/ sábado 7 de mayo de 2022

Hablemos de tecnología | Gobernanza 4.0

De los tantos males que le ha tocado vivir a nuestra generación, pocos han causado tanto daño como la arrogancia de los que toman las decisiones, en incrédula apatía de las necesidades apremiantes, ya que la actual distopía se cimenta en el egoísmo de crear por fuerza paraísos individuales a costa de infiernos colectivos.

Decían los abuelos que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Y qué razón tenían, hoy como nunca amigos lectores, comienza a tener sentido el cuestionar no sólo a quienes nos gobiernan, sino también, más por consecuencia que por añadidura, el ¿cómo? Es que lo hacen.

Y es que pocas veces nos atrevemos a decir -o a escribir en mi caso- que un gobierno legítimo no es lo mismo que un gobierno eficiente. La modernidad, la tecnología, y los nuevos modelos de gobierno, muchas veces pasan desapercibidos, por ignorancia o por apatía, tan ausentes como necesarios, afortunadamente en el mundo está cobrando cada día más fuerza un término trascendente, una poderosa palabra que resume mucho de lo mejor de nuestra sociedad, y ese concepto es la Gobernanza.

Ponerle el cuatro punto cero como apellido a un concepto que lleva ya décadas presente, no es un adjetivo que trate de maquillarlo para modernizarlo o darle mayor énfasis, sino el hacernos ver que sigue presente, fuerte y más necesario que nunca.

Pero, amigo lector, ¿es acaso lo mismo la Gobernabilidad que la Gobernanza?, contrario a lo que algunos pudieran pensar son conceptos muy diferentes, la gobernabilidad la podemos definir como la capacidad de un gobierno establecido de atender oportunamente las necesidades de quienes son sus gobernados, mientras que por su parte la gobernanza nos invita a hacer equipo, a aprovechar las fortalezas de esa enorme diversidad que representamos todos los actores sociales y nos convoca a formar lazos que nos permitan vivir mejor, en una sociedad más igualitaria, más moderna y ante todo más justa, acorde no solo a los tiempos, sino a las necesidades de todos.

Mientras que la demagogia pudiera parecer el discurso que tiene ventajas en nuestros tiempos, la llave para el aplauso que se ha puesto de moda, tenemos por otro lado a la gobernanza, a las acciones que inspiran a las comunidades a trabajar por el bienestar de ellas mismas y ese es un concepto atemporal, uno que nos invita a las acciones colaborativas, a las redes que cambien la realidad de su entorno.

Decía el maestro José Ortega y Gasset, “Yo soy yo y mi circunstancia; si no la salvo a ella, no me salvo yo”. Y qué razón tenía, hoy a través de Internet tenemos uno de los vehículos más fuertes para unirnos y hacer crecer el mensaje, más rápido y fuerte de lo que viajan las críticas o los mensajes de odio, debemos de aprender a sumarnos a las acciones que colaboran y aportan a nuestras comunidades, y como consecuencia también en menor o mayor medida, al estado, al país y al mundo.

Ante la disminución de la capacidad de conducción de la sociedad por parte de los poderes públicos. En ocasiones el sistema de órdenes establecidos en el poder se vuelve insuficiente para gobernar, para definir los objetivos de valor de la sociedad. Debemos de aprovechar el camino que nos muestra la gobernanza.

Ciencia, tecnología, innovación, trascendencia y progreso convergen en el núcleo de las necesidades de las personas, más allá de lo que la gente quiere, poder ofrecer oportunidades para tener lo que necesitan y más idealmente, lo mucho que se merecen.

Universidad, Gobierno, Sociedad y Mercado deben unirse en una dinámica de cambio, de establecimiento de un nuevo estatus quo, vibrante y motivador, pero con la capacidad de dejar de ser sólo humo o castillos en el aire, y de concretarse en acciones que lleven realidades a las comunidades.

Soy y seré siempre un defensor del pensamiento práctico, de nada sirve la planificación glorificada o la demagogia barata, las personas necesitamos resultados tangibles en tiempos razonables, es momento de un país que más allá de un territorio delimitado, sea una tierra próspera de esperanza y de oportunidades. Dedico estas letras con mucho respeto y cariño al Dr. Mario Vargas y a la Gran Familia UAT.

Paz y Bien

  • Facebook: www.facebook.com/soylalodelatorre
  • Twitter: @lalodelatorreg
  • Correo: tecnologia@lalodelatorre.com

De los tantos males que le ha tocado vivir a nuestra generación, pocos han causado tanto daño como la arrogancia de los que toman las decisiones, en incrédula apatía de las necesidades apremiantes, ya que la actual distopía se cimenta en el egoísmo de crear por fuerza paraísos individuales a costa de infiernos colectivos.

Decían los abuelos que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Y qué razón tenían, hoy como nunca amigos lectores, comienza a tener sentido el cuestionar no sólo a quienes nos gobiernan, sino también, más por consecuencia que por añadidura, el ¿cómo? Es que lo hacen.

Y es que pocas veces nos atrevemos a decir -o a escribir en mi caso- que un gobierno legítimo no es lo mismo que un gobierno eficiente. La modernidad, la tecnología, y los nuevos modelos de gobierno, muchas veces pasan desapercibidos, por ignorancia o por apatía, tan ausentes como necesarios, afortunadamente en el mundo está cobrando cada día más fuerza un término trascendente, una poderosa palabra que resume mucho de lo mejor de nuestra sociedad, y ese concepto es la Gobernanza.

Ponerle el cuatro punto cero como apellido a un concepto que lleva ya décadas presente, no es un adjetivo que trate de maquillarlo para modernizarlo o darle mayor énfasis, sino el hacernos ver que sigue presente, fuerte y más necesario que nunca.

Pero, amigo lector, ¿es acaso lo mismo la Gobernabilidad que la Gobernanza?, contrario a lo que algunos pudieran pensar son conceptos muy diferentes, la gobernabilidad la podemos definir como la capacidad de un gobierno establecido de atender oportunamente las necesidades de quienes son sus gobernados, mientras que por su parte la gobernanza nos invita a hacer equipo, a aprovechar las fortalezas de esa enorme diversidad que representamos todos los actores sociales y nos convoca a formar lazos que nos permitan vivir mejor, en una sociedad más igualitaria, más moderna y ante todo más justa, acorde no solo a los tiempos, sino a las necesidades de todos.

Mientras que la demagogia pudiera parecer el discurso que tiene ventajas en nuestros tiempos, la llave para el aplauso que se ha puesto de moda, tenemos por otro lado a la gobernanza, a las acciones que inspiran a las comunidades a trabajar por el bienestar de ellas mismas y ese es un concepto atemporal, uno que nos invita a las acciones colaborativas, a las redes que cambien la realidad de su entorno.

Decía el maestro José Ortega y Gasset, “Yo soy yo y mi circunstancia; si no la salvo a ella, no me salvo yo”. Y qué razón tenía, hoy a través de Internet tenemos uno de los vehículos más fuertes para unirnos y hacer crecer el mensaje, más rápido y fuerte de lo que viajan las críticas o los mensajes de odio, debemos de aprender a sumarnos a las acciones que colaboran y aportan a nuestras comunidades, y como consecuencia también en menor o mayor medida, al estado, al país y al mundo.

Ante la disminución de la capacidad de conducción de la sociedad por parte de los poderes públicos. En ocasiones el sistema de órdenes establecidos en el poder se vuelve insuficiente para gobernar, para definir los objetivos de valor de la sociedad. Debemos de aprovechar el camino que nos muestra la gobernanza.

Ciencia, tecnología, innovación, trascendencia y progreso convergen en el núcleo de las necesidades de las personas, más allá de lo que la gente quiere, poder ofrecer oportunidades para tener lo que necesitan y más idealmente, lo mucho que se merecen.

Universidad, Gobierno, Sociedad y Mercado deben unirse en una dinámica de cambio, de establecimiento de un nuevo estatus quo, vibrante y motivador, pero con la capacidad de dejar de ser sólo humo o castillos en el aire, y de concretarse en acciones que lleven realidades a las comunidades.

Soy y seré siempre un defensor del pensamiento práctico, de nada sirve la planificación glorificada o la demagogia barata, las personas necesitamos resultados tangibles en tiempos razonables, es momento de un país que más allá de un territorio delimitado, sea una tierra próspera de esperanza y de oportunidades. Dedico estas letras con mucho respeto y cariño al Dr. Mario Vargas y a la Gran Familia UAT.

Paz y Bien

  • Facebook: www.facebook.com/soylalodelatorre
  • Twitter: @lalodelatorreg
  • Correo: tecnologia@lalodelatorre.com