/ jueves 6 de enero de 2022

¡Imagínese! | La guerra que viene

Con la definición de los candidatos a la gubernatura de Tamaulipas, se viene una cruenta batalla que dejará a muchos damnificados de la política tamaulipeca fuera de combate, pero que volverá a poner en el centro de la discusión pública el tema de la limpieza de los procesos electorales y de que predominen las propuestas sobre la denostación, las soluciones antes que los conflictos y los buenos valores antes que la exposición de trapos al sol, como suele ya ocurrir en cada proceso electoral.

Si bien los actores principales de esta puesta en escena suelen deleitarnos con sus mejores sonrisas, queda claro que en sus “cuartos de guerra” hay estrategas sólo pensando en lo peor, lo que a la postre hemos visto con ataques desde todos los frentes posibles. El primer “destapado” es el precandidato de Morena, PT y Partido Verde, el senador Américo Villarreal Anaya, que si bien tiene un perfil (como dirían las abuelas) “que no rompe un plato”, tan sólo hay que recordar que en la campaña del año pasado los ataques hacia los panistas y hacia el gobierno estatal no vinieron de los candidatos, sino de los tres poderes de la unión: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial que arremetieron en contra del gobernador, perjudicando así a los azules y haciendo ganar la mayoría de los cargos importantes a los guindas en Tamaulipas. El tema del desafuero no parece estar ya en la agenda nacional, en donde más bien prevalecerían los acuerdos a los que AMLO se habría comprometido en Tabasco, aquel encuentro entre el presidente y los mandatarios de casi todo el país. La situación de la fragilidad en el equilibrio del Congreso del Estado será sin duda otro factor a tomar en cuenta. El martes, el “pastor” legislativo Armando Zertuche denunció un acto de intimidación, ya que hombres armados y encapuchados buscaron ingresar por la fuerza a sus oficinas en Reynosa “la intención de infundir temor a nuestros miembros de Morena en pleno proceso electoral no les va a funcionar”, escribió el legislador, a lo que el senador Américo Villarreal respondió a través de sus redes reprobando los hechos, exigiendo una investigación para dar con los responsables y solidarizándose con el diputado quien dijo “ha mantenido una actitud valiente en defensa de los ciudadanos”. En Morena también deben estar evaluando el daño que en algún momento podría hacer a su campaña el llamado “Caso Carmona” que sin duda dará mucho de qué hablar, por las evidentes relaciones que salieron a relucir entre el empresario asesinado en Nuevo león y los del partido del presidente. ¿Y Maki Ortiz? la exalcaldesa de Reynosa difícilmente se quedará con los brazos cruzados luego de quedar fuera del proceso interno de Morena. Quizás esté en la agenda del senador Américo Villarreal intentar la “operación cicatriz” con la también doctora, así como lo hizo el martes con el “súper” delegado de los programas federales en el estado, Rodolfo González Valderrama, con quien charló largo y tendido, para luego grabar un video juntos, en el que apuestan por la unidad al interior de Morena. Para otros, Maki podría regresar al redil panista, si se adhiere con todo y su jugoso capital político al proyecto de “El Truco”. Pronto lo sabremos. Por el lado de los panistas, está más que claro que César Augusto Verástegui Ostos se ha caracterizado por ser un conciliador desde su encargo como secretario general de gobierno, pero también se le conoce una amplia mano izquierda, con la que ha operado en conflictos diversos en lo que va de la administración estatal, un patrón que podría verse en la campaña de ser necesario. Otro de los actores que ya va pintando su raya, es el precandidato de Movimiento Ciudadano, Arturo Diez Gutiérrez, que si bien no es un genio, ni mucho menos, sí juega con el partido naranja a ser el tercero en discordia, con ataques a los dos grandes bandos en disputa, con frases como las que ha venido repitiendo a quien lo quiera escuchar: “Merecemos un gobierno de diez y no uno de cuarta” o la que ahora dice en su precampaña: “Sé administrar bien los recursos y quiero que la riqueza de nuestro estado se quede en manos de la gente”. Para Diez, su oportunidad está en el hartazgo de la polarización o que los ataques entre las dos grandes coaliciones le abran una brecha como ocurrió en Nuevo León el año pasado. Los mejores deseos que todos se reparten al inicio del nuevo año, podrían compartirse entre los políticos de que sea una campaña de altura, de propuestas, de ideas, de soluciones a los grandes problemas de Tamaulipas y del cómo hacer realidad estos proyectos, antes que los ataques y la guerra de lodo que, por desgracia, seguramente veremos en los próximos meses.

E-mail:

marioagamezh@hotmail.com

Camilo José Cela

Escritor español

La Historia nos enseña dos cosas: que jamás los poderosos coincidieron con los mejores, y que jamás la política fue tejida por los políticos”

Con la definición de los candidatos a la gubernatura de Tamaulipas, se viene una cruenta batalla que dejará a muchos damnificados de la política tamaulipeca fuera de combate, pero que volverá a poner en el centro de la discusión pública el tema de la limpieza de los procesos electorales y de que predominen las propuestas sobre la denostación, las soluciones antes que los conflictos y los buenos valores antes que la exposición de trapos al sol, como suele ya ocurrir en cada proceso electoral.

Si bien los actores principales de esta puesta en escena suelen deleitarnos con sus mejores sonrisas, queda claro que en sus “cuartos de guerra” hay estrategas sólo pensando en lo peor, lo que a la postre hemos visto con ataques desde todos los frentes posibles. El primer “destapado” es el precandidato de Morena, PT y Partido Verde, el senador Américo Villarreal Anaya, que si bien tiene un perfil (como dirían las abuelas) “que no rompe un plato”, tan sólo hay que recordar que en la campaña del año pasado los ataques hacia los panistas y hacia el gobierno estatal no vinieron de los candidatos, sino de los tres poderes de la unión: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial que arremetieron en contra del gobernador, perjudicando así a los azules y haciendo ganar la mayoría de los cargos importantes a los guindas en Tamaulipas. El tema del desafuero no parece estar ya en la agenda nacional, en donde más bien prevalecerían los acuerdos a los que AMLO se habría comprometido en Tabasco, aquel encuentro entre el presidente y los mandatarios de casi todo el país. La situación de la fragilidad en el equilibrio del Congreso del Estado será sin duda otro factor a tomar en cuenta. El martes, el “pastor” legislativo Armando Zertuche denunció un acto de intimidación, ya que hombres armados y encapuchados buscaron ingresar por la fuerza a sus oficinas en Reynosa “la intención de infundir temor a nuestros miembros de Morena en pleno proceso electoral no les va a funcionar”, escribió el legislador, a lo que el senador Américo Villarreal respondió a través de sus redes reprobando los hechos, exigiendo una investigación para dar con los responsables y solidarizándose con el diputado quien dijo “ha mantenido una actitud valiente en defensa de los ciudadanos”. En Morena también deben estar evaluando el daño que en algún momento podría hacer a su campaña el llamado “Caso Carmona” que sin duda dará mucho de qué hablar, por las evidentes relaciones que salieron a relucir entre el empresario asesinado en Nuevo león y los del partido del presidente. ¿Y Maki Ortiz? la exalcaldesa de Reynosa difícilmente se quedará con los brazos cruzados luego de quedar fuera del proceso interno de Morena. Quizás esté en la agenda del senador Américo Villarreal intentar la “operación cicatriz” con la también doctora, así como lo hizo el martes con el “súper” delegado de los programas federales en el estado, Rodolfo González Valderrama, con quien charló largo y tendido, para luego grabar un video juntos, en el que apuestan por la unidad al interior de Morena. Para otros, Maki podría regresar al redil panista, si se adhiere con todo y su jugoso capital político al proyecto de “El Truco”. Pronto lo sabremos. Por el lado de los panistas, está más que claro que César Augusto Verástegui Ostos se ha caracterizado por ser un conciliador desde su encargo como secretario general de gobierno, pero también se le conoce una amplia mano izquierda, con la que ha operado en conflictos diversos en lo que va de la administración estatal, un patrón que podría verse en la campaña de ser necesario. Otro de los actores que ya va pintando su raya, es el precandidato de Movimiento Ciudadano, Arturo Diez Gutiérrez, que si bien no es un genio, ni mucho menos, sí juega con el partido naranja a ser el tercero en discordia, con ataques a los dos grandes bandos en disputa, con frases como las que ha venido repitiendo a quien lo quiera escuchar: “Merecemos un gobierno de diez y no uno de cuarta” o la que ahora dice en su precampaña: “Sé administrar bien los recursos y quiero que la riqueza de nuestro estado se quede en manos de la gente”. Para Diez, su oportunidad está en el hartazgo de la polarización o que los ataques entre las dos grandes coaliciones le abran una brecha como ocurrió en Nuevo León el año pasado. Los mejores deseos que todos se reparten al inicio del nuevo año, podrían compartirse entre los políticos de que sea una campaña de altura, de propuestas, de ideas, de soluciones a los grandes problemas de Tamaulipas y del cómo hacer realidad estos proyectos, antes que los ataques y la guerra de lodo que, por desgracia, seguramente veremos en los próximos meses.

E-mail:

marioagamezh@hotmail.com

Camilo José Cela

Escritor español

La Historia nos enseña dos cosas: que jamás los poderosos coincidieron con los mejores, y que jamás la política fue tejida por los políticos”