/ martes 14 de agosto de 2018

HAZ EL BIEN SIN VER A QUIÉN

Al que se ocupa demasiado en hacer el bien, no le queda tiempo para ser bueno.

Deseo continuar dando espacio en esta columna a publicaciones ajenas que me parecen extraordinarias para justificar la participación de algunos extranjeros y, al mismo tiempo, nos sean útiles para descubrir a aquellos que no teniendo necesidad que no puedan satisfacer en su país, lo vengan a hacer al nuestro, entorpeciendo de paso la formación de nuestros jóvenes deportistas. Tenemos el caso de “Alma de África”, que publicó Alejandro Gutiérrez en la revista Proceso del 23 de mayo de 2018.

“En el centro de la cancha 11 jugadores forman un círculo, unen sus manos como si se tratara de un caleidoscopio y cierran los ojos. El capitán Amed Soleto pregunta a voz en cuello y recibe respuestas al unísono: ¿Qué somos? ¡Un equipo! ¿Qué somos? ¡Una familia! ¿Qué somos? ¡Alma de África! Es el ritual previo a cada partido de este club formado mayoritariamente por inmigrantes africanos, llamado “Alma de África”, que juega en la segunda categoría de la la liga andaluza.

Y no dudamos que en Francia se encuentren casos semejantes, es obvio que en la actualidad la sangre roja se manifiesta en la bandera francesa en la misma proporción que lo hace la otrora dominante sangre azul. Los de Andalucía lucen animosos enfundados en su uniforme verde, resaltando en el pecho la leyenda: “Artículo 14: Toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él en cualquier país”. La leyenda en la camiseta había sido propuesta por Risto Mejide, conocido publicista y conductor de televisión después de haber donado una importante suma de dinero al crowdfunding que organizó el club para allegarse fondos. La leyenda es un extracto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Nacione Unidas (ONU).

Risto Mejide, con una mayor aportación en efectivo, se hizo acreedor al derecho de proponer la leyenda sobre el pecho de las camisetas con un escueto “Artículo 14”, con significado tan poderoso que un museo de Marsella les pidió la camiseta para que formara parte de una exposición sobre el futbol visto desde el punto de vista social, que dice en francés: Nous sommes foot (nosotros somos futbol). Sabida es la intolerancia existente, principalmente en los países colonialistas y esclavistas, cuyas ideas marcaban un rechazo silencioso a la raza negra, siendo hasta el Mundial de México 70 que la FIFA se dignó invitar a participar a una nación africana, Marruecos.

Portugal, uno de los países que más tardó en abolir la esclavitud, tuvo en sus filas a dos jugadores de categoría “Top”, Eusebio y Coluna, mientras que los más enquistados racistas, Holanda, inventores de un sistema social llamado apartheid, basado en la segregación, aceptaron negros en su selección hasta fines de los 80, cuando aparecieron Rijkaard, Ruud Gullit, Reiziger, Davids, Hasselbaink, Seedorf, Kluivert, Tahamata, siendo hasta la fecha más de 80 los que han integrado a la Naranja Mecánica.

Por parte de Francia, ya todo mundo lo sabe, el 60% de la plantilla está formada por jugadores de raza negra, apareciendo por primera vez en el Mundial Argentina 78, donde destacaron Tigana, Janvion y Tressor; después han estado Desailly, Karembeau, Makelele, Thuram, Anelka, Vieira; y en la actualidad: Mandanda, Areola, Kimpembe, Varane, Umtiti, Sibide, Mendy, Pogba, Lamar, Tolisso, Kanté, Matuidi, N' Zonzi, Mbappé, Dembelé, Payet, por nombrar a los de nivel de selección.

En México, nuestros clubes registran a muchos más extranjeros que los equipos europeos, pero como vemos, los de allá, huyendo de la pobreza extrema y de la violencia, buscan la nacionalidad, siendo a partir de entonces útiles al país que los ha adoptado, mientras que los extranjeros en nuestro país vienen a beneficiarse de los altos salarios que pagan nuestros clubes, encontrando buena competencia en clubes conformados por jugadores pertenecientes a las selecciones de Sudamérica, de países considerados potencias mundiales como Argentina (Guzmán, Marchesín), Chile (Díaz, Fernández, Puch, Rodríguez, Sagal, Millar, Reyes, Lichnovsky, Valdés, Rabello, Mora, González), Colombia (Uribe, Murillo), Ecuador (Achiller, Ibarra, Mena, Valencia, Bolaños, Angulo), Perú (Gallese, Ramos, Aquino, Cartagena, Polo, Loyola), Paraguay (Riveros, R. Benítez, Samudio, Aguilar, Domínguez, Ortiz, J. Benítez, Martínez, Salcedo).

Hasta pronto amigo.

Al que se ocupa demasiado en hacer el bien, no le queda tiempo para ser bueno.

Deseo continuar dando espacio en esta columna a publicaciones ajenas que me parecen extraordinarias para justificar la participación de algunos extranjeros y, al mismo tiempo, nos sean útiles para descubrir a aquellos que no teniendo necesidad que no puedan satisfacer en su país, lo vengan a hacer al nuestro, entorpeciendo de paso la formación de nuestros jóvenes deportistas. Tenemos el caso de “Alma de África”, que publicó Alejandro Gutiérrez en la revista Proceso del 23 de mayo de 2018.

“En el centro de la cancha 11 jugadores forman un círculo, unen sus manos como si se tratara de un caleidoscopio y cierran los ojos. El capitán Amed Soleto pregunta a voz en cuello y recibe respuestas al unísono: ¿Qué somos? ¡Un equipo! ¿Qué somos? ¡Una familia! ¿Qué somos? ¡Alma de África! Es el ritual previo a cada partido de este club formado mayoritariamente por inmigrantes africanos, llamado “Alma de África”, que juega en la segunda categoría de la la liga andaluza.

Y no dudamos que en Francia se encuentren casos semejantes, es obvio que en la actualidad la sangre roja se manifiesta en la bandera francesa en la misma proporción que lo hace la otrora dominante sangre azul. Los de Andalucía lucen animosos enfundados en su uniforme verde, resaltando en el pecho la leyenda: “Artículo 14: Toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él en cualquier país”. La leyenda en la camiseta había sido propuesta por Risto Mejide, conocido publicista y conductor de televisión después de haber donado una importante suma de dinero al crowdfunding que organizó el club para allegarse fondos. La leyenda es un extracto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Nacione Unidas (ONU).

Risto Mejide, con una mayor aportación en efectivo, se hizo acreedor al derecho de proponer la leyenda sobre el pecho de las camisetas con un escueto “Artículo 14”, con significado tan poderoso que un museo de Marsella les pidió la camiseta para que formara parte de una exposición sobre el futbol visto desde el punto de vista social, que dice en francés: Nous sommes foot (nosotros somos futbol). Sabida es la intolerancia existente, principalmente en los países colonialistas y esclavistas, cuyas ideas marcaban un rechazo silencioso a la raza negra, siendo hasta el Mundial de México 70 que la FIFA se dignó invitar a participar a una nación africana, Marruecos.

Portugal, uno de los países que más tardó en abolir la esclavitud, tuvo en sus filas a dos jugadores de categoría “Top”, Eusebio y Coluna, mientras que los más enquistados racistas, Holanda, inventores de un sistema social llamado apartheid, basado en la segregación, aceptaron negros en su selección hasta fines de los 80, cuando aparecieron Rijkaard, Ruud Gullit, Reiziger, Davids, Hasselbaink, Seedorf, Kluivert, Tahamata, siendo hasta la fecha más de 80 los que han integrado a la Naranja Mecánica.

Por parte de Francia, ya todo mundo lo sabe, el 60% de la plantilla está formada por jugadores de raza negra, apareciendo por primera vez en el Mundial Argentina 78, donde destacaron Tigana, Janvion y Tressor; después han estado Desailly, Karembeau, Makelele, Thuram, Anelka, Vieira; y en la actualidad: Mandanda, Areola, Kimpembe, Varane, Umtiti, Sibide, Mendy, Pogba, Lamar, Tolisso, Kanté, Matuidi, N' Zonzi, Mbappé, Dembelé, Payet, por nombrar a los de nivel de selección.

En México, nuestros clubes registran a muchos más extranjeros que los equipos europeos, pero como vemos, los de allá, huyendo de la pobreza extrema y de la violencia, buscan la nacionalidad, siendo a partir de entonces útiles al país que los ha adoptado, mientras que los extranjeros en nuestro país vienen a beneficiarse de los altos salarios que pagan nuestros clubes, encontrando buena competencia en clubes conformados por jugadores pertenecientes a las selecciones de Sudamérica, de países considerados potencias mundiales como Argentina (Guzmán, Marchesín), Chile (Díaz, Fernández, Puch, Rodríguez, Sagal, Millar, Reyes, Lichnovsky, Valdés, Rabello, Mora, González), Colombia (Uribe, Murillo), Ecuador (Achiller, Ibarra, Mena, Valencia, Bolaños, Angulo), Perú (Gallese, Ramos, Aquino, Cartagena, Polo, Loyola), Paraguay (Riveros, R. Benítez, Samudio, Aguilar, Domínguez, Ortiz, J. Benítez, Martínez, Salcedo).

Hasta pronto amigo.