/ sábado 8 de mayo de 2021

Hablemos de tecnología | Guerras del agua

El peor escenario apocalíptico no es aquel donde nos quedamos sin petróleo, sino aquel donde lo que falta es el agua. En un planeta que está cubierto en su 80% del vital líquido resulta irónico que solo el 3% es agua dulce, de la que podemos consumir sin miedo, hoy sabemos y en carne propia lo horrible que sería si toda fuera salada.

En el pasado reciente se hablaba de que sería la posesión de petróleo lo que podría desencadenar un conflicto como una Tercera Guerra Mundial, afortunadamente para todos esa posibilidad se vuelve cada día más lejana, al menos por ese recurso, el agua dulce podría ser el nuevo recurso hiper escaso que desate conflictos armados en el futuro, hoy ya cotiza en el mercado de futuros y existe una carrera frenética de muchas naciones por proteger y reactivar tratados internacionales en la materia, tan solo por citar un ejemplo el que México firmó con los Estados Unidos en los años cuarenta.

Y si bien, a diferencia del petróleo, el agua dulce ha sido objeto de un eterno debate sobre si debe ser un bien de lujo o un bien social accesible para todos -creo que la respuesta es obvia-por esta razón, su volatilidad como fuente de conflictos podría ser aún mayor que la que tuvo el petróleo en su época de más alta importancia, debemos cuidarla, y aprender como sociedad a usar lo mejor de la tecnología para purificar la que ensuciamos.

El agua y las tecnologías implementadas en sus procesos de extracción, purificación y distribución hoy están más que nunca en el escenario internacional, debido en gran parte a su cada día mayor escasez y a los cambios en el clima de los lugares en donde vivimos.

Existen muchas y variadas tecnologías utilizadas en la purificación del agua, generalmente las grandes empresas, industrias, e incluso los distribuidores al consumidor final suelen usar más de una de ellas para garantizar la venta de un producto de calidad, apto para el consumo humano y libre de virus, gérmenes, microbios o bacterias.

Entre las más recurridas existen, Carbón Activado, Filtración Submicrónica, Luz Ultravioleta, Electrodesionización (EDI), Intercambio Iónico y Ósmosis Inversa, siendo esta última la que ofrece mejores prestaciones tecnológicas en cuanto a los procesos de desalinización se refiere.

La desalinización de agua de mar se ha convertido en una alternativa vital para la producción de agua dulce pura en todas las áreas del mundo sin agua potable. A medida que otras fuentes, como ríos, lagos, pozos y manantiales se han agotado debido a la extracción excesiva, el océano ha proporcionado un suministro abundante de agua disponible para uso humano. Aunque el agua del océano consiste en niveles elevados de sal y, por lo tanto, no puede utilizarse para el consumo o para la mayoría de los otros propósitos, la desalinización del agua de mar ha ayudado a que sea práctica.

En el camino que vamos, es muy probable que muchos países comiencen a usar el agua de mar para poder cubrir sus necesidades, para lo cual deberán de optar por procesos de desalinización industriales. La desalinización de agua de mar hace uso de membranas permeables, que solo tienen la función de eliminar los sólidos disueltos mientras dividen el agua de alimentación en agua purificada y sales concentradas rechazadas. Las sales y otros compuestos orgánicos se vierten en la corriente de salmuera y luego se desechan. Al final amigo lector, se obtiene agua purificada que tiene un 99% menos de sales disueltas. Estos sistemas de ósmosis inversa de agua de mar son inmensamente poderosos, con la capacidad de purificar agua significativamente alta.

Países del medio oriente ya son expertos en el uso de estas tecnologías para producir agua dulce, ya que además de lidiar con sus climas secos y desérticos, desde los últimos 30 años han detonado la industria turística que demanda 8 veces más agua que hace tres décadas en estos territorios.

En el caso de México y América Latina, aunque ya existen este tipo de sistemas, no están al alcance de todos, y el aprovechamiento de los vasos lacustres, la creación de infraestructura hidráulica y el aprovechamiento y purificación de agua pluvial e hidrosanitaria son cada vez más importantes, aunque, en la realidad, creo que la principal solución vendrá de concientizar a las nuevas generaciones, no solo se trata de obtener más agua, también necesitamos cuidar más la que tenemos. Cuidar el agua es cuidar la vida.

A diferencia del petróleo, el agua dulce ha sido objeto de un eterno debate sobre si debe ser un bien de lujo o un bien social accesible para todos”...


Solo se puede ver el fondo, cuando se ha secado el pozoProverbio Inglés


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El peor escenario apocalíptico no es aquel donde nos quedamos sin petróleo, sino aquel donde lo que falta es el agua. En un planeta que está cubierto en su 80% del vital líquido resulta irónico que solo el 3% es agua dulce, de la que podemos consumir sin miedo, hoy sabemos y en carne propia lo horrible que sería si toda fuera salada.

En el pasado reciente se hablaba de que sería la posesión de petróleo lo que podría desencadenar un conflicto como una Tercera Guerra Mundial, afortunadamente para todos esa posibilidad se vuelve cada día más lejana, al menos por ese recurso, el agua dulce podría ser el nuevo recurso hiper escaso que desate conflictos armados en el futuro, hoy ya cotiza en el mercado de futuros y existe una carrera frenética de muchas naciones por proteger y reactivar tratados internacionales en la materia, tan solo por citar un ejemplo el que México firmó con los Estados Unidos en los años cuarenta.

Y si bien, a diferencia del petróleo, el agua dulce ha sido objeto de un eterno debate sobre si debe ser un bien de lujo o un bien social accesible para todos -creo que la respuesta es obvia-por esta razón, su volatilidad como fuente de conflictos podría ser aún mayor que la que tuvo el petróleo en su época de más alta importancia, debemos cuidarla, y aprender como sociedad a usar lo mejor de la tecnología para purificar la que ensuciamos.

El agua y las tecnologías implementadas en sus procesos de extracción, purificación y distribución hoy están más que nunca en el escenario internacional, debido en gran parte a su cada día mayor escasez y a los cambios en el clima de los lugares en donde vivimos.

Existen muchas y variadas tecnologías utilizadas en la purificación del agua, generalmente las grandes empresas, industrias, e incluso los distribuidores al consumidor final suelen usar más de una de ellas para garantizar la venta de un producto de calidad, apto para el consumo humano y libre de virus, gérmenes, microbios o bacterias.

Entre las más recurridas existen, Carbón Activado, Filtración Submicrónica, Luz Ultravioleta, Electrodesionización (EDI), Intercambio Iónico y Ósmosis Inversa, siendo esta última la que ofrece mejores prestaciones tecnológicas en cuanto a los procesos de desalinización se refiere.

La desalinización de agua de mar se ha convertido en una alternativa vital para la producción de agua dulce pura en todas las áreas del mundo sin agua potable. A medida que otras fuentes, como ríos, lagos, pozos y manantiales se han agotado debido a la extracción excesiva, el océano ha proporcionado un suministro abundante de agua disponible para uso humano. Aunque el agua del océano consiste en niveles elevados de sal y, por lo tanto, no puede utilizarse para el consumo o para la mayoría de los otros propósitos, la desalinización del agua de mar ha ayudado a que sea práctica.

En el camino que vamos, es muy probable que muchos países comiencen a usar el agua de mar para poder cubrir sus necesidades, para lo cual deberán de optar por procesos de desalinización industriales. La desalinización de agua de mar hace uso de membranas permeables, que solo tienen la función de eliminar los sólidos disueltos mientras dividen el agua de alimentación en agua purificada y sales concentradas rechazadas. Las sales y otros compuestos orgánicos se vierten en la corriente de salmuera y luego se desechan. Al final amigo lector, se obtiene agua purificada que tiene un 99% menos de sales disueltas. Estos sistemas de ósmosis inversa de agua de mar son inmensamente poderosos, con la capacidad de purificar agua significativamente alta.

Países del medio oriente ya son expertos en el uso de estas tecnologías para producir agua dulce, ya que además de lidiar con sus climas secos y desérticos, desde los últimos 30 años han detonado la industria turística que demanda 8 veces más agua que hace tres décadas en estos territorios.

En el caso de México y América Latina, aunque ya existen este tipo de sistemas, no están al alcance de todos, y el aprovechamiento de los vasos lacustres, la creación de infraestructura hidráulica y el aprovechamiento y purificación de agua pluvial e hidrosanitaria son cada vez más importantes, aunque, en la realidad, creo que la principal solución vendrá de concientizar a las nuevas generaciones, no solo se trata de obtener más agua, también necesitamos cuidar más la que tenemos. Cuidar el agua es cuidar la vida.

A diferencia del petróleo, el agua dulce ha sido objeto de un eterno debate sobre si debe ser un bien de lujo o un bien social accesible para todos”...


Solo se puede ver el fondo, cuando se ha secado el pozoProverbio Inglés


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