/ martes 18 de enero de 2022

¡Imagínese! | Cayó el “teatro” contra el Gobernador

Todo fue un burdo montaje. Desde que se desató la andanada de acusaciones (muy extrañas, por cierto) en contra del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca era muy evidente que las grandes acusaciones de lavado de dinero y asociación delictuosa con cárteles, ¿por la compra-venta de un departamento? carecían de sustento y de pruebas fehacientes que incriminaran al mandatario estatal, que llegó a ser desaforado por la Cámara de Diputados, pero finalmente todo ese teatro se ha venido abajo.

Ahora todo se ve con mayor claridad, al conocerse de las relaciones entre el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto Castillo y el diputado federal del Partido Verde, Javier Joaquín López Casarín, propietario de la empresa “Impulso y Desarrollos GBO S.A. de C.V.”, a la que el propio Nieto Castillo acusó de depositar efectivo al gobernador para la adquisición de ese departamento y de estar relacionada con un cártel, empresa que además, fuera señalada por el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador en una “mañanera” como una de las investigadas por el FBI por sus nexos con el crimen organizado. López Casarín estuvo en la boda de Santiago Nieto con la consejera electoral Carla Humphrey en Guatemala, lo que a la postre terminó con la renuncia del funcionario del gobierno federal a quien ahora la Fiscalía investiga por enriquecimiento inexplicable. Desde el principio las acusaciones contra el gobernador no cuadraban, acusarlo de delitos tan graves por una simple operación de bienes raíces no parecía suficiente sustento como para atraer la atención nacional y un proceso judicial contundente; además Cabeza de Vaca no dejó en ningún momento su encargo y más de una vez pisó territorio norteamericano en sus buenas relaciones con autoridades estadounidenses y jamás se le señaló de ningún delito allá, e incluso eso se descartó. Más bien parecía desde el principio, una clara andanada político-electoral por las elecciones que en ese momento se realizaban, elección en la que, por cierto, Morena triunfó en la mayoría de los municipios de Tamaulipas; es decir que la estrategia les funcionó muy bien, al desacreditar la imagen del mandatario…sin pruebas. Ahora que se sabe de la relación entre estos dos personajes claves para las acusaciones contra Cabeza de Vaca, se entienden las palabras del mandatario de aquel entonces “El tiempo nos dará la razón” …y así es hoy. El gobernador de Tamaulipas venía de otras acusaciones de la Fiscalía en el Caso Lozoya, de las cuales tampoco se ha demostrado absolutamente nada. Se olvidan quienes lo acusan, de dónde viene el gobernador que en 2016 capitalizó el hartazgo de la gente en contra de los malos gobiernos y encabezó una cruzada frontal contra la delincuencia organizada que en aquel momento mantenía sometido al estado. A más de cinco años, hoy Tamaulipas aparece entre los estados más seguros del país, de acuerdo a las estadísticas de la propia federación y además es de las entidades con más inversión y generación de empleos a pesar de las circunstancias económicas. Cabeza de Vaca recuperó predios que se habían apropiado particulares relacionados a la corrupción y los círculos del poder del pasado y estableció convenios de coordinación en seguridad con agencias internacionales y con los estados vecinos. Fortaleció las corporaciones de seguridad del estado, instituyó una infraestructura estratégicamente en todo el territorio estatal y construyó centros de bienestar y paz para la reconstrucción del tejido social. El año pasado, justo en pleno proceso electoral, se acusó a Francisco Javier García Cabeza de Vaca y lo que buscó Santiago Nieto, era “comprobar” ante los diputados federales que había cometido un delito. Hoy se sabe que todo fue una persecución política sin pruebas, con tal de ganar la elección. Como lo dijo el ex senador Javier Lozano Alarcón, quien estuvo el fin de semana en Ciudad Victoria “es parte del desvanecimiento de este caso y comprueba lo que siempre dijimos; que se trataba de una persecución política…es una revelación muy fuerte, es parte del desvanecimiento de este caso, donde se estaba armando toda una trama para golpear políticamente al gobernador García Cabeza de Vaca y con este tipo de evidencias, este tipo de elementos tan obvios, tan burdos lo que dejan ver es lo que dijimos desde un principio, una auténtica persecución política, el tiempo pone finalmente las cosas en su lugar”. Todo fue un engaño, un montaje preparado desde la oficina de Santiago Nieto, con la obvia autorización de Palacio Nacional a fin de perseguir políticamente al mandatario estatal en la opinión del ex legislador. La luz de la verdad apenas se asoma y las mentiras seguirán cayendo por su propio peso.

marioagamezh@hotmail.com

Es tan difícil decir la verdad como ocultarlaBaltasar Gracián, escritor español

Todo fue un burdo montaje. Desde que se desató la andanada de acusaciones (muy extrañas, por cierto) en contra del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca era muy evidente que las grandes acusaciones de lavado de dinero y asociación delictuosa con cárteles, ¿por la compra-venta de un departamento? carecían de sustento y de pruebas fehacientes que incriminaran al mandatario estatal, que llegó a ser desaforado por la Cámara de Diputados, pero finalmente todo ese teatro se ha venido abajo.

Ahora todo se ve con mayor claridad, al conocerse de las relaciones entre el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto Castillo y el diputado federal del Partido Verde, Javier Joaquín López Casarín, propietario de la empresa “Impulso y Desarrollos GBO S.A. de C.V.”, a la que el propio Nieto Castillo acusó de depositar efectivo al gobernador para la adquisición de ese departamento y de estar relacionada con un cártel, empresa que además, fuera señalada por el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador en una “mañanera” como una de las investigadas por el FBI por sus nexos con el crimen organizado. López Casarín estuvo en la boda de Santiago Nieto con la consejera electoral Carla Humphrey en Guatemala, lo que a la postre terminó con la renuncia del funcionario del gobierno federal a quien ahora la Fiscalía investiga por enriquecimiento inexplicable. Desde el principio las acusaciones contra el gobernador no cuadraban, acusarlo de delitos tan graves por una simple operación de bienes raíces no parecía suficiente sustento como para atraer la atención nacional y un proceso judicial contundente; además Cabeza de Vaca no dejó en ningún momento su encargo y más de una vez pisó territorio norteamericano en sus buenas relaciones con autoridades estadounidenses y jamás se le señaló de ningún delito allá, e incluso eso se descartó. Más bien parecía desde el principio, una clara andanada político-electoral por las elecciones que en ese momento se realizaban, elección en la que, por cierto, Morena triunfó en la mayoría de los municipios de Tamaulipas; es decir que la estrategia les funcionó muy bien, al desacreditar la imagen del mandatario…sin pruebas. Ahora que se sabe de la relación entre estos dos personajes claves para las acusaciones contra Cabeza de Vaca, se entienden las palabras del mandatario de aquel entonces “El tiempo nos dará la razón” …y así es hoy. El gobernador de Tamaulipas venía de otras acusaciones de la Fiscalía en el Caso Lozoya, de las cuales tampoco se ha demostrado absolutamente nada. Se olvidan quienes lo acusan, de dónde viene el gobernador que en 2016 capitalizó el hartazgo de la gente en contra de los malos gobiernos y encabezó una cruzada frontal contra la delincuencia organizada que en aquel momento mantenía sometido al estado. A más de cinco años, hoy Tamaulipas aparece entre los estados más seguros del país, de acuerdo a las estadísticas de la propia federación y además es de las entidades con más inversión y generación de empleos a pesar de las circunstancias económicas. Cabeza de Vaca recuperó predios que se habían apropiado particulares relacionados a la corrupción y los círculos del poder del pasado y estableció convenios de coordinación en seguridad con agencias internacionales y con los estados vecinos. Fortaleció las corporaciones de seguridad del estado, instituyó una infraestructura estratégicamente en todo el territorio estatal y construyó centros de bienestar y paz para la reconstrucción del tejido social. El año pasado, justo en pleno proceso electoral, se acusó a Francisco Javier García Cabeza de Vaca y lo que buscó Santiago Nieto, era “comprobar” ante los diputados federales que había cometido un delito. Hoy se sabe que todo fue una persecución política sin pruebas, con tal de ganar la elección. Como lo dijo el ex senador Javier Lozano Alarcón, quien estuvo el fin de semana en Ciudad Victoria “es parte del desvanecimiento de este caso y comprueba lo que siempre dijimos; que se trataba de una persecución política…es una revelación muy fuerte, es parte del desvanecimiento de este caso, donde se estaba armando toda una trama para golpear políticamente al gobernador García Cabeza de Vaca y con este tipo de evidencias, este tipo de elementos tan obvios, tan burdos lo que dejan ver es lo que dijimos desde un principio, una auténtica persecución política, el tiempo pone finalmente las cosas en su lugar”. Todo fue un engaño, un montaje preparado desde la oficina de Santiago Nieto, con la obvia autorización de Palacio Nacional a fin de perseguir políticamente al mandatario estatal en la opinión del ex legislador. La luz de la verdad apenas se asoma y las mentiras seguirán cayendo por su propio peso.

marioagamezh@hotmail.com

Es tan difícil decir la verdad como ocultarlaBaltasar Gracián, escritor español