Ninguno de los aspirantes que hoy conocemos a la gubernatura de Tamaulipas, tiene nada seguro, eso es un hecho, pues aún falta que se consolide la cadena de sucesos que derivarán en las candidaturas de lo que parece una inminente guerra de alianzas por el cargo que hoy ostenta Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
En política todo puede suceder, desde que, quien menos lo esperemos se alce con una candidatura primero y un contundente triunfo después (como hemos visto recientemente en otros estados del país), hasta que quien pareciera que ya tiene en el bolsillo no solo la candidatura, sino hasta la gubernatura, se derrumbe estrepitosamente, como también lo hemos podido comprobar a últimas fechas.
Un buen ejemplo podría ser el senador Américo Villarreal Anaya a quien, desde la campaña pasada, el dirigente nacional de Morena Mario Delgado “destapó” como el bueno de ese partido para la elección del año entrante en Tamaulipas, para lo cual incluso dijo en aquel discurso en Sinaloa, lo estaban preparando. Sin embargo, en la última visita de Mario Delgado a Tamaulipas, el viernes pasado para asistir al tercer informe legislativo del diputado federal reelecto Erasmo González Robledo, la historia no fue la misma. Es más, hasta se notó cierta distancia entre Delgado y el senador, y pareciera que otros personajes que también la buscan tuvieron más reflectores y más juego mediático, como el alcalde reelecto de Madero, Adrián Oseguera Kernion, quien logró unificar a una fracción parlamentaria de Morena que ya parecía estar en pie de guerra por la coordinación de la bancada en la próxima Legislatura, el propio Erasmo González, la alcaldesa de Reynosa Maki Ortiz Domínguez, recién expulsada del PAN y también la alcaldesa electa de Nuevo Laredo Carmen Lilia Canturosas tuvieron mención por parte de Mario Delgado. El propio dirigente partidista se encargó de ponerle fecha a la “encuesta” con la que definirán candidato y “defensor de la 4T” en Tamaulipas, en el mes de noviembre, aun cuando es secreto a voces que será finalmente el inquilino de Palacio Nacional quien tenga la última palabra. Y si así andan las cosas en Morena en el PAN no son muy diferentes. Pareciera, eso sí que predominan dos grandes corrientes, quienes respaldan la eventual candidatura de Chucho Nader, por mucho el panista mejor posicionado y con mayor aprobación como alcalde en el país y quienes apuestan al “dedazo” de quien manda en el estado en favor del “Truco” César Verástegui, lo que podría implicar una entrega del estado. Es evidente que los lastres de tantas derrotas electorales le habrían pegado fuerte a Gerardo Peña Flores, quien también está en la terna, pero con escasas posibilidades reales, aunque, como ya dijimos al inicio, todo puede pasar. Lo mejor que podrían hacer los panistas es unirse en torno a una sola figura, apostar por la ya cantada alianza PAN-PRI-PRD y encomendarse a todos los santos para dar una campaña lo suficientemente impactante para competir contra el presidente de la república, más que contra Morena o su abanderado, sea quien sea. Desde la “chiquillada” el Movimiento Ciudadano parece apostar por Arturo Diez Gutiérrez, quien probablemente no gane por sí mismo ni en la cuadra de su casa y en donde sí parece haber ya una jugada muy cantada es en el Partido Verde, que luego de designar a Manuel Muñoz Cano como su dirigente estatal, ya lo van proyectando como su eventual candidato a la gubernatura. Conversé hace algunos días con Manuel Muñoz y con toda claridad me dijo que estarán en las boletas, ya sea que logren madurar su proyecto solos, o consolidar la alianza con quien lleve ventaja al momento del cierre de registros, lo que los podría colocar a los verdes a un pasito de ser aliados de Morena y el PT.
PRIMERO LA PERSONA, DESPUÉS… ¿EL PROYECTO?
Por el sistema como está diseñada nuestra política, primero sabremos quienes son los candidatos y después lo que piensan hacer con el estado. Además de las obviedades como combatir la inseguridad, realizar obras de infraestructura, atención a la salud, educación, atención a grupos vulnerables, etcétera, sería oportuno preguntar a todos estos personajes de nuestra política local ¿para qué quieren gobernar? Y después la que quizás es la pregunta más difícil de responder ¿cómo van a lograr sus objetivos? Si lo que viene a continuación de estas interrogantes es una lluvia de lugares comunes, conceptos anquilosados y los clásicos intereses de grupo, valdría la pena cuestionar bastante nuestro sistema. Usted me dirá ¿y los “independientes”?... bueno, ahí está el caso de Nuevo León y su rotundo fracaso, como fracasaron también los intentos de quienes han querido alcanzar candidaturas independientes en Tamaulipas. Negros nubarrones se avecinan.
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