/ sábado 13 de junio de 2020

Hablemos de Tecnología | La tecnología prohibida

Hubo un tiempo en que una computadora necesitaba su propia habitación, donde su consumo de energía equivalía al de una familia mediana, el calor que generaba era grande, se necesitaban varios ingenieros y técnicos muy especializados para poderla operar, su desempeño para el cálculo, aunque superior, era menor al de un smartphone actual, pero lo peor no radicaba ahí, sino en su precio, era tan elevado que incluso había naciones que sencillamente no veían viable tenerla.

Mis labios esbozaron una sonrisa, la primera vez que escuché al Profesor Frink decir que en unos años las computadoras serían tan costosas que solo los cinco reyes más ricos de Europa las podrían tener.

Vivimos en la era de la información, pero tristemente seguimos viviendo en el tiempo de las desigualdades, por difícil que pudiera parecer, el costo de un equipo celular de gama baja en países de América Latina es hasta tres veces más alto que en Asia y dos veces mayor que su costo en África, el resultado: los sectores más vulnerables de los países de nuestro continente no adoptan los nuevos formatos de la era de la información de la misma manera que en otras partes del mundo, ni en velocidad, ni en penetración.

Hoy tenemos grandes programas en México y en el mundo que buscan acercar la tecnología a las personas más necesitadas, ya sea con planes de financiamiento a equipos de cómputo y gadgets como smartphones o tabletas, o con el crecimiento de espacios públicos que brindan acceso gratuito a internet, pero que siguen limitados en su desarrollo en muchos lugares por algo tan básico como la carencia de electricidad.

Es difícil vislumbrarlo, pero existen muchas zonas del México rural que aún no cuentan con infraestructura básica, y en la que viven muchas familias. Desde hace poco, también en zonas urbanas hemos comenzado a vivir el fantasma de la falta de energía eléctrica, por sorprendente que parezca en muchas ocasiones incluso por días, se dice que a la CFE le comienzan a faltar los insumos, la capacidad operativa, pero creo en lo personal que también el liderazgo y la visión les comienza a escasear, si no me cree, debe ser de los que prefieren usar diésel en vez de energía eólica. Pobre planeta, ojalá no se moleste y nos vaya a querer eliminar con algún virus. En fin, continuemos.

Por otra parte, algunos de los programas más prometedores de la administración federal anterior no tuvieron interés en la presente “México Digital”, que tenía como meta integrar al país en un solo ecosistema digital, ampliamente conectado y al alcance de todos, sencillamente, hoy está muerto.

Y esto trae como consecuencia, amigo lector, un estancamiento social, que engendra diversos y numerosos males, me explico: deseamos fortalecer el sistema educativo con su modalidad a distancia, pero hay aún muchas familias que no cuentan con un equipo de cómputo en casa, madres de familia que luchaban por acceder a los contenidos y tareas desde un celular obsoleto, y jóvenes que tienen en muchos casos, una tableta china que no tiene instalada una suite ofimática, porque fue pensada para un público que solo ve videos, redes sociales y hacer tik toks.

La pandemia actual genera no solo una desaceleración económica internacional, también impacta de manera directa en la industria de la tecnología, muchos lanzamientos de los nuevos modelos de smartphones han sido aplazados hasta finales de año, se lanzan mes tras mes iniciativas digitales para promover las ventas en línea de dispositivos que se encuentran acumulándose en almacenes y que no ven otro modo de salida, y vemos cada vez a más casas desarrolladoras de software ofrecer contenidos gratis en descarga, con el objetivo de mover ventas paralelas para sus empresas, y una total incertidumbre en el sector, que tendrá dentro de sus muchas consecuencias una muy triste al terminar esta crisis de salud... el encarecimiento de muchos de sus productos.

Recuerdo hace algunos años ya, en una reunión (antes nos podíamos juntar a celebrar cosas), que un buen amigo me pidió que le apoyara a configurar su teléfono, era uno de esos modelos modernos y costosos que traen una fruta mordida en su logotipo, que nos venden en más de mil dólares y cuyo costo de elaboración es de alrededor de 12. Tardé una eternidad para lograr lo que me pedía y, la verdad, no quería admitir que jamás había configurado uno, por la sencilla razón de que nunca había tenido uno, era para mí en esos momentos, por su costo, tecnología prohibida. Luego cuando tuve capacidad económica de adquirir uno, tampoco lo hice, era para mí tecnología absurdamente sobrevaluada (y tacañería también).

Luchemos por un mundo en donde la educación y el acceso a la tecnología no estén limitados como siempre por el poder adquisitivo de aquellos que lo desean, un mundo sin tecnologías prohibidas por sus absurdos precios prohibitivos, y un México donde la tecnología y las telecomunicaciones sean un escaparate de oportunidades y no un lastre que celebre la ignorancia.

Quédate en Casa.

Facebook: www.facebook.com/soylalodelatorre

Twitter: @lalodelatorreg

Correo: tecnologia@lalodelatorre.com

La única manera de lidiar con un mundo sin libertad es llegar a ser tan absolutamente libre que tu misma existencia es un acto de rebelión.Albert Camus

Hubo un tiempo en que una computadora necesitaba su propia habitación, donde su consumo de energía equivalía al de una familia mediana, el calor que generaba era grande, se necesitaban varios ingenieros y técnicos muy especializados para poderla operar, su desempeño para el cálculo, aunque superior, era menor al de un smartphone actual, pero lo peor no radicaba ahí, sino en su precio, era tan elevado que incluso había naciones que sencillamente no veían viable tenerla.

Mis labios esbozaron una sonrisa, la primera vez que escuché al Profesor Frink decir que en unos años las computadoras serían tan costosas que solo los cinco reyes más ricos de Europa las podrían tener.

Vivimos en la era de la información, pero tristemente seguimos viviendo en el tiempo de las desigualdades, por difícil que pudiera parecer, el costo de un equipo celular de gama baja en países de América Latina es hasta tres veces más alto que en Asia y dos veces mayor que su costo en África, el resultado: los sectores más vulnerables de los países de nuestro continente no adoptan los nuevos formatos de la era de la información de la misma manera que en otras partes del mundo, ni en velocidad, ni en penetración.

Hoy tenemos grandes programas en México y en el mundo que buscan acercar la tecnología a las personas más necesitadas, ya sea con planes de financiamiento a equipos de cómputo y gadgets como smartphones o tabletas, o con el crecimiento de espacios públicos que brindan acceso gratuito a internet, pero que siguen limitados en su desarrollo en muchos lugares por algo tan básico como la carencia de electricidad.

Es difícil vislumbrarlo, pero existen muchas zonas del México rural que aún no cuentan con infraestructura básica, y en la que viven muchas familias. Desde hace poco, también en zonas urbanas hemos comenzado a vivir el fantasma de la falta de energía eléctrica, por sorprendente que parezca en muchas ocasiones incluso por días, se dice que a la CFE le comienzan a faltar los insumos, la capacidad operativa, pero creo en lo personal que también el liderazgo y la visión les comienza a escasear, si no me cree, debe ser de los que prefieren usar diésel en vez de energía eólica. Pobre planeta, ojalá no se moleste y nos vaya a querer eliminar con algún virus. En fin, continuemos.

Por otra parte, algunos de los programas más prometedores de la administración federal anterior no tuvieron interés en la presente “México Digital”, que tenía como meta integrar al país en un solo ecosistema digital, ampliamente conectado y al alcance de todos, sencillamente, hoy está muerto.

Y esto trae como consecuencia, amigo lector, un estancamiento social, que engendra diversos y numerosos males, me explico: deseamos fortalecer el sistema educativo con su modalidad a distancia, pero hay aún muchas familias que no cuentan con un equipo de cómputo en casa, madres de familia que luchaban por acceder a los contenidos y tareas desde un celular obsoleto, y jóvenes que tienen en muchos casos, una tableta china que no tiene instalada una suite ofimática, porque fue pensada para un público que solo ve videos, redes sociales y hacer tik toks.

La pandemia actual genera no solo una desaceleración económica internacional, también impacta de manera directa en la industria de la tecnología, muchos lanzamientos de los nuevos modelos de smartphones han sido aplazados hasta finales de año, se lanzan mes tras mes iniciativas digitales para promover las ventas en línea de dispositivos que se encuentran acumulándose en almacenes y que no ven otro modo de salida, y vemos cada vez a más casas desarrolladoras de software ofrecer contenidos gratis en descarga, con el objetivo de mover ventas paralelas para sus empresas, y una total incertidumbre en el sector, que tendrá dentro de sus muchas consecuencias una muy triste al terminar esta crisis de salud... el encarecimiento de muchos de sus productos.

Recuerdo hace algunos años ya, en una reunión (antes nos podíamos juntar a celebrar cosas), que un buen amigo me pidió que le apoyara a configurar su teléfono, era uno de esos modelos modernos y costosos que traen una fruta mordida en su logotipo, que nos venden en más de mil dólares y cuyo costo de elaboración es de alrededor de 12. Tardé una eternidad para lograr lo que me pedía y, la verdad, no quería admitir que jamás había configurado uno, por la sencilla razón de que nunca había tenido uno, era para mí en esos momentos, por su costo, tecnología prohibida. Luego cuando tuve capacidad económica de adquirir uno, tampoco lo hice, era para mí tecnología absurdamente sobrevaluada (y tacañería también).

Luchemos por un mundo en donde la educación y el acceso a la tecnología no estén limitados como siempre por el poder adquisitivo de aquellos que lo desean, un mundo sin tecnologías prohibidas por sus absurdos precios prohibitivos, y un México donde la tecnología y las telecomunicaciones sean un escaparate de oportunidades y no un lastre que celebre la ignorancia.

Quédate en Casa.

Facebook: www.facebook.com/soylalodelatorre

Twitter: @lalodelatorreg

Correo: tecnologia@lalodelatorre.com

La única manera de lidiar con un mundo sin libertad es llegar a ser tan absolutamente libre que tu misma existencia es un acto de rebelión.Albert Camus