/ sábado 16 de enero de 2021

Hablemos de tecnología | Internet ¿libre?

Una promesa es un contrato con la vida. Porque todo regresa atrás, excepto el tiempo perdido o la palabra empeñada, somos los artífices de nuestra gloria y nuestra desdicha, y debemos entender que forjamos lo que somos con base en nuestros hechos no a nuestras palabras. Y todo tiene un plazo, una fecha de caducidad, incluso, la vida misma.

Imagine la siguiente situación, ha decido comprar limones, para ello va con su oferente más cercano y luego de preguntar el precio, o mejor aún, verlo escrito en tinta en un letrero, ordena un kilo, en eso, el vendedor le entrega una bolsa con dos pequeños limones, a lo que usted solo puede preguntar ¿Es una broma? Y el vendedor solo atina en responder, “le ofrecemos una disculpa estamos trabajando para mejorar nuestro servicio” -o producto-.

Esta triste y curiosa historia es la que tenemos que vivir -y sobrevivir- millones de mexicanos todos los días cuando a calidad en los servicios se refiere, y sin meterme ni con la calidad del agua potable, los constantes apagones o el penoso lidiar con menús automatizados u operadores desfachatadamente mentirosos, hoy, amigo lector, abordo para usted el tema de Internet, su calidad, su libertad, y sus mentiras.

Estamos en un parteaguas en cuanto a calidad de la conectividad se refiere, y sin hacer eco sobre ninguna marca, la realidad de lo que estamos viviendo en el país es alarmante, por un lado, para tener acceso a la educación privada o pública, debemos estar conectados, y no basta con tener la computadora de última generación, mucho depende de la calidad -y cantidad- de megas que nos brinde nuestro ISP (Internet Service Provider).

Hay muchos factores que influyen en la comodidad con la que usa internet. Entre ellas podemos enumerar la interferencia en la señal inalámbrica, la carga en la red, la velocidad nominal, el tipo de conexión a la red y también factores externos como la calidad del sitio web visitado o la distancia de este con su servidor.

En lo referente a velocidad, los datos de la plataforma Speedtest.net, nos dicen que la velocidad promedio del internet por cable a nivel mundial es de 70 Mb/s (diciembre 2019). Sin embargo, la velocidad ofrecida con más frecuencia en 55 de los 63 países de su lista es de 100Mb/s.

Actualmente, esta velocidad nos permite navegar en internet utilizando varios dispositivos al mismo tiempo y disfrutar de los servicios de Streaming con la resolución más alta, 4K u 8k ya en países como Japón o Singapur.

Cabe también señalar que, en países como Polonia, Rumania, Francia y Singapur, los proveedores nacionales ya no ofrecen una velocidad “tan baja”. En Polonia y Rumania la velocidad mínima es de 150 Mb/s, en Francia es de 200 Mb/s y en Singapur es de 500 Mb/s.

En contraparte, en Tayikistán, Turkmenistán y Vietnam, la velocidad de 100 Mb/s todavía no está disponible. De países como Cuba o Corea del Norte no se tienen datos exactos, pero la realidad es que todo indica que la oferta es extremadamente baja. (www.america-retail.com).

Es importante antes de sacar conclusiones, que entendamos que hay una gran diferencia entre “velocidad” y “ancho de banda”.

Según el sitio especializado www.disete.com “El ancho de banda es el flujo de bits de información (tubería) y la velocidad de transferencia (presión) es la que mide el tiempo que tarda un host o un servidor en poner en la línea de transmisión el paquete de datos a enviar.”

Lo alarmante viene a tema con las recientes medidas tomadas por algunas compañías en el país -dejo muy claro, caso de Nuevo León-, en donde sin previo aviso, han limitado la velocidad y capacidad de las conexiones domésticas de algunas personas argumentando que “Se ha excedido el límite de tráfico de descarga en el periodo”, sin que este tópico haya sido especificado en el contrato del cliente final, y presionando a los particulares a pagar sumas “muy altas” para migrar a un servicio empresarial.

En una época en donde muchos jóvenes deben recargar casi diario el saldo de sus teléfonos para entrar a sus clases en línea, en donde la oferta de servicios de Streaming es promocionada por los mismos proveedores de Internet, donde tenemos uno de los Internet más caros en relación Megabyte – Precio de Latinoamérica, y donde no existe un área especializada del gobierno para regular estos abusos en el servicio.

¿Qué podemos hacer?. Administrar, ahorrar, supervisar y ante todo elegir muy bien con quién contratamos nuestros servicios, claro, no vaya a pasar que contratemos -y paguemos- por 100 megas y solo nos conecten a 2. ¿Verdad? www.speedtest.net

Use cubrebocas.

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Correo:

tecnologia@lalodelatorre.com

Una promesa es un contrato con la vida. Porque todo regresa atrás, excepto el tiempo perdido o la palabra empeñada, somos los artífices de nuestra gloria y nuestra desdicha, y debemos entender que forjamos lo que somos con base en nuestros hechos no a nuestras palabras. Y todo tiene un plazo, una fecha de caducidad, incluso, la vida misma.

Imagine la siguiente situación, ha decido comprar limones, para ello va con su oferente más cercano y luego de preguntar el precio, o mejor aún, verlo escrito en tinta en un letrero, ordena un kilo, en eso, el vendedor le entrega una bolsa con dos pequeños limones, a lo que usted solo puede preguntar ¿Es una broma? Y el vendedor solo atina en responder, “le ofrecemos una disculpa estamos trabajando para mejorar nuestro servicio” -o producto-.

Esta triste y curiosa historia es la que tenemos que vivir -y sobrevivir- millones de mexicanos todos los días cuando a calidad en los servicios se refiere, y sin meterme ni con la calidad del agua potable, los constantes apagones o el penoso lidiar con menús automatizados u operadores desfachatadamente mentirosos, hoy, amigo lector, abordo para usted el tema de Internet, su calidad, su libertad, y sus mentiras.

Estamos en un parteaguas en cuanto a calidad de la conectividad se refiere, y sin hacer eco sobre ninguna marca, la realidad de lo que estamos viviendo en el país es alarmante, por un lado, para tener acceso a la educación privada o pública, debemos estar conectados, y no basta con tener la computadora de última generación, mucho depende de la calidad -y cantidad- de megas que nos brinde nuestro ISP (Internet Service Provider).

Hay muchos factores que influyen en la comodidad con la que usa internet. Entre ellas podemos enumerar la interferencia en la señal inalámbrica, la carga en la red, la velocidad nominal, el tipo de conexión a la red y también factores externos como la calidad del sitio web visitado o la distancia de este con su servidor.

En lo referente a velocidad, los datos de la plataforma Speedtest.net, nos dicen que la velocidad promedio del internet por cable a nivel mundial es de 70 Mb/s (diciembre 2019). Sin embargo, la velocidad ofrecida con más frecuencia en 55 de los 63 países de su lista es de 100Mb/s.

Actualmente, esta velocidad nos permite navegar en internet utilizando varios dispositivos al mismo tiempo y disfrutar de los servicios de Streaming con la resolución más alta, 4K u 8k ya en países como Japón o Singapur.

Cabe también señalar que, en países como Polonia, Rumania, Francia y Singapur, los proveedores nacionales ya no ofrecen una velocidad “tan baja”. En Polonia y Rumania la velocidad mínima es de 150 Mb/s, en Francia es de 200 Mb/s y en Singapur es de 500 Mb/s.

En contraparte, en Tayikistán, Turkmenistán y Vietnam, la velocidad de 100 Mb/s todavía no está disponible. De países como Cuba o Corea del Norte no se tienen datos exactos, pero la realidad es que todo indica que la oferta es extremadamente baja. (www.america-retail.com).

Es importante antes de sacar conclusiones, que entendamos que hay una gran diferencia entre “velocidad” y “ancho de banda”.

Según el sitio especializado www.disete.com “El ancho de banda es el flujo de bits de información (tubería) y la velocidad de transferencia (presión) es la que mide el tiempo que tarda un host o un servidor en poner en la línea de transmisión el paquete de datos a enviar.”

Lo alarmante viene a tema con las recientes medidas tomadas por algunas compañías en el país -dejo muy claro, caso de Nuevo León-, en donde sin previo aviso, han limitado la velocidad y capacidad de las conexiones domésticas de algunas personas argumentando que “Se ha excedido el límite de tráfico de descarga en el periodo”, sin que este tópico haya sido especificado en el contrato del cliente final, y presionando a los particulares a pagar sumas “muy altas” para migrar a un servicio empresarial.

En una época en donde muchos jóvenes deben recargar casi diario el saldo de sus teléfonos para entrar a sus clases en línea, en donde la oferta de servicios de Streaming es promocionada por los mismos proveedores de Internet, donde tenemos uno de los Internet más caros en relación Megabyte – Precio de Latinoamérica, y donde no existe un área especializada del gobierno para regular estos abusos en el servicio.

¿Qué podemos hacer?. Administrar, ahorrar, supervisar y ante todo elegir muy bien con quién contratamos nuestros servicios, claro, no vaya a pasar que contratemos -y paguemos- por 100 megas y solo nos conecten a 2. ¿Verdad? www.speedtest.net

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