/ sábado 14 de noviembre de 2020

Hablemos de tecnología | Política digital

Lo curioso de la Tierra no es que gire, sino qué tan rápido lo hace, y no escribo el movimiento de rotación sino de los vertiginosos cambios que estamos viviendo en el mundo hoy en día, sociedad y política, movimientos, causas y activismo encontraron en internet “el escenario definitivo” para mostrarse, y las redes sociales son solo el comienzo de una nueva era.

Apenas hace unos días y luego de lo que es ya una inminente derrota de Donald Trump en las últimas elecciones en EEUU, el aún mandatario se mofaba en Twitter® como es su costumbre, en esta ocasión una vez más de la joven activista Greta Thunberg, le escribía en un tuit luego de un discurso de la joven: “Tan ridícula, Greta debe de trabajar en su problema con el control de ira y luego ir a la antigua al cine con una amiga, calma Greta, calma”, a lo que la adolescente tuvo una respuesta magistral, horas después, cuando el mandatario tuiteó sobre su inconformidad con los resultados electorales que le dieron el triunfo inminente a Joe Biden, ella le contestó, “Tan ridículo, Trump debe de trabajar en su problema con el control de ira y luego ir a la antigua al cine con una amigo, calma Trump, calma”. Por mucho el reflejo fiel de un escenario que dejó de ser una estrado para la exposición de ideas, y se define mejor como un combate cuerpo a cuerpo.

Hemos querido aceptar como sociedad, lo inaceptable, que los “tweets”, o los “post” en una red social se vuelvan declaraciones o posturas oficiales, política pública, denuncias y hasta amenazas o denuncias consecuentes.

En México las redes sociales se han convertido en un verdadero campo de batalla, meses antes de cada proceso electoral vemos la aparición de diversos fenómenos y personajes en internet –y sobre todo en redes–, que se han vuelto ya parte del ecosistema político digital del país.

Por una parte, “los suspirantes digitales”, personajes que sin haber ostentado cargos públicos o tener experiencia política, de la noche a la mañana, improvisan labor social, mini campañas de posicionamiento de imagen, y hasta actos de altruismo que, de no ser tiempos electorales, difícilmente los veríamos promover.

Los “medios fantasma”, portales improvisados con menos de cien mil seguidores regionales que pretenden “encender la nota” con columnas y comunicados alterados o amarillistas, y que trabajan siempre al servicio del mejor postor, estos los vemos en la figura de fanpages y grupos en Facebook® que comparten por medio de bots una nota de manera artificial, inflando sus números pero sin tener alcance real.

Y por último y no menos importante en este tenor, los “ladrones de cuerpos” perfiles falsos que clonan la identidad de un personaje público y fingen, “equivocarse”, para generar animadversión sobre el mismo.

Hemos llegado al tiempo del dolor, a un espacio en donde cada foto, cada video, cada texto, cuentan. La política más que nunca va a encontrar en los medios de comunicación en las TIC’s los nuevos formatos para expresar sus proyectos, el Covid-19 mató a las campañas territoriales tradicionales, y presenta en el país el mayor reto para partidos y clase política, convencer sin estar.

Ya no habrá el apretón de manos y la mirada a los ojos, la batucada “abriendo cancha” con su alegría, ni los seguidores permanentes caminando 55 kilómetros al menos en 45 días, todo eso se acabó, es momento de las redes, de los websites, de los movimientos de activación digital, de las consultas multimedia.

Proyectos como Change.org, redes sociales como Twitter® e Instagram® y aplicaciones de mensajería como WhatsApp®, Telegram® o Messenger® serán protagonistas, pero también seguro, irán dejando de lado los formatos de la libertad de expresión y crítica y se irán integrando a la regulación vigente en cada país, si ya lo hicieron con la publicidad de pago de Facebook®, seguro estoy lo podrán hacer con cualquier otro medio. A veces amigo lector perdemos de vista que estas redes, no son organismos públicos o milagros sociales, son empresas, y por sobre todo siguen el propósito de una empresa, generar riqueza.

Llegó el momento de afilar el hacha, de preparar los ordenadores, pero para sorpresa de muchos, a 204 días del próximo proceso electoral, para muchos ya es tarde, ayer era tarde, y ni 1,000 días les van a alcanzar para crear un personaje, para promover una idea o para enderezar un camino.

Porque la política no es guerra ni tampoco juego, es trabajo, es talento, es como los buenos negocios, un mar de buenas ideas, muchos sueños y hasta buenas intenciones, donde no triunfan las sonrisas, sino las estrategias. Y como nota final señalo, “Si la democracia es el triunfo de la voluntad de la mayoría de las personas, no hay lugar para la democracia en Internet, donde el triunfo no lo deciden seres humanos, sino algoritmos”.

Use su Cubrebocas.

Facebook:

www.facebook.com/soylalodelatorre

Twitter:

@lalodelatorreg

Lo curioso de la Tierra no es que gire, sino qué tan rápido lo hace, y no escribo el movimiento de rotación sino de los vertiginosos cambios que estamos viviendo en el mundo hoy en día, sociedad y política, movimientos, causas y activismo encontraron en internet “el escenario definitivo” para mostrarse, y las redes sociales son solo el comienzo de una nueva era.

Apenas hace unos días y luego de lo que es ya una inminente derrota de Donald Trump en las últimas elecciones en EEUU, el aún mandatario se mofaba en Twitter® como es su costumbre, en esta ocasión una vez más de la joven activista Greta Thunberg, le escribía en un tuit luego de un discurso de la joven: “Tan ridícula, Greta debe de trabajar en su problema con el control de ira y luego ir a la antigua al cine con una amiga, calma Greta, calma”, a lo que la adolescente tuvo una respuesta magistral, horas después, cuando el mandatario tuiteó sobre su inconformidad con los resultados electorales que le dieron el triunfo inminente a Joe Biden, ella le contestó, “Tan ridículo, Trump debe de trabajar en su problema con el control de ira y luego ir a la antigua al cine con una amigo, calma Trump, calma”. Por mucho el reflejo fiel de un escenario que dejó de ser una estrado para la exposición de ideas, y se define mejor como un combate cuerpo a cuerpo.

Hemos querido aceptar como sociedad, lo inaceptable, que los “tweets”, o los “post” en una red social se vuelvan declaraciones o posturas oficiales, política pública, denuncias y hasta amenazas o denuncias consecuentes.

En México las redes sociales se han convertido en un verdadero campo de batalla, meses antes de cada proceso electoral vemos la aparición de diversos fenómenos y personajes en internet –y sobre todo en redes–, que se han vuelto ya parte del ecosistema político digital del país.

Por una parte, “los suspirantes digitales”, personajes que sin haber ostentado cargos públicos o tener experiencia política, de la noche a la mañana, improvisan labor social, mini campañas de posicionamiento de imagen, y hasta actos de altruismo que, de no ser tiempos electorales, difícilmente los veríamos promover.

Los “medios fantasma”, portales improvisados con menos de cien mil seguidores regionales que pretenden “encender la nota” con columnas y comunicados alterados o amarillistas, y que trabajan siempre al servicio del mejor postor, estos los vemos en la figura de fanpages y grupos en Facebook® que comparten por medio de bots una nota de manera artificial, inflando sus números pero sin tener alcance real.

Y por último y no menos importante en este tenor, los “ladrones de cuerpos” perfiles falsos que clonan la identidad de un personaje público y fingen, “equivocarse”, para generar animadversión sobre el mismo.

Hemos llegado al tiempo del dolor, a un espacio en donde cada foto, cada video, cada texto, cuentan. La política más que nunca va a encontrar en los medios de comunicación en las TIC’s los nuevos formatos para expresar sus proyectos, el Covid-19 mató a las campañas territoriales tradicionales, y presenta en el país el mayor reto para partidos y clase política, convencer sin estar.

Ya no habrá el apretón de manos y la mirada a los ojos, la batucada “abriendo cancha” con su alegría, ni los seguidores permanentes caminando 55 kilómetros al menos en 45 días, todo eso se acabó, es momento de las redes, de los websites, de los movimientos de activación digital, de las consultas multimedia.

Proyectos como Change.org, redes sociales como Twitter® e Instagram® y aplicaciones de mensajería como WhatsApp®, Telegram® o Messenger® serán protagonistas, pero también seguro, irán dejando de lado los formatos de la libertad de expresión y crítica y se irán integrando a la regulación vigente en cada país, si ya lo hicieron con la publicidad de pago de Facebook®, seguro estoy lo podrán hacer con cualquier otro medio. A veces amigo lector perdemos de vista que estas redes, no son organismos públicos o milagros sociales, son empresas, y por sobre todo siguen el propósito de una empresa, generar riqueza.

Llegó el momento de afilar el hacha, de preparar los ordenadores, pero para sorpresa de muchos, a 204 días del próximo proceso electoral, para muchos ya es tarde, ayer era tarde, y ni 1,000 días les van a alcanzar para crear un personaje, para promover una idea o para enderezar un camino.

Porque la política no es guerra ni tampoco juego, es trabajo, es talento, es como los buenos negocios, un mar de buenas ideas, muchos sueños y hasta buenas intenciones, donde no triunfan las sonrisas, sino las estrategias. Y como nota final señalo, “Si la democracia es el triunfo de la voluntad de la mayoría de las personas, no hay lugar para la democracia en Internet, donde el triunfo no lo deciden seres humanos, sino algoritmos”.

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