/ sábado 13 de noviembre de 2021

Hablemos de tecnología | El ruido y la señal

Sobrevalorados y en peligro de extinción, así percibimos desde la modesta cúpula de la dinámica digital a los “viejos” formatos de festivales de venta, ya sean digitales, físicos o híbridos, su impacto va cada año más en decadencia, y es preciso no solo poder analizar el ¿cómo? también el ¿por qué?.

Lejanos quedaron en nuestro país, y me atrevería a decir que en otros, aquellos épicos momentos en donde en punto de las cero horas de un día de noviembre ya fuera bajo el concepto de un “Black Friday” o un “Buen Fin” miles de personas se aglomeraban en las puertas de los centros comerciales para ingresar, correr, empujar, arrebatar y a veces hasta pelear por conseguir algún artículo en precio de oferta o liquidación por un muy corto periodo de tiempo, o “hasta agotar existencias”.

Recuerdo como algunos administradores de TI de empresas me comentaban que era un verdadero reto mantener activos los servidores que tenían que procesar hasta 1000 veces más tráfico de usuarios en sus plataformas que en un fin de semana “normal” y a eso le aunaban el estrés de tener que checar una y otra vez que no hubiera bugs de seguridad o precios mal colocados para evitar que les metieran un gol a la hora de hacer compras en línea, por cierto, más de una vez sufrieron goleada.

Sin embargo, hoy, a casi 2 años de la pandemia las cosas parecen pintar muy diferente, si bien la crisis de salud trae consigo una consabida crisis financiera – y lo deseemos o no, también una de seguridad – muchos de los formatos tradicionales y digitales que marcaban la agenda de consumo a nivel social parecían estar “exentos” de cualquier crisis o enfermedad, la gente compra lo que necesita, y muchas veces lo que no también, pero hoy las cosas no se ven nada bien.

Desde lo digital, con campañas como “Cyber Monday” u “11:11” se externan una gran cantidad de ofertas por medios digitales, algunas debo admitirlo, son en realidad muy buenas, pero también debo escribir, muchas de ellas se tratan solo de engaños, maquillajes, o descuentos hechos a sobreprecios aplicados a veces hace solo unas horas, dependiendo del canal de ventas las cosas pueden ser más o menos iguales.

No importa si se trata de portales asiáticos o norteamericanos, las tendencias, los sesgos y la mercadotecnia de coacción son las mismas, compre ahora y pague después, realmente a estas empresas poco les importa el nivel de deuda, las carteras vencidas o la morosidad, que lidien los bancos con eso, siempre habrá figuras como las casas de empeño para poder dar un respiro de oxígeno artificial a estas situaciones.

Entre lo destacable amigo lector, de esta temporada es que por primera vez podemos ver un bloque “importante” de negocios que comienza a aceptar criptomonedas como medio de pago a productos y servicios de una manera más abierta que otros años, lo lamentable es que con su volatilidad también estos precios o equivalencias cambian rápidamente.

En el caso concreto de El Buen Fin, si bien en un principio se hablaba de una posible cancelación de este evento, la realidad es que no sólo el mercado, sino la economía mexicana en general no puede darse ese lujo -al menos sin crédito-.

Es importante que analicemos que el consumo interno necesita reactivarse y el Buen Fin ha demostrado ser un buen motor que, aunque momentáneo, logra mover de manera interesante las cajas registradoras de miles de negocios que ahora mismo lo necesitan con creces.

Todos sabemos que el año ha ido muy lento, las últimas cifras entregadas por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD)(2020) indican que las ventas de tiendas iguales en departamentales cayó -72.7 por ciento en abril; en mayo repitió la tendencia a la baja con -49.6 por ciento, en junio -44.6 por ciento y en julio -22.6 por ciento.

En las tiendas especializadas en tecnología las cosas no han sido muy diferentes, los números para abril registraron una caída de -17.5 por ciento, en mayo de -16.4 por ciento en junio -14.5 por ciento y julio -9.9 por ciento.

Escribía y muy bien Nate Silver: “Distinguir la señal del ruido requiere tanto del conocimiento científico como del conocimiento propio”, en su magistral obra “La señal y el ruido” hoy el ruido es grande y nos deja claro que no hay recursos, pero ¿Son estas las señales de que se avecina una nueva gran crisis? 2022 dirá, esperemos estar equivocados.

Dirían los antiguos que los años de gemelos (22) son años de tragedia, ya no dejemos las cosas a la buena ventura de la suerte, mejor pongámosla en las certeras manos de las matemáticas y del sentido común. Buen Fin, Siempre.

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  • www.facebook.com/soylalodelatorre

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  • @lalodelatorreg

Sobrevalorados y en peligro de extinción, así percibimos desde la modesta cúpula de la dinámica digital a los “viejos” formatos de festivales de venta, ya sean digitales, físicos o híbridos, su impacto va cada año más en decadencia, y es preciso no solo poder analizar el ¿cómo? también el ¿por qué?.

Lejanos quedaron en nuestro país, y me atrevería a decir que en otros, aquellos épicos momentos en donde en punto de las cero horas de un día de noviembre ya fuera bajo el concepto de un “Black Friday” o un “Buen Fin” miles de personas se aglomeraban en las puertas de los centros comerciales para ingresar, correr, empujar, arrebatar y a veces hasta pelear por conseguir algún artículo en precio de oferta o liquidación por un muy corto periodo de tiempo, o “hasta agotar existencias”.

Recuerdo como algunos administradores de TI de empresas me comentaban que era un verdadero reto mantener activos los servidores que tenían que procesar hasta 1000 veces más tráfico de usuarios en sus plataformas que en un fin de semana “normal” y a eso le aunaban el estrés de tener que checar una y otra vez que no hubiera bugs de seguridad o precios mal colocados para evitar que les metieran un gol a la hora de hacer compras en línea, por cierto, más de una vez sufrieron goleada.

Sin embargo, hoy, a casi 2 años de la pandemia las cosas parecen pintar muy diferente, si bien la crisis de salud trae consigo una consabida crisis financiera – y lo deseemos o no, también una de seguridad – muchos de los formatos tradicionales y digitales que marcaban la agenda de consumo a nivel social parecían estar “exentos” de cualquier crisis o enfermedad, la gente compra lo que necesita, y muchas veces lo que no también, pero hoy las cosas no se ven nada bien.

Desde lo digital, con campañas como “Cyber Monday” u “11:11” se externan una gran cantidad de ofertas por medios digitales, algunas debo admitirlo, son en realidad muy buenas, pero también debo escribir, muchas de ellas se tratan solo de engaños, maquillajes, o descuentos hechos a sobreprecios aplicados a veces hace solo unas horas, dependiendo del canal de ventas las cosas pueden ser más o menos iguales.

No importa si se trata de portales asiáticos o norteamericanos, las tendencias, los sesgos y la mercadotecnia de coacción son las mismas, compre ahora y pague después, realmente a estas empresas poco les importa el nivel de deuda, las carteras vencidas o la morosidad, que lidien los bancos con eso, siempre habrá figuras como las casas de empeño para poder dar un respiro de oxígeno artificial a estas situaciones.

Entre lo destacable amigo lector, de esta temporada es que por primera vez podemos ver un bloque “importante” de negocios que comienza a aceptar criptomonedas como medio de pago a productos y servicios de una manera más abierta que otros años, lo lamentable es que con su volatilidad también estos precios o equivalencias cambian rápidamente.

En el caso concreto de El Buen Fin, si bien en un principio se hablaba de una posible cancelación de este evento, la realidad es que no sólo el mercado, sino la economía mexicana en general no puede darse ese lujo -al menos sin crédito-.

Es importante que analicemos que el consumo interno necesita reactivarse y el Buen Fin ha demostrado ser un buen motor que, aunque momentáneo, logra mover de manera interesante las cajas registradoras de miles de negocios que ahora mismo lo necesitan con creces.

Todos sabemos que el año ha ido muy lento, las últimas cifras entregadas por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD)(2020) indican que las ventas de tiendas iguales en departamentales cayó -72.7 por ciento en abril; en mayo repitió la tendencia a la baja con -49.6 por ciento, en junio -44.6 por ciento y en julio -22.6 por ciento.

En las tiendas especializadas en tecnología las cosas no han sido muy diferentes, los números para abril registraron una caída de -17.5 por ciento, en mayo de -16.4 por ciento en junio -14.5 por ciento y julio -9.9 por ciento.

Escribía y muy bien Nate Silver: “Distinguir la señal del ruido requiere tanto del conocimiento científico como del conocimiento propio”, en su magistral obra “La señal y el ruido” hoy el ruido es grande y nos deja claro que no hay recursos, pero ¿Son estas las señales de que se avecina una nueva gran crisis? 2022 dirá, esperemos estar equivocados.

Dirían los antiguos que los años de gemelos (22) son años de tragedia, ya no dejemos las cosas a la buena ventura de la suerte, mejor pongámosla en las certeras manos de las matemáticas y del sentido común. Buen Fin, Siempre.

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