/ sábado 5 de junio de 2021

Hablemos de tecnología | No vote Despacito

Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yoJosé Ortega y Gasset

Todos los proyectos, los que duran años, meses o incluso los que se limitan a los oficiales cuarenta y cinco días, se resumen en un momento, los seis segundos en los que, en la soledad de la urna, el ciudadano pone una cruz en tres boletas, no hay más, nadie lo acompaña ni lo mira, ¿o acaso hay alguna manera de hacerlo? ¿Se podrá programar una pequeña voz en su cabeza que le diga qué hacer?

Para muchos mañana solo hay una opción, ganar o ganar, la influencia es un tema sociológico por excelencia, ya que su accionar se centra en las relaciones humanas. Su manifestación más clara se da cuando se identifican cambios de actitud en las personas o comunidades enteras. Cuando hablamos de influencia digital, nos referimos a la habilidad que posee alguien, individuo, grupo de opinión o marca desde su esencia digital, para provocar cambios de actitud en las personas que forman parte de su comunidad en línea. Para ello existen muchas herramientas y formatos, pero sin duda el de la música es por mucho el más popular.

El 12 de enero de 2017 salió a la luz uno de los temas musicales más escuchados de toda la historia de la humanidad, y es que amigo lector, tendríamos que haber vivido en una cueva para no haber llegado a escuchar al menos de manera parcial alguna vez el tema “Despacito”, de la autoría de Erika Ender, Gabriel García (no Márquez), Luis Fonsi y Daddy Yankee, que los dos últimos interpretaron y que estuvo por más de año y medio entre los 10 temas más populares en Internet, en la plataforma Youtube® hasta hace poco tenía el trono del video más visto con sus más de 7,000 millones de reproducciones, más allá de la frescura, la melodía, la interpretación y por supuesto el genial video, detrás de esta canción, de manera inconsciente o no, existe aunque usted no lo crea un precedente científico, un hackeo al cerebro para que no podamos dejar de cantarla.

Las melodías altamente repetitivas y con coros o fragmentos monosílabos (des-pa-ci-to) o fragmentados son muy fáciles de asimilar por el cerebro y llegan a ocupar ese espacio mental al que llamo “descanso de tránsito”, es por ello que existen canciones que parece que invaden nuestra mente y es muy complicado sacarlas de ahí, basta un momento de silencio o paz mental para que estas aparezcan y las “escuchemos en nuestra mente”, pero … ¿Qué tiene que ver esto con la tecnología o la política? La respuesta es que los mercadólogos saben esto desde hace mucho tiempo, y se dedican más que a componer, a “diseñar” canciones altamente pegajosas, que continúen en el inconsciente de las personas hasta el momento mismo de la elección.

Hay más tecnología detrás de esto de lo que se pudiera llegar a pensar, y artistas y profesionales de la producción musical, apoyados muy seguramente por mercadólogos, directores de videos musicales y hasta psicólogos desarrollan estos programas neuromentales que asaltan la mente del electorado.

Y este realmente no es un tema de esta nueva década, ni de este siglo, ni siquiera de este milenio, ya en la campaña electoral de John F. Kennedy se había creado lo que a la postre fue una de las más grandes estrategias musicales en los tiempos electorales modernos, acompañada de animaciones hechas a mano, el spot “Kennedy for me” que repetía de manera continuada el apellido del en ese momento candidato. (youtu.be/Q3dG0uoPiiY)

En nuestro país estos procesos nos han dado joyas como: “La Niña Bien”, “El Chavo Chaka”, “La Chaira Arrepentida” o quién no ha escuchado ese tema del “Movimiento Naranja”, todos se aprovechan de la magia de la producción musical para hacer perpetua una idea, que los proyectos que representan son siempre los más adecuados.

Votemos con la razón por delante, no con las emociones, busquemos ser siempre libres en lo que decidimos y en lo que deseamos para el país.

El día de mañana muchos de nosotros tenemos una cita con la historia, y en nuestras manos y nuestro voto está el poder de decidir el rumbo de nuestros municipios, distritos y del congreso, antes de dejarnos influenciar por cualquier medio digital o no, siempre será importante razonar por quién se vota, privilegiar a las personas y a las propuestas antes que a los partidos, llevar en el corazón y en la mente la única idea de que unidos podemos transformar México y de que sólo con unidad podemos salir adelante. Venzamos al abstencionismo y vayamos a votar por quien sea nuestra decisión, llueva o no, cumplamos esa obligación ciudadana y hagamos valer nuestra voz.

El futuro de las naciones no se busca ni se encuentra, se construye, se trabaja, se sufraga y se vive, vivamos una jornada electoral en paz y llena de civilidad y alegría en donde el más grande ganador siempre sea México. PD. Lleve su pluma.

  • Facebook: www.facebook.com/soylalodelatorre
  • Twitter: @lalodelatorreg
  • Email: tecnologia@lalodelatorre.com

Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yoJosé Ortega y Gasset

Todos los proyectos, los que duran años, meses o incluso los que se limitan a los oficiales cuarenta y cinco días, se resumen en un momento, los seis segundos en los que, en la soledad de la urna, el ciudadano pone una cruz en tres boletas, no hay más, nadie lo acompaña ni lo mira, ¿o acaso hay alguna manera de hacerlo? ¿Se podrá programar una pequeña voz en su cabeza que le diga qué hacer?

Para muchos mañana solo hay una opción, ganar o ganar, la influencia es un tema sociológico por excelencia, ya que su accionar se centra en las relaciones humanas. Su manifestación más clara se da cuando se identifican cambios de actitud en las personas o comunidades enteras. Cuando hablamos de influencia digital, nos referimos a la habilidad que posee alguien, individuo, grupo de opinión o marca desde su esencia digital, para provocar cambios de actitud en las personas que forman parte de su comunidad en línea. Para ello existen muchas herramientas y formatos, pero sin duda el de la música es por mucho el más popular.

El 12 de enero de 2017 salió a la luz uno de los temas musicales más escuchados de toda la historia de la humanidad, y es que amigo lector, tendríamos que haber vivido en una cueva para no haber llegado a escuchar al menos de manera parcial alguna vez el tema “Despacito”, de la autoría de Erika Ender, Gabriel García (no Márquez), Luis Fonsi y Daddy Yankee, que los dos últimos interpretaron y que estuvo por más de año y medio entre los 10 temas más populares en Internet, en la plataforma Youtube® hasta hace poco tenía el trono del video más visto con sus más de 7,000 millones de reproducciones, más allá de la frescura, la melodía, la interpretación y por supuesto el genial video, detrás de esta canción, de manera inconsciente o no, existe aunque usted no lo crea un precedente científico, un hackeo al cerebro para que no podamos dejar de cantarla.

Las melodías altamente repetitivas y con coros o fragmentos monosílabos (des-pa-ci-to) o fragmentados son muy fáciles de asimilar por el cerebro y llegan a ocupar ese espacio mental al que llamo “descanso de tránsito”, es por ello que existen canciones que parece que invaden nuestra mente y es muy complicado sacarlas de ahí, basta un momento de silencio o paz mental para que estas aparezcan y las “escuchemos en nuestra mente”, pero … ¿Qué tiene que ver esto con la tecnología o la política? La respuesta es que los mercadólogos saben esto desde hace mucho tiempo, y se dedican más que a componer, a “diseñar” canciones altamente pegajosas, que continúen en el inconsciente de las personas hasta el momento mismo de la elección.

Hay más tecnología detrás de esto de lo que se pudiera llegar a pensar, y artistas y profesionales de la producción musical, apoyados muy seguramente por mercadólogos, directores de videos musicales y hasta psicólogos desarrollan estos programas neuromentales que asaltan la mente del electorado.

Y este realmente no es un tema de esta nueva década, ni de este siglo, ni siquiera de este milenio, ya en la campaña electoral de John F. Kennedy se había creado lo que a la postre fue una de las más grandes estrategias musicales en los tiempos electorales modernos, acompañada de animaciones hechas a mano, el spot “Kennedy for me” que repetía de manera continuada el apellido del en ese momento candidato. (youtu.be/Q3dG0uoPiiY)

En nuestro país estos procesos nos han dado joyas como: “La Niña Bien”, “El Chavo Chaka”, “La Chaira Arrepentida” o quién no ha escuchado ese tema del “Movimiento Naranja”, todos se aprovechan de la magia de la producción musical para hacer perpetua una idea, que los proyectos que representan son siempre los más adecuados.

Votemos con la razón por delante, no con las emociones, busquemos ser siempre libres en lo que decidimos y en lo que deseamos para el país.

El día de mañana muchos de nosotros tenemos una cita con la historia, y en nuestras manos y nuestro voto está el poder de decidir el rumbo de nuestros municipios, distritos y del congreso, antes de dejarnos influenciar por cualquier medio digital o no, siempre será importante razonar por quién se vota, privilegiar a las personas y a las propuestas antes que a los partidos, llevar en el corazón y en la mente la única idea de que unidos podemos transformar México y de que sólo con unidad podemos salir adelante. Venzamos al abstencionismo y vayamos a votar por quien sea nuestra decisión, llueva o no, cumplamos esa obligación ciudadana y hagamos valer nuestra voz.

El futuro de las naciones no se busca ni se encuentra, se construye, se trabaja, se sufraga y se vive, vivamos una jornada electoral en paz y llena de civilidad y alegría en donde el más grande ganador siempre sea México. PD. Lleve su pluma.

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