Históricamente los agentes de tránsito y vialidad de los tres municipios de la zona conurbada han representado un serio dolor de cabeza para los alcaldes en turno y a lo largo de las últimas décadas han sido señalados por corrupción, extorsiones, abusos de autoridad y otros señalamientos que apuntarían hacia una eventual colusión con criminales.
En su primera administración como alcalde de Tampico, Fernando Azcárraga López creó el Grupo Especial Motorizado, comprando motocicletas como patrullas y capacitando a jóvenes que, en su momento lograron disminuir los accidentes viales que cada día aumentaban en la ciudad. Desde entonces fueron cada vez más comunes los agentes de tránsito en motocicletas y durante la época más violenta en la zona, todas las delegaciones de tránsito tuvieron que pasar por pruebas de confianza.
Lamentablemente estos agentes poco a poco se fueron corrompiendo y hasta hace algunos años, Altamira era ya un referente nacional por el cobro de cuotas que aplicaban los malos elementos a prácticamente todos los extranjeros que circulaban por sus carreteras y la ciudad. Ni qué decir de la grave corrupción de los pocos, pero muy bravos agentes de tránsito de Ciudad Madero, que tomaban los accesos a la playa de Miramar como “casetas de peaje” para materialmente “cazar” a conductores que, evidentemente, habían bebido alcohol.
Los casos de corrupción de estos malos elementos maderenses llegaron incluso a los medios nacionales, dejando en vergüenza a las autoridades en turno que muy poco pudieron hacer al respecto en su momento. En estos casos en donde se nota el trabajo conurbado de las autoridades municipales que, más allá del discurso y la demagogia, alcanzan logros muy importantes.
Ese es el caso del presidente municipal de Altamira, Armando Martínez Manríquez, quien metió la escoba y barrió con los malos elementos en tránsito que pasó de ser ejemplo de corrupción a ser un ejemplo de honestidad y servicio. Hoy Tránsito Altamira no comete más abusos, ni hay serias denuncias ante la Contraloría contra sus elementos.
Por ejemplo, durante la crisis hídrica, fue posible ver a los agentes de tránsito cargar sus patrullas con bidones de agua que distribuyeron noche y día en diferentes sectores de la ciudad. Ayer mismo el alcalde Martínez Manríquez anunció la instalación de cámaras personales en todos los agentes de tránsito que estarán permanentemente vigilando con audio y video sus acciones y además enlazadas en directo con el C4 para evitar cualquier abuso o caso de corrupción.
En el caso de Ciudad Madero, el alcalde Erasmo González Robledo ha anunciado la recomposición de la delegación de tránsito, para evitar esos señalamientos y abusos, además de la adquisición de cámaras de vigilancia en sitios estratégicos, como la playa de Miramar, en donde además se reforzará el alumbrado público.
En Tampico, la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya tuvo el sábado pasado un encuentro cara a cara con todos los elementos de la Delegación de Tránsito a quienes comprometió a atender a la ciudadanía garantizando la seguridad vial y a mejorar la movilidad en las calles de la ciudad.
Tema aparte, pero relacionado, es el de una nueva corporación, la de “Tránsito Estatal” que, en teoría, al menos en lo que a la ley respecta, sólo debería ceñirse al ámbito de las carreteras del estado, pero que en la práctica de los hechos cotidianos está presentes en todas partes. En general el panorama pinta bien para que realmente se aplique la ley y se cumpla con los reglamentos establecidos y dejen de abusar de los ciudadanos, cuidando su seguridad en la vialidad y en nuestras calles.
En especial en esta época en que se ha disparado exponencialmente el número de motociclistas y con ello los accidentes cada vez más graves y cotidianos. Es el momento para que el “Pacto del Sur” de los alcaldes se note en todas nuestras calles con elementos de tránsito honorables y verdadero espíritu de servicio.
RECUPERAR CONFIANZA Y DAR SEGURIDAD: AMÉRICO
Tiene razón el gobernador Américo Villarreal Anaya cuando habla de que la seguridad inicia por recuperar la confianza de los ciudadanos en sus autoridades y poner fin a la estigmatización que ha pesado sobre el estado durante años. Así lo dijo en San Fernando, en donde inauguró un complejo de seguridad: “Estamos avanzando hacia una nueva etapa de prosperidad para Tamaulipas, donde la seguridad sea la base para el desarrollo y bienestar de todos”, señaló el Gobernador, destacando el plan integral para garantizar que la paz y la estabilidad sean una realidad duradera en el estado. Con pasos firmes como este, Tamaulipas está en camino de consolidarse como un estado seguro, próspero y con oportunidades para todos.
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