/ jueves 23 de julio de 2020

¡Imagínese! | Van por el hueso

Con el caldero político a punto de ebullición, poco a poco los grillos del estado comienzan sus movimientos de cara al proceso electoral del próximo año y más importante aún, cuando esté en juego la sucesión estatal, los interesados buscan amarres, se dejan ver y hasta trabajan en contra de quienes consideran les pueden estorbar en el camino hacia una eventual candidatura y el objetivo final: un jugoso hueso con cargo al erario.

Vamos por partidos, en el PRI ya hay abiertamente un pleito que va en ascenso entre dos figuras clave, el actual dirigente Edgardo Melhem Salinas y el exdirigente estatal y expresidente del Congreso Ramiro Ramos Salinas, quienes hace unos días protagonizaron un pancho en un medio digital de la capital del estado, que adelantó vísperas manejando cuatro perfiles de priístas como posibles aspirantes a la gubernatura, incluyendo además de éstos a Enrique Cárdenas del Avellano y a Baltazar Hinojosa Ochoa (no sé a quién se le ocurrió). El resultado fue que notoriamente Melhem y Ramos movilizaron a sus contactos para favorecerse en las “votaciones”, alcanzando casi 300 votos cada uno, dejando vergonzosamente a Cárdenas y Baltazar con menos de 20 votos. Además de lo criticable que resulta que Melhem sea juez y parte al buscar la sucesión, Ramos confirmó abiertamente en entrevistas que buscará la gubernatura, lo que evidentemente, al menos en este momento, pareciera inalcanzable para cualquiera que lleve la devaluada marca tricolor.

Pero en el PAN también se cuecen habas y acá la disputa es abierta en redes sociales, en donde las zancadillas por debajo de la mesa están a la orden del día. Como si se fueran a tomar decisiones trascendentales en estos medios, algunos panistas han optado por desacreditar a sus propios compañeros, a fin de desgastarlos, de crearles mala imagen o simplemente con el afán de molestarlos para irles causando ruido. Es el caso de los dos diputados locales de Altamira, Karla Mar y Miguel Gómez Orta, a quienes hicieron memes en los que los ubicaban como ya “apuntados” para una eventual reelección de sus cargos, o incluso al secretario de Bienestar Social, Alfredo Polanco, a quien pusieron como candidato a una regiduría, todo ello falso, por supuesto, pues los tres son aspirantes a la alcaldía de ese municipio por Acción Nacional. Otro muy claro ejemplo está en el PAN de Madero, en donde está muy claro que el aspirante natural a la alcaldía es el director estatal del Conalep y empresario educativo, Agustín de la Huerta Mejía, quien ha sido muy claro en ponerse a disposición de su partido para recuperar la presidencia municipal, pero siempre guardando la institucionalidad, mientras que por otro lado, a leguas se ve un claro respaldo desde la capital del estado para el actual titular del Instituto del Deporte de Tamaulipas, Carlos Fernández Altamirano, quien no para de buscar amarres al interior y al exterior de su partido. Manos traviesas ya han creado algunas páginas en redes en las que “respaldan” a Guty de la Huerta, pero denostando a otros aspirantes, a lo que el propio Guty ha respondido con firmeza que no tiene voceros, que es respetuoso de las decisiones de su partido y que no se confrontará con nadie.

Y si en el PRI y en el PAN hay raspones, en el Movimiento de Regeneración Nacional existe desde siempre una batalla intestina que lejos de llegar a algún consenso o de ver hacia el futuro con la creación de cuadros y estructura competente, se la viven en peleas estériles a todos sus niveles y prácticamente en todos lados, con sólo una excepción. La izquierda tamaulipeca tiene serios problemas para dar cuentas claras por parte de sus representantes populares, llámese senadores, diputados federales, legisladores locales y algunos alcaldes, ya no se diga los suspirantes a la sucesión estatal. Los legisladores federales no han dado pie con bola para bajar recursos para su tierra y mucho menos han logrado una presencia importante en la entidad, los legisladores locales (confrontados además entre sí) tampoco han sido capaces de ofrecer algún beneficio y ni qué decir de algunos munícipes. La excepción es el presidente municipal de Ciudad Madero, Adrián Oseguera Kernion, ubicado como el segundo mejor alcalde del país, haciendo un gran trabajo prácticamente sin recursos, el alcalde más asertivo en esta pandemia. En ese sentido, tanto el morenista Adrián Oseguera como el panista de Tampico, Chucho Nader, primer lugar en la referida lista, comparten a malquerientes en las redes sociales que los atacan con bulos, memes y noticias falsas, que muy poco merman en la credibilidad de su buen trabajo. Del Movimiento Ciudadano y de Gustavo Cárdenas, quien aparece cada que hay alguna elección, ya mejor ni hablamos.

Con el caldero político a punto de ebullición, poco a poco los grillos del estado comienzan sus movimientos de cara al proceso electoral del próximo año y más importante aún, cuando esté en juego la sucesión estatal, los interesados buscan amarres, se dejan ver y hasta trabajan en contra de quienes consideran les pueden estorbar en el camino hacia una eventual candidatura y el objetivo final: un jugoso hueso con cargo al erario.

Vamos por partidos, en el PRI ya hay abiertamente un pleito que va en ascenso entre dos figuras clave, el actual dirigente Edgardo Melhem Salinas y el exdirigente estatal y expresidente del Congreso Ramiro Ramos Salinas, quienes hace unos días protagonizaron un pancho en un medio digital de la capital del estado, que adelantó vísperas manejando cuatro perfiles de priístas como posibles aspirantes a la gubernatura, incluyendo además de éstos a Enrique Cárdenas del Avellano y a Baltazar Hinojosa Ochoa (no sé a quién se le ocurrió). El resultado fue que notoriamente Melhem y Ramos movilizaron a sus contactos para favorecerse en las “votaciones”, alcanzando casi 300 votos cada uno, dejando vergonzosamente a Cárdenas y Baltazar con menos de 20 votos. Además de lo criticable que resulta que Melhem sea juez y parte al buscar la sucesión, Ramos confirmó abiertamente en entrevistas que buscará la gubernatura, lo que evidentemente, al menos en este momento, pareciera inalcanzable para cualquiera que lleve la devaluada marca tricolor.

Pero en el PAN también se cuecen habas y acá la disputa es abierta en redes sociales, en donde las zancadillas por debajo de la mesa están a la orden del día. Como si se fueran a tomar decisiones trascendentales en estos medios, algunos panistas han optado por desacreditar a sus propios compañeros, a fin de desgastarlos, de crearles mala imagen o simplemente con el afán de molestarlos para irles causando ruido. Es el caso de los dos diputados locales de Altamira, Karla Mar y Miguel Gómez Orta, a quienes hicieron memes en los que los ubicaban como ya “apuntados” para una eventual reelección de sus cargos, o incluso al secretario de Bienestar Social, Alfredo Polanco, a quien pusieron como candidato a una regiduría, todo ello falso, por supuesto, pues los tres son aspirantes a la alcaldía de ese municipio por Acción Nacional. Otro muy claro ejemplo está en el PAN de Madero, en donde está muy claro que el aspirante natural a la alcaldía es el director estatal del Conalep y empresario educativo, Agustín de la Huerta Mejía, quien ha sido muy claro en ponerse a disposición de su partido para recuperar la presidencia municipal, pero siempre guardando la institucionalidad, mientras que por otro lado, a leguas se ve un claro respaldo desde la capital del estado para el actual titular del Instituto del Deporte de Tamaulipas, Carlos Fernández Altamirano, quien no para de buscar amarres al interior y al exterior de su partido. Manos traviesas ya han creado algunas páginas en redes en las que “respaldan” a Guty de la Huerta, pero denostando a otros aspirantes, a lo que el propio Guty ha respondido con firmeza que no tiene voceros, que es respetuoso de las decisiones de su partido y que no se confrontará con nadie.

Y si en el PRI y en el PAN hay raspones, en el Movimiento de Regeneración Nacional existe desde siempre una batalla intestina que lejos de llegar a algún consenso o de ver hacia el futuro con la creación de cuadros y estructura competente, se la viven en peleas estériles a todos sus niveles y prácticamente en todos lados, con sólo una excepción. La izquierda tamaulipeca tiene serios problemas para dar cuentas claras por parte de sus representantes populares, llámese senadores, diputados federales, legisladores locales y algunos alcaldes, ya no se diga los suspirantes a la sucesión estatal. Los legisladores federales no han dado pie con bola para bajar recursos para su tierra y mucho menos han logrado una presencia importante en la entidad, los legisladores locales (confrontados además entre sí) tampoco han sido capaces de ofrecer algún beneficio y ni qué decir de algunos munícipes. La excepción es el presidente municipal de Ciudad Madero, Adrián Oseguera Kernion, ubicado como el segundo mejor alcalde del país, haciendo un gran trabajo prácticamente sin recursos, el alcalde más asertivo en esta pandemia. En ese sentido, tanto el morenista Adrián Oseguera como el panista de Tampico, Chucho Nader, primer lugar en la referida lista, comparten a malquerientes en las redes sociales que los atacan con bulos, memes y noticias falsas, que muy poco merman en la credibilidad de su buen trabajo. Del Movimiento Ciudadano y de Gustavo Cárdenas, quien aparece cada que hay alguna elección, ya mejor ni hablamos.