/ viernes 1 de febrero de 2019

Intriga en Viena

Hace varios años se reportó el hallazgo de más de cien mil dólares tirados en el río Danubio.

El origen de las pesquisas de la policía de Viena, Austria, fue lavado de dinero, no porque los billetes estuvieran mojados, sino porque encontrar un maletin repleto de dinero es un hecho inusual, aun tratándose de la tierra del rey del vals, Johann Strauss II.

Las leyes de Austria ordenan que si no encuentran al dueño del dinero “perdido”, este pasa a ser del descubridor, o sea, de la persona que decididamente se lanzo al agua para hacerse del “billete verde”, pese a lo gélido del clima.

El que las autoridades de Viena dijeran que el efectivo retenido es “más de cien mil dólares”, insinúa una cantidad mayor. ¿Cuánto? ¿ Doscientos mil dolarucos, trescientos mil… aún más? El sujeto que rescató “la lana” y decentemente la entregó a la policía, seguramente se convirtió en nuevo rico. Pero, ¿es tan sencillo? No tanto como pudiera creerse. Miles de dólares cualquiera los extraña. Además, cabe la posibilidad de que alguien o algunos estén todavía empeñados en recuperar los billetes en cuestión.

De aquí en adelante, amable lector, esta historia puede ser escrita según lo imagine cada quien. Y la moraleja de esta novela de detectives es que existe plata que quema las manos y da serios problemas. Finalmente, para no echar la sal a este posible libro del género policial situado en la plácida, tranquila y alejada Viena, dejemos la conclusión en el misterio.

NOTA DEL DÍA -- Los gobiernos de gran parte del mundo sucumbieron a la fiebre privatizadora que trajo la doctrina del neoliberalismo económico, unos, al creer que allí podían hallar la solución para sus graves problemas de índole económico financiero, y otros, al mirarse frente a la oportunidad dorada de enriquecerse fácilmente y sumar varios ceros a la derecha en sus cuentas personales. En obediencia al mandato del Nuevo Orden Mundial (NOM), México puso en venta empresas y bienes públicos en los mercados internacionales, entre ellos Pemex, con la promesa de que con esos miles de millones de dólares obtenidos por la enajenación de capital social producto de años de sudor y trabajo de todos los mexicanos, a veces hasta llegar al máximo sacrificio, se integraría un Fondo de Contingencia, reitero, formado con recursos económicos por concepto de la venta de empresas del gobierno. ¿Cuál fue el destino y manejo de este Fondo de Contingencia? Es un misterio; pero algo está claro, con los reclamos de la población para vivir en una cultura de transparencia que ahora existen, difícilmente ese tipo de operaciones de que le comento se habrían llevado a cabo.

Hace varios años se reportó el hallazgo de más de cien mil dólares tirados en el río Danubio.

El origen de las pesquisas de la policía de Viena, Austria, fue lavado de dinero, no porque los billetes estuvieran mojados, sino porque encontrar un maletin repleto de dinero es un hecho inusual, aun tratándose de la tierra del rey del vals, Johann Strauss II.

Las leyes de Austria ordenan que si no encuentran al dueño del dinero “perdido”, este pasa a ser del descubridor, o sea, de la persona que decididamente se lanzo al agua para hacerse del “billete verde”, pese a lo gélido del clima.

El que las autoridades de Viena dijeran que el efectivo retenido es “más de cien mil dólares”, insinúa una cantidad mayor. ¿Cuánto? ¿ Doscientos mil dolarucos, trescientos mil… aún más? El sujeto que rescató “la lana” y decentemente la entregó a la policía, seguramente se convirtió en nuevo rico. Pero, ¿es tan sencillo? No tanto como pudiera creerse. Miles de dólares cualquiera los extraña. Además, cabe la posibilidad de que alguien o algunos estén todavía empeñados en recuperar los billetes en cuestión.

De aquí en adelante, amable lector, esta historia puede ser escrita según lo imagine cada quien. Y la moraleja de esta novela de detectives es que existe plata que quema las manos y da serios problemas. Finalmente, para no echar la sal a este posible libro del género policial situado en la plácida, tranquila y alejada Viena, dejemos la conclusión en el misterio.

NOTA DEL DÍA -- Los gobiernos de gran parte del mundo sucumbieron a la fiebre privatizadora que trajo la doctrina del neoliberalismo económico, unos, al creer que allí podían hallar la solución para sus graves problemas de índole económico financiero, y otros, al mirarse frente a la oportunidad dorada de enriquecerse fácilmente y sumar varios ceros a la derecha en sus cuentas personales. En obediencia al mandato del Nuevo Orden Mundial (NOM), México puso en venta empresas y bienes públicos en los mercados internacionales, entre ellos Pemex, con la promesa de que con esos miles de millones de dólares obtenidos por la enajenación de capital social producto de años de sudor y trabajo de todos los mexicanos, a veces hasta llegar al máximo sacrificio, se integraría un Fondo de Contingencia, reitero, formado con recursos económicos por concepto de la venta de empresas del gobierno. ¿Cuál fue el destino y manejo de este Fondo de Contingencia? Es un misterio; pero algo está claro, con los reclamos de la población para vivir en una cultura de transparencia que ahora existen, difícilmente ese tipo de operaciones de que le comento se habrían llevado a cabo.