/ domingo 14 de junio de 2020

Iridiscencias | Haiku

El arte japonés refleja de manera persistente, la veneración que tienen los japoneses para con la naturaleza. Quién no se ha visto maravillado —ya sea por medio de fotografías, pinturas, películas, etc.—, por la hermosura de sus jardines; por sus amplios y bellos paisajes; por el colorido de sus parques, o por sus amplias avenidas adornadas con cerezos en flor, que el caer de sus pétalos, nos hace figurar una cascada de hermosa tonalidad—sakurafubuki—, y que tanto nos admiran y llaman nuestra atención.

En la literatura japonesa encontramos un género en su poesía llamado “haiku” o “haikú”. En este tipo de poesía suele hacerse alusión preferentemente a la naturaleza —en el tradicional es uno de sus requisitos—, pero también pudiera relacionarse con diferentes momentos o aspectos de la vida cotidiana. En ocasiones, también suele ser inspiración en alguna persona u objeto de manera específica. En “haiku” tradicional se debe relacionar las diferentes estaciones del año de manera directa (Kigo), o hacer referencia a detalles o acontecimientos propios de cada temporada (Kigo indirecto): nieve en la montañas (invierno), o verdes de los campos (primavera), flores de los cerezos (primavera), calor (verano), etc.

En este tipo de poesía, el poeta trata de trasmitir en un muy reducido número de palabras, las sensaciones o estímulos que los sentidos sensoriales pudieran captar, para reflejarlos en la brevedad de un poema, pero con la fuerza suficiente para provocar en sus leyentes la misma sensación que le mueve al poeta.

La métrica del “haiku” se forma con la combinación de tres versos de cinco y siete sílabas (moras); esto es, un “tercetillo” en donde los versos contienen 5, 7 y 5 sílabas (moras), que dista desde el siglo VIII con el nombre de “katauta”.

Por la brevedad del “haiku” hay quien lo describe como “un suspiro escrito”.

En la actualidad, algunos escritores han modificado ligeramente la métrica original así como el hacer referencias a otros temas, e inclusive, agregando versos de más.

La misma brevedad del “haiku” requiere la utilización de imágenes o descripciones muy concretas, pero imágenes o descripciones con la suficiente fuerza que hagan provocar en el leyente la sensación que se pretende despertar.

El segundo o tercer verso del “haiku”, debe resumir en pocas palabras y manera sorpresiva, el contenido del mensaje deseado (Kireji). Debe involucrar una imagen que sorprenda al lector y le haga reflexionar sobre el contenido del primer o segundo verso, —según sea el caso—, y lo relacione con la imagen inicial del primer o segundo verso.

El tiempo en que se escribe el“haiku” es en tiempo “presente”, utilizando un lenguaje sencillo y natural, sin rebuscamientos ni frases complicadas que pudieran mermar las sensaciones que precisamente se pretende trasmitir. La naturalidad y sencillez en su lenguaje le es imprescindible, aunque, eso sí, la elaboración del “haiku”, no es nada fácil, ni tan sencillo, ya que, la profundidad de su mensaje —en tan reducido espacio—, lo hace tan característico.

“Un poema japonés dice con muy pocos elementos algo que tiene una gran intensidad. Esto me interesó mucho porque va precisamente en contra de la tradición latina, especialmente la española, que se complace en la ampliación. La poesía japonesa es una lección de economía”. Octavio Paz.

He aquí algunos ejemplos de “haikus”:

“Noche sin luna.

La tempestad estruja

los viejos cedros”.

Matsuo Basho (1644-1694)

“Hecho de aire

entre pinos y rocas

brota el poema”.

Octavio Paz (1914-1998)

¡Brillo en el cielo!

algodones bermejos.

Noche en espera.

Arturo Meza

Nótese la métrica del primer “haiku” de Matsuo Bashoo (5-7-5). En el segundo y tercer poema, se debe tomar en cuenta la figura de la “sinalefa”, en donde se agrupa en una sola sílaba, la última sílaba de una palabra que termina en vocal con la palabra siguiente que comienza en vocal o “h”, por lo que en el verso se reduce el número de sílabas que lo componen; ajustando así la métrica del poema.

“Haiku es simplemente lo que

está sucediendo en este lugar,

en este momento”.

Matsuo Basho.

El arte japonés refleja de manera persistente, la veneración que tienen los japoneses para con la naturaleza. Quién no se ha visto maravillado —ya sea por medio de fotografías, pinturas, películas, etc.—, por la hermosura de sus jardines; por sus amplios y bellos paisajes; por el colorido de sus parques, o por sus amplias avenidas adornadas con cerezos en flor, que el caer de sus pétalos, nos hace figurar una cascada de hermosa tonalidad—sakurafubuki—, y que tanto nos admiran y llaman nuestra atención.

En la literatura japonesa encontramos un género en su poesía llamado “haiku” o “haikú”. En este tipo de poesía suele hacerse alusión preferentemente a la naturaleza —en el tradicional es uno de sus requisitos—, pero también pudiera relacionarse con diferentes momentos o aspectos de la vida cotidiana. En ocasiones, también suele ser inspiración en alguna persona u objeto de manera específica. En “haiku” tradicional se debe relacionar las diferentes estaciones del año de manera directa (Kigo), o hacer referencia a detalles o acontecimientos propios de cada temporada (Kigo indirecto): nieve en la montañas (invierno), o verdes de los campos (primavera), flores de los cerezos (primavera), calor (verano), etc.

En este tipo de poesía, el poeta trata de trasmitir en un muy reducido número de palabras, las sensaciones o estímulos que los sentidos sensoriales pudieran captar, para reflejarlos en la brevedad de un poema, pero con la fuerza suficiente para provocar en sus leyentes la misma sensación que le mueve al poeta.

La métrica del “haiku” se forma con la combinación de tres versos de cinco y siete sílabas (moras); esto es, un “tercetillo” en donde los versos contienen 5, 7 y 5 sílabas (moras), que dista desde el siglo VIII con el nombre de “katauta”.

Por la brevedad del “haiku” hay quien lo describe como “un suspiro escrito”.

En la actualidad, algunos escritores han modificado ligeramente la métrica original así como el hacer referencias a otros temas, e inclusive, agregando versos de más.

La misma brevedad del “haiku” requiere la utilización de imágenes o descripciones muy concretas, pero imágenes o descripciones con la suficiente fuerza que hagan provocar en el leyente la sensación que se pretende despertar.

El segundo o tercer verso del “haiku”, debe resumir en pocas palabras y manera sorpresiva, el contenido del mensaje deseado (Kireji). Debe involucrar una imagen que sorprenda al lector y le haga reflexionar sobre el contenido del primer o segundo verso, —según sea el caso—, y lo relacione con la imagen inicial del primer o segundo verso.

El tiempo en que se escribe el“haiku” es en tiempo “presente”, utilizando un lenguaje sencillo y natural, sin rebuscamientos ni frases complicadas que pudieran mermar las sensaciones que precisamente se pretende trasmitir. La naturalidad y sencillez en su lenguaje le es imprescindible, aunque, eso sí, la elaboración del “haiku”, no es nada fácil, ni tan sencillo, ya que, la profundidad de su mensaje —en tan reducido espacio—, lo hace tan característico.

“Un poema japonés dice con muy pocos elementos algo que tiene una gran intensidad. Esto me interesó mucho porque va precisamente en contra de la tradición latina, especialmente la española, que se complace en la ampliación. La poesía japonesa es una lección de economía”. Octavio Paz.

He aquí algunos ejemplos de “haikus”:

“Noche sin luna.

La tempestad estruja

los viejos cedros”.

Matsuo Basho (1644-1694)

“Hecho de aire

entre pinos y rocas

brota el poema”.

Octavio Paz (1914-1998)

¡Brillo en el cielo!

algodones bermejos.

Noche en espera.

Arturo Meza

Nótese la métrica del primer “haiku” de Matsuo Bashoo (5-7-5). En el segundo y tercer poema, se debe tomar en cuenta la figura de la “sinalefa”, en donde se agrupa en una sola sílaba, la última sílaba de una palabra que termina en vocal con la palabra siguiente que comienza en vocal o “h”, por lo que en el verso se reduce el número de sílabas que lo componen; ajustando así la métrica del poema.

“Haiku es simplemente lo que

está sucediendo en este lugar,

en este momento”.

Matsuo Basho.