales líderes del planeta, expresándose diariamente como si de políticas públicas se tratase.

Hasta hace unos meses EU tenía en Donald Trump a un presidente que usaba esta red como un arma para la desinformación pública, ¿La Consecuencia? Antes del final de su mandato, perdió todas sus cuentas, en esta red y en otras. ¡Un abuso! Denunció, la realidad es que las nuevas políticas de estas plataformas digitales se han endurecido mucho para bien o para mal en los últimos dos años.

Sin embargo, (peligrosas palabras que ponen en tela de duda todo lo antes escrito, amigo lector) la frase que da título a nuestra columna de hoy hace más bien referencia a las consecuencias que un tweet puede tener para cambiar la opinión en la sociedad, las bolsas de valores o los gustos y preferencias de muchas personas en solo unos minutos.

Por citar un ejemplo muy reciente, la compañía Tesla Motors, del visionario ingeniero Elon Musk, publicó hace apenas unos días que dejaría de aceptar bitcoins como forma de pago para sus vehículos Tesla, argumentando textualmente lo siguiente:

“Tesla ha suspendido la compra de vehículos usando bitcoin. Nos preocupa el incremento del uso de combustibles y energías no renovables para la realización de transacciones y minado. Especialmente carbón, la cual tiene la mayor cantidad de emisiones contaminantes a la atmósfera.

Las criptomonedas son una buena idea en muchos niveles, pero su futuro no debería significar un inmenso impacto negativo al medio ambiente. Tesla dejará de vender sus bitcoin y se usará para transacciones apenas su minado haga una transición hacia el uso de energías renovables. También estamos estudiando el uso de criptomonedas que usen menos del 1% de la energía que requiere el bitcoin”.

Con estas simples 106 palabras, la compañía provocó una significativa caída en el precio internacional del bitcoin además de dejarnos ver algunas cosas entre líneas, tales como indican algunos expertos en la materia: Tesla podría estar trabajando ya en la creación de su propia criptomoneda, una que use otros métodos para su minado, y que además tenga un impacto al ambiente de menos del 1% de lo que hace bitcoin.

Otros ejemplos particulares han sido cuando presidentes de algunos países deciden anunciar grandes cambios para sus naciones a través de este medio social, aun sin haber siquiera hecho los proyectos formales o haberlos presentado en sus congresos, la comunicación política y financiera actual, hacen de los comentarios verdaderos polvorines capaces de hacer estallar el estado de paz de cualquier industria o nación, sean presentados por redes o en una rueda de prensa todos los días por la mañana.

Sin duda como estos hemos visto y seguiremos viendo muchos ejemplos de cómo un “simple” tweet puede convertirse en un arma, en un cambio, en un sueño o en una maldición en este mundo digital.

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