Hablemos legal | Los niños, sus derechos y la mochila

La curación viene de tomar responsabilidad: de darse cuenta que eres tú quien crea tus pensamientos, sentimientos y acciones. Peter Shepherd

Aquí empezamos un tema que ha causado polémica y revuelo entre que si hay un derecho violado, que si es responsabilidad de alguien más, que nadie quiere hacerse responsable, etc. Pero antes que nada, es importante conocer conceptos básicos de lo que vamos a hablar y con ellos poder llegar a nuestra propia conclusión en cuanto a lo que acontece en nuestro entorno social, familiar y escolar.

Un Derecho es aquella norma jurídica creada por los diputados y senadores, sea federal o local, donde se señala la regulación de la conducta de los hombres y mujeres, consagrándose en ellas derechos y obligaciones, y que ante su incumplimiento se prevé una sanción impuesta por una autoridad competente, que puede ser administrativa o judicial.

Y comparto el significado de la palabra derecho que proviene del vocablo latino directum, que significa no apartarse del buen camino, seguir el sendero señalado por la ley, lo que se dirige o es bien dirigido. Y con ello se persiguen los fines de seguridad, justicia y bien común, en la primera de ellas hablamos de la garantía que se nos da a todos en nuestros bienes, nuestra persona, etc; en la segunda podemos entenderla como dar a cada quien lo que le corresponde, siendo justo; la tercera y muy importante en un entorno social de desarrollo humano, que es el bien común, el derecho que garantiza la organización y las condiciones de las personas que viven en sociedad, en familia, etc

Ya que entendimos mejor lo que es el derecho, analicemos brevemente cuáles son los que tienen los niños y niñas, comprendiendo que no es aplicado a los menores de edad las mismas obligaciones que a las personas ya consideradas ciudadanos, es decir, mayores de edad, evento que nos sujeta como individuos a todos los derechos pero con ello a las obligaciones emparejadas en las múltiples disposiciones legales que hay en nuestro país. Nuestra Constitución como garante nos otorga a todos y cada uno derechos fundamentales para salvaguardar nuestra integridad personal y colectiva en todo aspecto, de ella son tomadas las bases para la creación de leyes secundarias que regulan más y detallan los derechos y obligaciones, de aquí es donde en términos generales todos decimos que están nuestros derechos humanos.

Ahora bien, que es un niño o una niña para el tema legal, y de ello se puede establecer que “son las personas con pocos años que se encuentran en posición de subordinación respecto de un adulto”, es donde todos decimos que un niño, niña o adolescente es un menor de edad y no tiene las mismas obligaciones pero tampoco tiene las mismas libertades de un adulto, si derechos para ellos, pero limitados o subordinados a las personas que los representan, normalmente la mamá y el papá.

Entonces un menor de edad, que tiene derechos y ciertas obligaciones en determinados casos concretos, que está subordinado a sus padres, debe regirse por lo que sus padres, sujetos coherentes y con experiencia o al menos conocedores de la consecuencias de sus actos, les establezcan como comportamiento o conducta; obviamente con los ejemplos que en el núcleo o seno familiar estos capten y lo replican al aprenderlo por el simple hecho de que, por los medios auditivos y de vista, adquieren de su entorno. Hablamos de la gran responsabilidad de educación que los padres tienen hacia sus hijos, que no debe quedar a un lado por temas económicos, laborales o de tiempo, ya que son la semilla que dará fruto por la educación recibida.

Con ello, establezco para terminar, el tema de revisión de mochilas en las instituciones educativas, que desde un punto de vista legal, no se les viola ningún derecho, pero el acto de revisión de mochilas, es un acto de prevención, recordemos que no hay nada mejor que prevenir y no lamentar; revisar una mochila no es violar la privacidad de un menor, ya que tiene una finalidad fundamentada en un bien o interés mayor para la sociedad, un bien que sobrepasa por mucho el interés individual, la certeza de vida, de seguridad de alumnos, maestros, y sobre todo, del mismo menor de edad. Hagamos conciencia que debemos participar en actos tendientes a mejorar y prevenir situaciones que puedan causar daños grandes o en un extremo, irreparables, como lo es la muerte; desde nuestras casas cumplamos con la obligación de revisar todo lo concerniente para bien de nuestros hijos, y permitamos ayudando, que las autoridades con los protocolos respectivos cumplan y complementen esta tarea, y digo completar porque la misma es de los padres y no de la instituciones educativas.

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• Facebook: Fausto E Villarreal, Abogado