/ sábado 18 de septiembre de 2021

Hablemos de tecnología | Manzanas de oro

Según la leyenda, aquella tarde Sileno había tomado tanto vino que apenas se podía mantener en pie, pero Midas los había cuidado hasta la llegada de Dionisio, el cuál en agradecimiento le concedería un deseo, el Rey pidió convertir en oro todo aquello que tocara y aunque las primeras horas fueron maravillosas la triste realidad vendría cuando intentó llevarse aquella manzana a su boca.

Hace algunos ayeres Internet y su inagotable ejército de diseñadores de memes hacían viral una publicación que anunciaba en venta una guitarra eléctrica personalizada con unos dibujos de búhos en más de un millón de dólares, ¿Dónde trae la firma de Jimmy Hendrix o de The Beatles?

Se mofaban en las publicaciones, por ningún lado la verdad, el artefacto no era más que una guitarra de segunda o tercera mano común y corriente, era una más de esas publicaciones “bala perdida” que esperaba encontrarse con el comprador adecuado en el momento adecuado, no me imagino ¿acaso un multimillonario totalmente ebrio? La verdad no lo sé.

Tiempo después el mundo vería aparecer cosas como la aplicación “The Most Expensive App On Earth” – ya su nombre lo dice todo – esta app (que afortunadamente ya no existe), costaba 350 euros, de los cuáles prometían que una parte iría a parar a una institución de beneficencia y que luego de comprarla agregaba un bonito icono de un diamante a tu celular y … básicamente era todo.

Para muchos fue un escándalo viral, de esos grandes, de los que duran más de 24 horas en los estados de las redes sociales, cuando algún medio editó una imagen minimalista en donde se listaban los precios del nuevo teléfono de Apple, el iPhone 13, destacando claro la joya de la corona, el modelo el iPhone 13 Pro Max con 1 TB de almacenamiento que se convirtió en el iPhone más caro de la historia en México costando 41 mil 999 pesos.

¡Vaya precio!, pero... hagamos una pausa por favor, solo para hacer unas pequeñas apreciaciones, primero, sí es el iPhone más caro de la historia, pero no es el celular de línea (sin contar versiones bañadas en oro) más caro en nuestro país.

Ese lugar le corresponde al Samsung Galaxy Z Fold3 5G Phantom Black de 1Tb cuyo costo rondaba ya los 45 mil pesos desde hace varios meses; segundo, su precio comprándolo a crédito podría elevarse hasta en 30% y tercero y mucho más importante para su cultura general, de acuerdo con el reporte de Fomalhaut Techno Solutions, el costo de producir un iPhone 12 asciende a 373 dólares (7 mil 477 pesos mexicanos al cambio), al 13 le movieron la cámara en diagonal y le mejoraron la cámara, ¿20 dólares más?.

Sobre la recurrente pregunta de ¿cuál es el mejor celular que puedo comprar? La respuesta sería, aquél que mejor se adapte a sus necesidades y a su presupuesto, no es necesario perder un riñón en el proceso.

Al final de todo el mercado es quién se empeñó en vendernos una supercomputadora con cámaras fotográficas, juegos de video, reproductores multimedia, acceso a la red, almacenamiento masivo, grabadora de voz, procesador de texto, hoja de cálculo, asistente personal que platica contigo cuando te sientes solo y otra larga serie de “bondades” sí o sí, a algunos que solo querían un teléfono portátil y si acaso que pudiera enviar mensajes de texto, alarma, lámpara y el juego de la viborita.

La realidad amigo lector, es que la ruleta de los mercados suele depararnos más sorpresas a veces de las que esperamos, el precio de un producto no es lo mismo que su valor, estos conceptos son sumamente diferentes en esencia y en sustancia, mientras el valor es la suma de todo el trabajo que se ha ocupado para generar y transformar los materiales que integran a un objeto.

El precio en cambio se fija por muchos otros aspectos un tanto más subjetivos, entre ellos sencillamente el ¿cuánto? Esté una persona dispuesta a pagar por el “ello”.

Hoy nuestra sociedad ha pasado de ser en gran parte materialista, a una sociedad entregada a las apariencias, predominan problemas mentales y emocionales que obligan a algunas personas a sentir un intenso deseo por "destacarse" de las demás, a través de sus posesiones económicas, lujos, estilo de vida, viajes y una larga lista de etcéteras.

Antes de por cosas como su inteligencia o sus buenos valores o mejor aún por su aportación a la humanidad, nos convertimos en plantas de ornato, cubiertas de hermosas flores, antes de querer siquiera pensar en ser como árboles frutales, que nutran, que calmen la sed, que den vida.

El problema es que la ecuación de la vida está invertida, hemos aprendido a valor mucho a los objetos y a solo usar a las personas, cuando debería ser al revés. No importa lo hermosa que luzca la manzana, si es de oro, no se puede comer.

Según la leyenda, aquella tarde Sileno había tomado tanto vino que apenas se podía mantener en pie, pero Midas los había cuidado hasta la llegada de Dionisio, el cuál en agradecimiento le concedería un deseo, el Rey pidió convertir en oro todo aquello que tocara y aunque las primeras horas fueron maravillosas la triste realidad vendría cuando intentó llevarse aquella manzana a su boca.

Hace algunos ayeres Internet y su inagotable ejército de diseñadores de memes hacían viral una publicación que anunciaba en venta una guitarra eléctrica personalizada con unos dibujos de búhos en más de un millón de dólares, ¿Dónde trae la firma de Jimmy Hendrix o de The Beatles?

Se mofaban en las publicaciones, por ningún lado la verdad, el artefacto no era más que una guitarra de segunda o tercera mano común y corriente, era una más de esas publicaciones “bala perdida” que esperaba encontrarse con el comprador adecuado en el momento adecuado, no me imagino ¿acaso un multimillonario totalmente ebrio? La verdad no lo sé.

Tiempo después el mundo vería aparecer cosas como la aplicación “The Most Expensive App On Earth” – ya su nombre lo dice todo – esta app (que afortunadamente ya no existe), costaba 350 euros, de los cuáles prometían que una parte iría a parar a una institución de beneficencia y que luego de comprarla agregaba un bonito icono de un diamante a tu celular y … básicamente era todo.

Para muchos fue un escándalo viral, de esos grandes, de los que duran más de 24 horas en los estados de las redes sociales, cuando algún medio editó una imagen minimalista en donde se listaban los precios del nuevo teléfono de Apple, el iPhone 13, destacando claro la joya de la corona, el modelo el iPhone 13 Pro Max con 1 TB de almacenamiento que se convirtió en el iPhone más caro de la historia en México costando 41 mil 999 pesos.

¡Vaya precio!, pero... hagamos una pausa por favor, solo para hacer unas pequeñas apreciaciones, primero, sí es el iPhone más caro de la historia, pero no es el celular de línea (sin contar versiones bañadas en oro) más caro en nuestro país.

Ese lugar le corresponde al Samsung Galaxy Z Fold3 5G Phantom Black de 1Tb cuyo costo rondaba ya los 45 mil pesos desde hace varios meses; segundo, su precio comprándolo a crédito podría elevarse hasta en 30% y tercero y mucho más importante para su cultura general, de acuerdo con el reporte de Fomalhaut Techno Solutions, el costo de producir un iPhone 12 asciende a 373 dólares (7 mil 477 pesos mexicanos al cambio), al 13 le movieron la cámara en diagonal y le mejoraron la cámara, ¿20 dólares más?.

Sobre la recurrente pregunta de ¿cuál es el mejor celular que puedo comprar? La respuesta sería, aquél que mejor se adapte a sus necesidades y a su presupuesto, no es necesario perder un riñón en el proceso.

Al final de todo el mercado es quién se empeñó en vendernos una supercomputadora con cámaras fotográficas, juegos de video, reproductores multimedia, acceso a la red, almacenamiento masivo, grabadora de voz, procesador de texto, hoja de cálculo, asistente personal que platica contigo cuando te sientes solo y otra larga serie de “bondades” sí o sí, a algunos que solo querían un teléfono portátil y si acaso que pudiera enviar mensajes de texto, alarma, lámpara y el juego de la viborita.

La realidad amigo lector, es que la ruleta de los mercados suele depararnos más sorpresas a veces de las que esperamos, el precio de un producto no es lo mismo que su valor, estos conceptos son sumamente diferentes en esencia y en sustancia, mientras el valor es la suma de todo el trabajo que se ha ocupado para generar y transformar los materiales que integran a un objeto.

El precio en cambio se fija por muchos otros aspectos un tanto más subjetivos, entre ellos sencillamente el ¿cuánto? Esté una persona dispuesta a pagar por el “ello”.

Hoy nuestra sociedad ha pasado de ser en gran parte materialista, a una sociedad entregada a las apariencias, predominan problemas mentales y emocionales que obligan a algunas personas a sentir un intenso deseo por "destacarse" de las demás, a través de sus posesiones económicas, lujos, estilo de vida, viajes y una larga lista de etcéteras.

Antes de por cosas como su inteligencia o sus buenos valores o mejor aún por su aportación a la humanidad, nos convertimos en plantas de ornato, cubiertas de hermosas flores, antes de querer siquiera pensar en ser como árboles frutales, que nutran, que calmen la sed, que den vida.

El problema es que la ecuación de la vida está invertida, hemos aprendido a valor mucho a los objetos y a solo usar a las personas, cuando debería ser al revés. No importa lo hermosa que luzca la manzana, si es de oro, no se puede comer.