Corría el mes de marzo del año 2031 en México, y aunque el semblante de aquel hombre era muy optimista, en el fondo de su corazón una duda lo embargaba, lo molestaba, el avance médico era extraordinario, pero la cirugía aún dependía del pulso, criterio y conocimiento de un ser humano. Su cirujano, joven brillante, le había dicho que no preocupara, que toda su carrera la había hecho en la mejor universidad, en línea claro, pero con honores.
Parafraseando a Peter Drucker, la única manera de predecir el futuro es construyéndolo, formándolo, edificando el formato para dejar que la historia integre el contexto. Somos ya dos sociedades profundamente marcadas; tradicionales y digitales, y es porque los procesos etnológicos nos fuerzan una y otra vez a dividirnos, antes que monos somos células, solo del caos nace el nuevo orden, ¿social?, ¿mundial?, no; el nuevo orden tecnológico.
No son la ciencia y la tecnología quienes tienen en sus manos la formación de las futuras generaciones, sino las personas que toman las decisiones sobre qué se hace con ellas, el modelo de cómo se van a integrar a los procesos sociales establecidos, o, en su defecto de cómo irán construyendo los propios.
Este, amigo lector, es el nacimiento de una nueva generación, post Covid, a la que los expertos ya le denominan “Pandemials” una curiosa mezcla de Pandemia y Millenials, que salen a la luz y tomarán el control social en los siguientes 15 años.
La generación de los Pandemials se caracteriza por los monumentales desafíos que deberán enfrentar en el próximo medio siglo: evitar una nueva extinción masiva de la humanidad debida al cambio climático, resolver los cinco problemas fundamentales de la supervivencia humana: Alimentación, Vivienda, Energía, Movilidad y Expansión extra planetaria. Y encima de todo tendrán que hacerlo con bases de formación educativa con muchas deficiencias, pero antes de escandalizarnos me explico, no se trata de culpar a escuelas o a maestros, ni siquiera el sistema educativo es culpable, la realidad, es que ninguna nación por poderosa que fuera, estaba lista para todo esto, y solo el tiempo va a decir cuáles serán sus consecuencias reales a mediano y largo plazo.
Otra característica que marcará esta nueva generación será la sostenibilidad. Los Pandemials esperan que sus gobiernos se vuelvan totalmente digitales. Pero no solo los gobiernos, sino también que los modelos económicos se vuelvan sostenibles e inclusivos.
Si a todo esto le acarreamos una serie de perturbaciones psicológicas y enfermedades emocionales potencializadas por las redes sociales y el uso abusivo de Internet, está claro, el escenario marca: Peligro.
Nunca he dudado de la capacidad de mis alumnos en la Universidad, ni del gran talento de los jóvenes que integran a mi equipo, tampoco me atrevería a dudar de las grandes cosas que harán mis hijos, de lo que comienzo a dudar a veces, confieso, es si tendré la capacidad de encaminar a todos estos jóvenes en una dirección que no solo les brinde la oportunidad de cumplir sus sueños, si no que también les permita conquistar metas que brinden beneficio colectivo, no solo por su gente sino por toda la humanidad, no por su futuro, por el futuro.
¿El futuro nos alcanzó? sí, y hace décadas que nos pasó por encima. Porque cuando todos volvamos a salir sin restricciones, nos daremos cuenta al fin que el mundo cambió para siempre.
Toda la biosfera digital y online cobrará mayor relevancia año con año. El internet se volverá más accesible y por lo tanto se convertirá en un espacio aún más grande, un canal tan masivo como la prensa, la televisión o la radio, solo que ahí, podremos hacer más cosas: comprar, vender, mirar un concierto, estudiar, enamorarnos. Los Pandemials sin duda serán la generación más hiperconectada de la historia, pero irónicamente también estarán más aislados, a diferencia de las anteriores generaciones.
Nadie es dueño de la verdad absoluta, pero todos tenemos en propiedad una o varias piezas de ese inmenso rompecabezas, si no logramos crear los cambios, si solo somos una generación de transición, seamos la mejor de ellas, una que se convierta en la plataforma para que nuestros chavos puedan abrir fuerte sus alas.
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La medida de la Inteligencia es la habilidad de cambiar cuando sea necesarioAlbert Einstein
