/ sábado 4 de abril de 2020

Hablemos de Tecnología | Tecnología en las Vacunas

En el mundo el COVID-19 sigue su vertiginoso avance, y aunque China ya anunció que tiene desarrollada una vacuna, su propagación y alcance en favor de la humanidad aún está lejos, en algunas ocasiones he escuchado el cuestionamiento acerca de ¿Cuándo podremos acabar con el coronavirus? La respuesta llama a la reflexión, tenemos vacuna para el sarampión desde los años sesenta y al día de hoy, 60 años después, seguimos teniendo peligrosos rebrotes de la enfermedad.

Erróneamente se piensa que Louis Pasteur fue el primero en desarrollar vacunas, sin embargo, textos encontrados en China nos indican que desde siglos atrás esa cultura practicaba una forma primitiva de vacunación denominada "variolización" en contra de la viruela. Fue en el año de 1796 que un médico rural inglés llamado Edward Jenner comenzó a aplicar las primeras vacunas contra la viruela en esa época, dándose cuenta que muchas granjeras adquirían una versión menos agresiva de la enfermedad al ser contagiadas por las vacas que ordeñaban. El primer paciente en recibir formalmente esta vacuna fue un niño de ocho años James Philips. El médico tomó un poco de secreción de una granjera que tenía una herida, y que se había infectado cuando ordeñaba una vaca que tenía la viruela y se la inyectó al niño, el cual enfermó pero se recuperó rápidamente.

Quince días después, volvió a pinchar a James con un poco de pus que había extraído de una persona que estaba infectada de la viruela. El niño no se puso nunca más enfermo de viruela, y así quedó demostrado que inocular el germen provocaba una acción de defensa en el cuerpo, los denominados anticuerpos. El Dr. Jenner no lo tuvo nada fácil, muchos médicos pensaron que su idea no era buena; pero al ver los buenos resultados, paulatinamente tuvieron que aceptarlo.

De esos años a la época actual, amigo lector, se han desarrollado muchas vacunas, y en cada una de ellas recae un enorme beneficio para la humanidad, sin embargo, su desarrollo no ha sido una labor sencilla, grandes mujeres y hombres que han estado detrás de estos descubrimientos han tenido que luchar contra corriente en muchas ocasiones, pero si no hubiera sido por ellos y por su empeño, hoy no contaríamos con defensas para el sarampión, la varicela, la hepatitis, la poliomelitis, la influenza y otros tantos males que nos aquejan.

Estoy convencido amigo lector, de que es ahí, en las ciencias de la salud, en donde radican muchos de los verdaderos héroes del mundo, en 2005 falleció en el completo anonimato el Dr. Maurice R. Hilleman, microbiólogo que desarrolló vacunas para las paperas, el sarampión, la varicela, la neumonía, la meningitis y otras muchas enfermedades, salvando decenas de millones de vidas. Su trabajo nunca gozó del reconocimiento público de médicos como Salk, Sabin o Pasteur; Hilleman, desarrolló más vacunas humanas y animales que cualquier otro científico en la historia, y ayudó a aumentar la esperanza de vida humana hasta en 12 años y a mejorar la economía de muchos países, y muy pocos saben quién fue, no tiene un día feriado, ni tampoco un monumento; como él, muchas mujeres y hombres se pierden en el anonimato, llevándose en su muerte solo la enorme satisfacción de hacer hecho lo correcto.

Usted sabe que las vacunas nos protegen de enfermedades peligrosas, pero puede que aún no sepa exactamente cómo se hacen. Las vacunas se crean con los mismos virus o bacterias que causan las enfermedades, pero en una forma debilitada que no daña a las personas.

Por el contrario, estos virus o bacterias debilitados, muertos o parcialmente modificados hacen que el sistema inmunológico de las personas desarrolle anticuerpos, o defensores, contra la enfermedad. Una vez que se determina la forma en que se modificará a los virus y bacterias, las vacunas se crean mediante un proceso de tres pasos: Se genera un antígeno, Se aísla el antígeno y la vacuna se hace al añadir adyuvantes, estabilizadores y preservativos.

El costo para el desarrollo es elevado, no todos los países del mundo tienen la tecnología para poder desarrollarlas, y peor aún, existen enfermedades como la que nos afecta prioritariamente hoy, el COVID-19, que pueden volver a aparecer aún con anticuerpos o vacunas, China actualmente reporta una tasa de recontagio de hasta el 14%. Además de la terrible capacidad de muchas enfermedades de “mutar” para hacerse resistentes a vacunas y medicamentos, el COVID-19 ya está mutando, se tiene registro de un hombre en Islandia que está enfermo de dos cepas diferentes de la enfermedad, aunque esto aún es polémico.

Por lo pronto, mientras nos llega la vacuna, no hay nada mejor que cuidarse, quedarse en casa, seguir las indicaciones del sector Salud y extremar las medidas de higiene en el hogar. Si desea leer más sobre estos temas, le recomiendo visitar en la red http://facebook.com/groups/216031256319873/

Quédate en Casa.

Tanto prevalece la salud por encima de los bienes exteriores, que probablemente un mendigo sano, sea mucho más feliz que un rey enfermoArthur Schopenhauer

En el mundo el COVID-19 sigue su vertiginoso avance, y aunque China ya anunció que tiene desarrollada una vacuna, su propagación y alcance en favor de la humanidad aún está lejos, en algunas ocasiones he escuchado el cuestionamiento acerca de ¿Cuándo podremos acabar con el coronavirus? La respuesta llama a la reflexión, tenemos vacuna para el sarampión desde los años sesenta y al día de hoy, 60 años después, seguimos teniendo peligrosos rebrotes de la enfermedad.

Erróneamente se piensa que Louis Pasteur fue el primero en desarrollar vacunas, sin embargo, textos encontrados en China nos indican que desde siglos atrás esa cultura practicaba una forma primitiva de vacunación denominada "variolización" en contra de la viruela. Fue en el año de 1796 que un médico rural inglés llamado Edward Jenner comenzó a aplicar las primeras vacunas contra la viruela en esa época, dándose cuenta que muchas granjeras adquirían una versión menos agresiva de la enfermedad al ser contagiadas por las vacas que ordeñaban. El primer paciente en recibir formalmente esta vacuna fue un niño de ocho años James Philips. El médico tomó un poco de secreción de una granjera que tenía una herida, y que se había infectado cuando ordeñaba una vaca que tenía la viruela y se la inyectó al niño, el cual enfermó pero se recuperó rápidamente.

Quince días después, volvió a pinchar a James con un poco de pus que había extraído de una persona que estaba infectada de la viruela. El niño no se puso nunca más enfermo de viruela, y así quedó demostrado que inocular el germen provocaba una acción de defensa en el cuerpo, los denominados anticuerpos. El Dr. Jenner no lo tuvo nada fácil, muchos médicos pensaron que su idea no era buena; pero al ver los buenos resultados, paulatinamente tuvieron que aceptarlo.

De esos años a la época actual, amigo lector, se han desarrollado muchas vacunas, y en cada una de ellas recae un enorme beneficio para la humanidad, sin embargo, su desarrollo no ha sido una labor sencilla, grandes mujeres y hombres que han estado detrás de estos descubrimientos han tenido que luchar contra corriente en muchas ocasiones, pero si no hubiera sido por ellos y por su empeño, hoy no contaríamos con defensas para el sarampión, la varicela, la hepatitis, la poliomelitis, la influenza y otros tantos males que nos aquejan.

Estoy convencido amigo lector, de que es ahí, en las ciencias de la salud, en donde radican muchos de los verdaderos héroes del mundo, en 2005 falleció en el completo anonimato el Dr. Maurice R. Hilleman, microbiólogo que desarrolló vacunas para las paperas, el sarampión, la varicela, la neumonía, la meningitis y otras muchas enfermedades, salvando decenas de millones de vidas. Su trabajo nunca gozó del reconocimiento público de médicos como Salk, Sabin o Pasteur; Hilleman, desarrolló más vacunas humanas y animales que cualquier otro científico en la historia, y ayudó a aumentar la esperanza de vida humana hasta en 12 años y a mejorar la economía de muchos países, y muy pocos saben quién fue, no tiene un día feriado, ni tampoco un monumento; como él, muchas mujeres y hombres se pierden en el anonimato, llevándose en su muerte solo la enorme satisfacción de hacer hecho lo correcto.

Usted sabe que las vacunas nos protegen de enfermedades peligrosas, pero puede que aún no sepa exactamente cómo se hacen. Las vacunas se crean con los mismos virus o bacterias que causan las enfermedades, pero en una forma debilitada que no daña a las personas.

Por el contrario, estos virus o bacterias debilitados, muertos o parcialmente modificados hacen que el sistema inmunológico de las personas desarrolle anticuerpos, o defensores, contra la enfermedad. Una vez que se determina la forma en que se modificará a los virus y bacterias, las vacunas se crean mediante un proceso de tres pasos: Se genera un antígeno, Se aísla el antígeno y la vacuna se hace al añadir adyuvantes, estabilizadores y preservativos.

El costo para el desarrollo es elevado, no todos los países del mundo tienen la tecnología para poder desarrollarlas, y peor aún, existen enfermedades como la que nos afecta prioritariamente hoy, el COVID-19, que pueden volver a aparecer aún con anticuerpos o vacunas, China actualmente reporta una tasa de recontagio de hasta el 14%. Además de la terrible capacidad de muchas enfermedades de “mutar” para hacerse resistentes a vacunas y medicamentos, el COVID-19 ya está mutando, se tiene registro de un hombre en Islandia que está enfermo de dos cepas diferentes de la enfermedad, aunque esto aún es polémico.

Por lo pronto, mientras nos llega la vacuna, no hay nada mejor que cuidarse, quedarse en casa, seguir las indicaciones del sector Salud y extremar las medidas de higiene en el hogar. Si desea leer más sobre estos temas, le recomiendo visitar en la red http://facebook.com/groups/216031256319873/

Quédate en Casa.

Tanto prevalece la salud por encima de los bienes exteriores, que probablemente un mendigo sano, sea mucho más feliz que un rey enfermoArthur Schopenhauer