/ martes 9 de junio de 2020

¡Imagínese! | El factor Coronavirus

Todas las elecciones son diferentes por la conjunción de factores que concurren, pero en particular, la elección del próximo 6 de junio de 2021, será de gran importancia, pues por primera vez se realizará en México una elección concurrente nacional; es decir, que en los 32 estados se elegirán cargos federales y locales el mismo día, se renovará la cámara de diputados, en 15 entidades se renovará la gubernatura y alcaldías, en 13 estados cambiarán los ayuntamientos y congresos locales, en una contienda en la que podrán participar casi 95 millones de ciudadanos inscritos en la lista nominal, todo ello con un inesperado e indeseable pero inevitable invitado: el coronavirus.

Aquí en Tamaulipas corresponde la elección de los nueve (de 500) diputados federales, los 43 ayuntamientos y las 36 curules del congreso tamaulipeco con la posibilidad en la mayoría de los casos de buscar la reelección, si sus partidos se lo permiten o si no han sido ya reelectos, aunque pueden competir por otros cargos.

Está claro también que los resultados de esta elección marcarán la pauta para la del 2022, en la que se elegirá al sucesor del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Estudios de opinión serios indican que, en Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas, el Movimiento de Regeneración Nacional tiene amplias probabilidades de ganar, sin embargo, el Partido Acción Nacional podría frenar esta tendencia en Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí; y (aunque usted no lo crea) el Partido Revolucionario Institucional será oposición en Campeche, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa y Sonora. También el Movimiento Ciudadano está en la competencia en Nuevo León.

Tamaulipas es una historia diametralmente opuesta, el régimen panista ha impuesto una clara y aplastante tendencia a su favor y Morena no se encuentra a sí mismo y aún no cuenta con la estructura necesaria para dar una pelea seria en los 43 municipios del estado; más aún cuando sus legisladores electos (Senadores y Diputados Federales), no han respondido ni en lo general al estado, ni en lo particular a sus distritos de una serie de promesas de campaña que realizaron para la elección del 2018 y que simplemente no cumplieron, debido al cambio de régimen y al centralismo del gobierno federal.

En otras palabras, si los diputados federales buscaran reelegirse, tendrían muchas menos probabilidades de ganar, ante la clara ausencia de apoyos, de gestión de obras o de iniciativas de ley que hayan favorecido a Tamaulipas; muy por el contrario, los legisladores se han caracterizado por ser simplemente comparsa del presidente y en ello han limitado su trabajo, olvidándose de sus proyectos individuales, de sus compromisos de campaña y de los electores que confiaron en ellos. Justamente una de las grandes cuestiones de la elección del año entrante, será ver si el presidente es capaz de mantener la mayoría en la cámara baja y con ello el control de una gran parte de su proyecto de nación.

Factores como el desempleo, la ausencia de apoyos económicos, la delincuencia, la marcada polarización de la política en el país, entre muchos más, también formarán parte del espectro de esta elección, pero sin duda el inesperado gran factor para esta elección es el coronavirus y su mortal enfermedad, la Covid-19 que ha puesto en jaque al mundo entero y a prueba a todas las gestiones de gobierno, lo que también ha traído una enorme confusión entre el ciudadano de a pie, que desconoce qué hacer ante las evidentes contradicciones de las autoridades, pues mientras la federación va en un sentido, los gobiernos estatales van en uno distinto.

Aquí hay que decirlo con todas sus letras: la gestión de la pandemia por parte del gobierno de Tamaulipas y las acciones tomadas por el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca han sido oportunas, certeras y eficientes, lo que se demuestra fácilmente en la estadística que marca a Tamaulipas como una de las entidades con menos casos positivos y muertes en todo el país, este tipo de factores, será determinante entre los electores que sin duda vigilan las acciones de los diferentes gobiernos y evidentemente actuarán en consecuencia en la jornada electoral del año entrante.

El factor coronavirus cambiará todo, desde la forma en que se realizarán las campañas, en donde no podría haber eventos masivos ni contacto personal entre los candidatos y los electores, hasta la jornada misma en donde tendría que buscarse una fórmula que evite las aglomeraciones y predomine la sana distancia, para evitar los contagios y la propagación del indeseable y mortal invitado.

Todas las elecciones son diferentes por la conjunción de factores que concurren, pero en particular, la elección del próximo 6 de junio de 2021, será de gran importancia, pues por primera vez se realizará en México una elección concurrente nacional; es decir, que en los 32 estados se elegirán cargos federales y locales el mismo día, se renovará la cámara de diputados, en 15 entidades se renovará la gubernatura y alcaldías, en 13 estados cambiarán los ayuntamientos y congresos locales, en una contienda en la que podrán participar casi 95 millones de ciudadanos inscritos en la lista nominal, todo ello con un inesperado e indeseable pero inevitable invitado: el coronavirus.

Aquí en Tamaulipas corresponde la elección de los nueve (de 500) diputados federales, los 43 ayuntamientos y las 36 curules del congreso tamaulipeco con la posibilidad en la mayoría de los casos de buscar la reelección, si sus partidos se lo permiten o si no han sido ya reelectos, aunque pueden competir por otros cargos.

Está claro también que los resultados de esta elección marcarán la pauta para la del 2022, en la que se elegirá al sucesor del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Estudios de opinión serios indican que, en Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas, el Movimiento de Regeneración Nacional tiene amplias probabilidades de ganar, sin embargo, el Partido Acción Nacional podría frenar esta tendencia en Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí; y (aunque usted no lo crea) el Partido Revolucionario Institucional será oposición en Campeche, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa y Sonora. También el Movimiento Ciudadano está en la competencia en Nuevo León.

Tamaulipas es una historia diametralmente opuesta, el régimen panista ha impuesto una clara y aplastante tendencia a su favor y Morena no se encuentra a sí mismo y aún no cuenta con la estructura necesaria para dar una pelea seria en los 43 municipios del estado; más aún cuando sus legisladores electos (Senadores y Diputados Federales), no han respondido ni en lo general al estado, ni en lo particular a sus distritos de una serie de promesas de campaña que realizaron para la elección del 2018 y que simplemente no cumplieron, debido al cambio de régimen y al centralismo del gobierno federal.

En otras palabras, si los diputados federales buscaran reelegirse, tendrían muchas menos probabilidades de ganar, ante la clara ausencia de apoyos, de gestión de obras o de iniciativas de ley que hayan favorecido a Tamaulipas; muy por el contrario, los legisladores se han caracterizado por ser simplemente comparsa del presidente y en ello han limitado su trabajo, olvidándose de sus proyectos individuales, de sus compromisos de campaña y de los electores que confiaron en ellos. Justamente una de las grandes cuestiones de la elección del año entrante, será ver si el presidente es capaz de mantener la mayoría en la cámara baja y con ello el control de una gran parte de su proyecto de nación.

Factores como el desempleo, la ausencia de apoyos económicos, la delincuencia, la marcada polarización de la política en el país, entre muchos más, también formarán parte del espectro de esta elección, pero sin duda el inesperado gran factor para esta elección es el coronavirus y su mortal enfermedad, la Covid-19 que ha puesto en jaque al mundo entero y a prueba a todas las gestiones de gobierno, lo que también ha traído una enorme confusión entre el ciudadano de a pie, que desconoce qué hacer ante las evidentes contradicciones de las autoridades, pues mientras la federación va en un sentido, los gobiernos estatales van en uno distinto.

Aquí hay que decirlo con todas sus letras: la gestión de la pandemia por parte del gobierno de Tamaulipas y las acciones tomadas por el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca han sido oportunas, certeras y eficientes, lo que se demuestra fácilmente en la estadística que marca a Tamaulipas como una de las entidades con menos casos positivos y muertes en todo el país, este tipo de factores, será determinante entre los electores que sin duda vigilan las acciones de los diferentes gobiernos y evidentemente actuarán en consecuencia en la jornada electoral del año entrante.

El factor coronavirus cambiará todo, desde la forma en que se realizarán las campañas, en donde no podría haber eventos masivos ni contacto personal entre los candidatos y los electores, hasta la jornada misma en donde tendría que buscarse una fórmula que evite las aglomeraciones y predomine la sana distancia, para evitar los contagios y la propagación del indeseable y mortal invitado.