/ martes 7 de junio de 2022

¡Imagínese! | Américo debe unir Tamaulipas

El jueves pasado en este mismo espacio, escribí que, sin importar quien ganara la elección del domingo, le tocaría la responsabilidad de enfrentar a un Tamaulipas polarizado y los primeros números de la elección me sorprendieron al ver que prácticamente podríamos “partir” por la mitad al electorado tamaulipeco.

Hasta el cierre de esta columna el Programa de Resultados Preliminares (PREP) que organizó el Instituto Electoral de Tamaulipas daba una ventaja de apenas cinco puntos al doctor Américo Villarreal Anaya (Morena-PT-PVEM) por sobre César “Truko” Verástegui (PAN-PRI-PRD) y sólo tres por ciento de la votación para Arturo Diez Gutiérrez (MC). De acuerdo con esta estadística oficial, Américo obtuvo 710,952 votos, es decir el 49.9 por ciento de la votación, mientras que Verástegui tuvo 628,541 sufragios, el 44.2 por ciento de los votos y Diez 44,895 votos, para alcanzar el 3.1 por ciento de la votación, con lo que apenas alcanza para que su partido no pierda su registro. De hecho, tuvo tan pocos votos el Movimiento Ciudadano que casi igualó a los votos nulos de la contienda que fueron 36,480, es decir el 2.56 por ciento de la votación. Es pues un hecho que Américo será el próximo gobernador de Tamaulipas y a él será a quien corresponda la nada sencilla tarea de gobernar a un estado dividido a la mitad con retos que, eso sí, conoce y muy bien, comenzando por el delicado tema de la seguridad y muchos más. También el jueves, dije aquí que el nuevo mandatario deberá conciliar intereses en un Tamaulipas cuyo Poder Legislativo es una verdadera pachanga que no va hacia ningún lado por la división de sus fuerzas internas, además de que también los ayuntamientos de los 43 municipios tienen una correlación de fuerzas encontradas. En unos días más, a partir de mañana cuando inicie el recuento oficial de los votos y nos lleve a más tardar al sábado, cuando por ley deba entregarse la constancia de mayoría al gobernador electo, podremos ver a detalle los números, las estadísticas, los análisis sesudos de los múltiples factores que arrojaron este resultado y será entonces cuando podamos entender mejor lo que ocurrió el domingo pasado. Pero más allá de eso, hay que hacer una serie de reconocimientos, antes que todo al árbitro electoral. La actuación de Juan José Ramos Charré al frente del Instituto Electoral de Tamaulipas fue sencillamente impecable, a pesar de algunos señalamientos que se realizaron durante la campaña en donde llovió lodo por todas partes. La labor del IETAM, respaldado en una prístina organización ciudadana, deja constancia de que nuestro sistema electoral funciona muy bien en la organización de los comicios. Quizás lo que más haya que resaltar es la tranquilidad en la que se desarrolló en general el proceso del cinco de junio en el que prácticamente no hubo incidentes, lo que avala a todas luces el resultado. Finalmente hay que destacar la participación ciudadana que, al ser sólo una boleta con tres nombres, y la guerra de ataques que se desató desde todos los frentes, podría haber dado como resultado un muy alto abstencionismo, pero no fue así, pues hasta ahora se estima una participación del 53.3 por ciento del padrón electoral, calculado en un millón, 422 mil 038 electores; un poco más de la mitad de los dos millones 739,835 integrantes dela Lista Nominal de Tamaulipas. En palabras llanas se podría expresar que la mayoría de los tamaulipecos eligieron a su próximo gobernador en completa paz. Así pues, el doctor Américo Villarreal Anaya gobernará dentro de menos de cuatro meses por los próximos seis años, alineando al Estado con la Federación y la mayoría de los Municipios grandes de Tamaulipas con el mismo origen partidista, aunque evidentemente, el virtual gobernador (será oficialmente gobernador electo una vez que reciba su constancia de mayoría) deberá gobernar para todos, sin distinción alguna de partidos ni colores, cumpliendo con las promesas que realizó durante su campaña. Ese quizás sea el mayor desafío de Américo Villarreal, unir a los tamaulipecos en una sola causa y convencer a quienes no lo favorecieron con su voto o se abstuvieron de participar, que realmente puede pasar a la historia como uno de los mejores gobernantes que ha tenido Tamaulipas, aplicando su política, sus ideales, su concepción del estado que quiere heredar a sus nietos. Llamar a la unidad, a sumarse en un solo proyecto que se llame Tamaulipas y abonar a ello con propuestas reales en las que todos tengamos una tarea bien definida, debe ser sin ninguna duda el próximo paso del virtual gobernador, pues más allá de las ideologías y los colores, hay claras coincidencias nos unen, como la paz, la tranquilidad, el desarrollo y el crecimiento de Tamaulipas.

  • marioagamezh@hotmail.com

La democracia es la transposición de lo cuantitativo a lo cualitativo: que lo que quieren los más se convierta en lo mejorEnrique Tierno Galván, político e intelectual español

El jueves pasado en este mismo espacio, escribí que, sin importar quien ganara la elección del domingo, le tocaría la responsabilidad de enfrentar a un Tamaulipas polarizado y los primeros números de la elección me sorprendieron al ver que prácticamente podríamos “partir” por la mitad al electorado tamaulipeco.

Hasta el cierre de esta columna el Programa de Resultados Preliminares (PREP) que organizó el Instituto Electoral de Tamaulipas daba una ventaja de apenas cinco puntos al doctor Américo Villarreal Anaya (Morena-PT-PVEM) por sobre César “Truko” Verástegui (PAN-PRI-PRD) y sólo tres por ciento de la votación para Arturo Diez Gutiérrez (MC). De acuerdo con esta estadística oficial, Américo obtuvo 710,952 votos, es decir el 49.9 por ciento de la votación, mientras que Verástegui tuvo 628,541 sufragios, el 44.2 por ciento de los votos y Diez 44,895 votos, para alcanzar el 3.1 por ciento de la votación, con lo que apenas alcanza para que su partido no pierda su registro. De hecho, tuvo tan pocos votos el Movimiento Ciudadano que casi igualó a los votos nulos de la contienda que fueron 36,480, es decir el 2.56 por ciento de la votación. Es pues un hecho que Américo será el próximo gobernador de Tamaulipas y a él será a quien corresponda la nada sencilla tarea de gobernar a un estado dividido a la mitad con retos que, eso sí, conoce y muy bien, comenzando por el delicado tema de la seguridad y muchos más. También el jueves, dije aquí que el nuevo mandatario deberá conciliar intereses en un Tamaulipas cuyo Poder Legislativo es una verdadera pachanga que no va hacia ningún lado por la división de sus fuerzas internas, además de que también los ayuntamientos de los 43 municipios tienen una correlación de fuerzas encontradas. En unos días más, a partir de mañana cuando inicie el recuento oficial de los votos y nos lleve a más tardar al sábado, cuando por ley deba entregarse la constancia de mayoría al gobernador electo, podremos ver a detalle los números, las estadísticas, los análisis sesudos de los múltiples factores que arrojaron este resultado y será entonces cuando podamos entender mejor lo que ocurrió el domingo pasado. Pero más allá de eso, hay que hacer una serie de reconocimientos, antes que todo al árbitro electoral. La actuación de Juan José Ramos Charré al frente del Instituto Electoral de Tamaulipas fue sencillamente impecable, a pesar de algunos señalamientos que se realizaron durante la campaña en donde llovió lodo por todas partes. La labor del IETAM, respaldado en una prístina organización ciudadana, deja constancia de que nuestro sistema electoral funciona muy bien en la organización de los comicios. Quizás lo que más haya que resaltar es la tranquilidad en la que se desarrolló en general el proceso del cinco de junio en el que prácticamente no hubo incidentes, lo que avala a todas luces el resultado. Finalmente hay que destacar la participación ciudadana que, al ser sólo una boleta con tres nombres, y la guerra de ataques que se desató desde todos los frentes, podría haber dado como resultado un muy alto abstencionismo, pero no fue así, pues hasta ahora se estima una participación del 53.3 por ciento del padrón electoral, calculado en un millón, 422 mil 038 electores; un poco más de la mitad de los dos millones 739,835 integrantes dela Lista Nominal de Tamaulipas. En palabras llanas se podría expresar que la mayoría de los tamaulipecos eligieron a su próximo gobernador en completa paz. Así pues, el doctor Américo Villarreal Anaya gobernará dentro de menos de cuatro meses por los próximos seis años, alineando al Estado con la Federación y la mayoría de los Municipios grandes de Tamaulipas con el mismo origen partidista, aunque evidentemente, el virtual gobernador (será oficialmente gobernador electo una vez que reciba su constancia de mayoría) deberá gobernar para todos, sin distinción alguna de partidos ni colores, cumpliendo con las promesas que realizó durante su campaña. Ese quizás sea el mayor desafío de Américo Villarreal, unir a los tamaulipecos en una sola causa y convencer a quienes no lo favorecieron con su voto o se abstuvieron de participar, que realmente puede pasar a la historia como uno de los mejores gobernantes que ha tenido Tamaulipas, aplicando su política, sus ideales, su concepción del estado que quiere heredar a sus nietos. Llamar a la unidad, a sumarse en un solo proyecto que se llame Tamaulipas y abonar a ello con propuestas reales en las que todos tengamos una tarea bien definida, debe ser sin ninguna duda el próximo paso del virtual gobernador, pues más allá de las ideologías y los colores, hay claras coincidencias nos unen, como la paz, la tranquilidad, el desarrollo y el crecimiento de Tamaulipas.

  • marioagamezh@hotmail.com

La democracia es la transposición de lo cuantitativo a lo cualitativo: que lo que quieren los más se convierta en lo mejorEnrique Tierno Galván, político e intelectual español