Alguna vez pregunté a un amigo mucho mayor, ¿por qué manejaba un coche modesto?, siendo que tenía holgadamente los recursos para tener uno mucho mejor, me compartió su visión, y era que prefería invertir su dinero en experiencias y en mejorar su “templo” así llamaba a su casa, porque era el lugar donde pasaba tiempo con quien más adoraba, su familia.
Los avances de la tecnología no se detienen y ya desde mediados de los años noventa del siglo pasado, nacía una tendencia muy “avanzada” a su época que pretendía automatizar y digitalizar muchos de los aspectos de la vida cotidiana, daba sus primeros pasos la ciencia de la domótica.
Con el paso de los años estos procesos de automatización que antaño estaban reservados exclusivamente a las clases más privilegiadas económicamente debido a sus altos precios se han ido desarrollando, mejorando y ante todo abaratando en muchos sentidos.
Wikipedia define a la domótica como los sistemas capaces de automatizar una vivienda o edificación de cualquier tipo, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación, y que pueden estar integrados por medio de redes interiores y exteriores de comunicación, cableadas o inalámbricas, y cuyo control goza de cierta ubicuidad, desde dentro y fuera del hogar. Se podría definir como la integración de la tecnología en el diseño inteligente de un recinto cerrado.
Y hoy como pocas veces estos avances están al alcance de muchos, contamos, por una parte, amigo lector, con una ventaja que no se tenía en aquellos lejanos años noventa, el IoT (Internet of Things) o Internet de las Cosas.
Una mega estructura de red que se apoya en Internet y que permite a dispositivos de utilidad, seguridad o servicios comunicarse entre sí sin necesidad de la intervención humana, y no solo eso, también nos enfilamos a la tan ansiada estandarización de sus interfaces tanto físicas como de control lógico, hoy por ejemplo, tenemos en el mercado una cantidad muy grande de dispositivos que son compatibles tanto con Asistente de Google como con Alexa el asistente de Amazon, actuales líderes indiscutibles en la oferta de asistentes de voz.
Nos esperan cosas maravillosas en el futuro, eso está claro, hoy con las computadoras avanzadas que llevamos en la palma de la mano que llamamos modestamente smartphones o simplemente teléfonos tenemos la posibilidad de crear aplicaciones que sirvan como interfaces para poder controlar de manera remota cualquier dispositivo conectado a la red.
Y la tecnología va más allá de solo la tele supervisión (circuitos cerrados de cámaras de video) podremos hacer cosas como apagar y prender luces y electrodomésticos, recibir a personas y permitirles el acceso por periodos de tiempo, enviar video y voz en tiempo real, abrir o cerrar las puertas, ventanas, persianas, portones, llaves de tuberías de agua o gas, así como poner en “modo emergencia” nuestro hogar incluso cuando estemos tan lejos como unas vacaciones por otro país o continente.
Los límites los va a poner la imaginación, y seguro estoy comenzaremos pronto a vivir una nueva revolución de la tecnología, una que no veíamos tan salvaje desde esa mencionada época noventera.
Los tiempos actuales de la pandemia aceleraron la curva de aprendizaje y el nivel de confianza de muchas personas en la tecnología, pero esta en particular llamada Domótica dará pauta a la creación de Hogares Inteligentes, los cuáles apoyados en automatización, sensores, Etiquetas RFID, cámaras de video y temperatura, entre muchos otros avances existentes hoy, doten de “sentidos” a nuestra casa, y terminen convirtiéndola de manera general en un gadget más en nuestro repertorio, solo que este es mucho más grande y en el que desde luego guardaremos lo más valioso … la tele, no solo bromeo, era el refri.
Humor aparte, sin duda los avances actuales en domótica nos permitirán dotar de mayor seguridad física a los lugares donde vivimos, que por si no se han percatado, ya se están terminando de convertir también en los lugares en los que trabajamos, estudiamos y también desde donde vendemos y compramos.
¿Nos quitó la libertad un virus o acaso fue el miedo? Quizá, no lo sé amigo lector, fueron aquellos a los que ya no les era redituable pagar grandes cantidades en rentar edificios de oficinas, pagar grandes sumas en impuestos y servicios y se dieron cuenta que era de mayor beneficio enviar a la gente a trabajar desde casa, que ellos carguen con todos esos gatos, no las empresas.
Lo único que no cambia, es que todo siempre está cambiando, y triunfará siempre el mejor adaptado, el mejor informado, el que aprenda a moverse más rápido, ahí la domótica y su entendimiento jugará un factore clave. Por otra parte debemos estar siempre en la jugada en este mundo que está de cabeza, piénselo, antes cazábamos brujas, hoy cazamos científicos, hasta la próxima.
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