En el año 2018 llegaron, arribaron de manera silenciosa, todo mundo los esperaba, pero paradójicamente nadie los conocía, creían conocerlos, pensaban que eran como “los otros” los que habían llegado en pequeñas oleadas año tras año, pero se equivocaban, estos eran distintos, abiertos, desafiantes, no se conformaban con una respuesta, querían muchas y validadas, eran la nueva generación de estudiantes, los nativos digitales.
Cualquier desafío es motivante, nos ayuda a entender que el mundo evoluciona, aunque nosotros mismos no siempre queramos hacerlo. Y en los campos tan grandes que conforman nuestra sociedad, la educación es, sin duda, uno de los más importantes. En anteriores intervenciones le he mencionado, amigo lector, que el problema fundamental de la educación en México y en prácticamente toda América Latina nos remite a un problema fundamental de 3 siglos: “Queremos formar a estudiantes del Siglo 21, con docentes mayormente formados en el siglo 20, a los que le damos casi siempre herramientas pedagógicas que vienen siendo iguales desde el siglo 19”.
Si el proceso enseñanza-aprendizaje ya estaba agonizando cuando en plena década del 2000 seguíamos usando pizarras de gis o, en el mejor de los casos, “pintarrones”, la escena era dramáticamente igual a la del Siglo 19, bancos llenos de estudiantes frente a un profesor que dictaba y daba apuntes, leyes, fórmulas, dibujos para copiar en una libreta de papel.
Y de repente vino un cisma social mundial llamado SARS-CoV-2, Covid-19, o coronavirus para los amigos, que ha puesto al mundo y a la sociedad misma de cabeza en muchos aspectos que ni la ciencia ficción hubiera llegado a imaginar, y uno de los grandes desprevenidos, además de los gobiernos y los sistemas de salud, claro está, fue el sistema educativo.
Hemos reaccionado a lo que va pasando, pero poco se hace en favor de planear los escenarios que se van a conformar como consecuencia de lo que pasa, la sociedad es un conglomerado muy homogéneo por difícil de entender que parezca, lo que afecta a la economía, le pega a la salud, a lo social, a lo político y a tus planes de salir de vacaciones, a tu tan planeada boda, al cumpleaños del niño, a lo que ponemos de comer sobre la mesa. La vida es así, un frasco casi lleno de canicas, donde no puedes mover una sin alterar un poco la otra a su lado.
Hoy en la educación se está luchando a pasos apresurados (ojo que no utilicé el calificativo agigantados) para presentar una panacea que permita dar ya sea metodología o plataforma para todos los niveles educativos, para todas las áreas del conocimiento y al alcance de todos los hogares, sin importar su ubicación geográfica, su acceso a medios digitales, su posesión o no de un equipo de cómputo (ya no me meto con las características que estos debieran de tener), entre otros muchos retos que la Educación Pandémica debe solventar.
Y aunque existen muchas plataformas de excelente calidad, no todas tienen una curva de aprendizaje en la que, de no haberse usado nunca antes, se exija a alumnos, docentes y en muchos casos padres de familia, estos dos últimos no nativos digitales, usarla con un grado de dominio y solvencia alto en solo unos días. Un seminario o “webinar” de 45 minutos no va a cambiarle la realidad laboral a los docentes de todo un país.
Recomiendo ampliamente ser autodidactas, en cualquiera de los tres casos mencionados, conocer tecnologías efectivas, amigables y eficientes como Microsoft Teams®, Google Classroom®, Blackboard®, Moodle®, para dar clases y llevar una asignatura a distancia, y para la comunicación, aunque varios de ellos ya cuentan con la videoconferencia colectiva tenemos al siempre confiable WhatsApp® que ahora permite videollamadas de hasta 8 personas simultáneamente, también tenemos claro a Microsoft Skype® y desde China, pero con mucha reserva menciono, mas no recomiendo ZOOM®, ya que está en la mira y sospecha de espiar a sus usuarios, aunque… bueno, quizá y solo quizá, algunas otras apps ya lo vienen haciendo desde hace mucho.
Y como tip para los padres, no es necesario siempre una computadora nueva, hay muy buenas opciones de medio uso, tampoco el pretexto de que son muy caras, hay jóvenes con smartphones en la mano que valen el doble de una laptop competitiva, y para aquellos que sostienen que todo lo que se puede hacer en una PC se puede hacer en un teléfono, les propondría hacer un proyecto de ingeniería civil, con Autocad, civil3d y opus en su Samsung 10, a ver si pueden.
Es importante decir también que hay muchos lugares en las redes sociales pensados en educar, en enseñar, que también además de memes, en ellas hay grupos y fanpages de ciencia y de tecnología, recuerde siempre, amigo lector, que los primeros grandes maestros que nos da la vida son nuestros padres, acérquese a sus hijos, disfrútelos, sorpréndanse aprendiendo juntos, vean videos de ciencia, de dinosaurios, de historia, de grandes construcciones. Y, ante todo, valore hoy más que nunca el papel de esos otros héroes olvidados, los maestros, de todos los niveles, mi admiración y mi respeto.
Quédate en Casa.
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No le exija la educación al maestro, que debe venir del hogar, la escuela enseña, la casa educaJosé Mujica
