/ jueves 5 de agosto de 2021

¡Imagínese! | El zopilote estreñido

Corría la administración del entonces alcalde panista de Tampico, Arturo Elizondo Naranjo, cuando llovían las ilusiones, las ideas de cambio, el espíritu de una nueva ciudad, de un nuevo Tampico con un empresario exitoso y visionario al frente de una administración seria, con el claro propósito de impulsar al turismo.

Era tal la vorágine y el entusiasmo por la transformación de la ciudad, que Elizondo, siempre serio (quizás el principal rasgo que le caracteriza), no tardó en parar en seco a los reporteros que lo cuestionábamos por aquel entonces con la lluvia de ideas y proyectos para la ciudad.

Palabras más, palabras menos, el exalcalde nos dijo que su prudencia, obedecía a que no quería padecer lo que llamó el “síndrome del zopilote estreñido”, que planea y planea… pero no obra.

La historia vale, pues el impulso que dio Arturo Elizondo al programa “Mano dura a la basura” y a la reconfiguración del Canal de la Cortadura, trasciende hasta nuestros días y sentó las bases de lo que hoy es solo una pequeña parte de la gran transformación que vive Tampico.

Y la anécdota viene a cuento debido a quienes buscarán a partir de octubre transformar sus municipios en Tamaulipas, marcar una diferencia desde sus curules en los congresos local y federal, además de hacer historia, dejar huella y de paso buscar otras metas e intereses.

Muchos de los alcaldes que entrarán en funciones buscan hacer realidad sus promesas de campaña, en medio de una serie de crisis recurrentes que seguramente no les allanará el camino para lograrlo, pero quizás el mejor ejemplo esté en los diputados locales que, con una nueva mayoría compuesta principalmente por los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional, no hablan de otra cosa que no sea la venganza pura en contra de sus contrincantes políticos, pero no se escucha ninguna de las muchas propuestas que al parecer dejaron olvidadas en algún cajón de sus oficinas de campaña en favor de los tamaulipecos. ¿Y los diputados federales?, ahí la cosa no pinta mejor. Es claro que la nueva composición política en San Lázaro, con una mayoría simple de Morena y la necesidad de hacer acuerdos para lograr más reformas que impulse el presidente, acaparará la atención mucho más de lo que podría hacerlo el lograr atraer recursos para las tantas necesidades que hay en Tamaulipas y si el año pasado no lograron prácticamente nada, pues ojalá que los legisladores federales electos de Tamaulipas, que con tanto ahínco buscan ya las comisiones que les convienen, comiencen a ver la gestión de recursos necesaria para nuestra entidad. Tampico y Madero cuentan con la gran ventaja de tener a dos de los mejores alcaldes del país, los mejor evaluados, ambos reelectos y aunque de partidos distintos, Chucho Nader y Adrián Oseguera buscarán sin duda alguna la candidatura de sus partidos para competir por la gubernatura y en ello les va la obligación de seguir haciendo un buen trabajo al frente de sus segundas administraciones, el resto de los alcaldes del estado, deberán tener cuidado de no contagiarse del “síndrome del zopilote estreñido” y con los pies en la tierra, demostrar que pueden hacer un buen papel.

¿POR QUÉ RECONOCER A ALMA LAURA AMPARÁN?

Hace algunos días, la alcaldesa de Altamira, Alma Laura Amparán Cruz, recibió un reconocimiento por parte de un club social de la zona. Más allá del homenaje, que destaca la labor de la alcaldesa, me llamó la atención el motivo del mismo, descrito como “su gran labor en materia de asistencia social”. Esto es de la mayor relevancia. La gestión de Alma Laura Amparán no podría entenderse sin el sentido social que cada una de sus acciones tuvo en las dos administraciones que ha estado al frente del municipio. Siempre colocando al ciudadano en primer lugar y a sus necesidades prioritarias, sus gestiones se caracterizaron justamente por eso, por un profundo sentido humano que se tradujo en miles y miles de apoyos a quienes más lo necesitan en un municipio con un histórico grado de atraso social. Acciones que tienen que ver con la salud, la alimentación, la atención a grupos vulnerables, sin descuidar la obra y los servicios públicos, ni mucho menos la inversión y algo más importante aún: la generación de empleos permanentes y bien remunerados, cuyas fuentes de empleo no dejaron de generarse en Altamira, a pesar de la pandemia y sus consecuencias. Un buen ejemplo es que la alcaldesa impulsó tras la pandemia un Consejo Consultivo que derivó en acciones que contuvieron los contagios de Covid en Altamira. Bien por el Club Rotario Tampico Norte y su reconocimiento a la alcaldesa, más que merecido.

E-mail: marioagamezh@hotmail.com

Corría la administración del entonces alcalde panista de Tampico, Arturo Elizondo Naranjo, cuando llovían las ilusiones, las ideas de cambio, el espíritu de una nueva ciudad, de un nuevo Tampico con un empresario exitoso y visionario al frente de una administración seria, con el claro propósito de impulsar al turismo.

Era tal la vorágine y el entusiasmo por la transformación de la ciudad, que Elizondo, siempre serio (quizás el principal rasgo que le caracteriza), no tardó en parar en seco a los reporteros que lo cuestionábamos por aquel entonces con la lluvia de ideas y proyectos para la ciudad.

Palabras más, palabras menos, el exalcalde nos dijo que su prudencia, obedecía a que no quería padecer lo que llamó el “síndrome del zopilote estreñido”, que planea y planea… pero no obra.

La historia vale, pues el impulso que dio Arturo Elizondo al programa “Mano dura a la basura” y a la reconfiguración del Canal de la Cortadura, trasciende hasta nuestros días y sentó las bases de lo que hoy es solo una pequeña parte de la gran transformación que vive Tampico.

Y la anécdota viene a cuento debido a quienes buscarán a partir de octubre transformar sus municipios en Tamaulipas, marcar una diferencia desde sus curules en los congresos local y federal, además de hacer historia, dejar huella y de paso buscar otras metas e intereses.

Muchos de los alcaldes que entrarán en funciones buscan hacer realidad sus promesas de campaña, en medio de una serie de crisis recurrentes que seguramente no les allanará el camino para lograrlo, pero quizás el mejor ejemplo esté en los diputados locales que, con una nueva mayoría compuesta principalmente por los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional, no hablan de otra cosa que no sea la venganza pura en contra de sus contrincantes políticos, pero no se escucha ninguna de las muchas propuestas que al parecer dejaron olvidadas en algún cajón de sus oficinas de campaña en favor de los tamaulipecos. ¿Y los diputados federales?, ahí la cosa no pinta mejor. Es claro que la nueva composición política en San Lázaro, con una mayoría simple de Morena y la necesidad de hacer acuerdos para lograr más reformas que impulse el presidente, acaparará la atención mucho más de lo que podría hacerlo el lograr atraer recursos para las tantas necesidades que hay en Tamaulipas y si el año pasado no lograron prácticamente nada, pues ojalá que los legisladores federales electos de Tamaulipas, que con tanto ahínco buscan ya las comisiones que les convienen, comiencen a ver la gestión de recursos necesaria para nuestra entidad. Tampico y Madero cuentan con la gran ventaja de tener a dos de los mejores alcaldes del país, los mejor evaluados, ambos reelectos y aunque de partidos distintos, Chucho Nader y Adrián Oseguera buscarán sin duda alguna la candidatura de sus partidos para competir por la gubernatura y en ello les va la obligación de seguir haciendo un buen trabajo al frente de sus segundas administraciones, el resto de los alcaldes del estado, deberán tener cuidado de no contagiarse del “síndrome del zopilote estreñido” y con los pies en la tierra, demostrar que pueden hacer un buen papel.

¿POR QUÉ RECONOCER A ALMA LAURA AMPARÁN?

Hace algunos días, la alcaldesa de Altamira, Alma Laura Amparán Cruz, recibió un reconocimiento por parte de un club social de la zona. Más allá del homenaje, que destaca la labor de la alcaldesa, me llamó la atención el motivo del mismo, descrito como “su gran labor en materia de asistencia social”. Esto es de la mayor relevancia. La gestión de Alma Laura Amparán no podría entenderse sin el sentido social que cada una de sus acciones tuvo en las dos administraciones que ha estado al frente del municipio. Siempre colocando al ciudadano en primer lugar y a sus necesidades prioritarias, sus gestiones se caracterizaron justamente por eso, por un profundo sentido humano que se tradujo en miles y miles de apoyos a quienes más lo necesitan en un municipio con un histórico grado de atraso social. Acciones que tienen que ver con la salud, la alimentación, la atención a grupos vulnerables, sin descuidar la obra y los servicios públicos, ni mucho menos la inversión y algo más importante aún: la generación de empleos permanentes y bien remunerados, cuyas fuentes de empleo no dejaron de generarse en Altamira, a pesar de la pandemia y sus consecuencias. Un buen ejemplo es que la alcaldesa impulsó tras la pandemia un Consejo Consultivo que derivó en acciones que contuvieron los contagios de Covid en Altamira. Bien por el Club Rotario Tampico Norte y su reconocimiento a la alcaldesa, más que merecido.

E-mail: marioagamezh@hotmail.com