/ domingo 12 de julio de 2020

Iridiscencias | Nahi Olin

La más bella niña de nuestro lugar hoy viuda y sola y ayer por casar… Luis de Góngora

El mundo del arte y la cultura en nuestro país no se puede concebir sin la aportación de la mujer mexicana. Mujeres que, en el pasado, lucharon a contracorriente en una sociedad preponderantemente machista; tiempos en que se le daba muy poco espacio al reconocimiento a sus expresiones artísticas, culturales y políticas. Se les advertía, acaso, por sus aportaciones mesiánicas destinadas al fomento de la cultura y el arte. Quizás, fuera de Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo y Rosario Castellanos, pocas son las mujeres mexicanas del mundo artístico-cultural, que sean lo suficientemente conocidas como protagonistas importantes en nuestro acervo cultural.

En esta ocasión, este espacio de Iridiscencias va al encuentro de una gran precursora del arte, quien fuera pintora, poetisa, modelo y de las primeras activistas del feminismo en México. Su belleza extraordinaria sirvió de inspiración a renombrados pintores de la época: María del Carmen Mondragón Valseca.

María del Carmen Mondragón Valseca (1893-1978), hija del general porfirista Manuel Mondragón y de Mercedes Valseca, nació en Tacubaya, México -hay quienes aseguran que nació en Veracruz-, en el seno de una acaudalada familia; familia cobijada bajo el régimen porfirista en donde el padre, general Mondragón, fuera pieza importante en la milicia de don Porfirio Díaz.

El general Mondragón (1859-1955) fue artillero egresado del Colegio Militar (1880), y fue él quien diseñó, entro otro tipo de artillería, el fusil autorrecargable de repetición, al que se le dio por nombre “fusil Mondragón”. El gobierno francés le otorgó la Orden Nacional de la Legión de Honor, la más conocida e importante de las distinciones que otorga dicho gobierno. Fue el mismo general Mondragón quien comandó inicialmente al grupo que pretendía derrocar al gobierno de don Francisco I, Madero. El general Bernardo Reyes participó también en la rebelión, y después de haber sido liberado por el general Mondragón junto con Félix Díaz, murió en este trágico asalto a la Ciudadela, conocida como la Decena Trágica (1913).

Cuando María del Carmen contaba con apenas cuatro años de edad, su padre, que encabezaba la comisión enviada por el gobierno mexicano a París para tratar asuntos militares, se trasladó con toda la familia a dicha ciudad. Su estancia en París se prolongó por ocho años, aprovechándola María del Carmen para tomar clases de literatura, pintura, danza, así como para el estudio de artes escénicas.

A la edad de veinte años, ya de regreso a México, conoció al cadete del Colegio Militar, Manuel Rodríguez, con el cual se casó, alentado éste -quizás- por la posición del padre de Carmen, o pensando también en la posibilidad de introducirse en la “casta” intelectual de la época. Se casaron en 1913. La pareja se fue a vivir a París, ciudad donde tuvieron la oportunidad de conocer y hasta convivir con afamados artistas de la época como: Pablo Picasso, Georges Braque y Diego Rivera, entre otros.

La vida de Carmen Mondragón estuvo muy vinculada a la de Antonieta Rivas Mercado, de cuya semblanza nos ocupamos la semana pasada en la sección cultural de este periódico, El Sol de Tampico. Manuel Rodríguez fue el pintor que, años después, resultó ser el gran amor de Antonieta Rivas Mercado, y que, por su inclinación al apapacho masculino, no le pudo corresponder en su amor.

Carmen Mondragón, al igual que Antonieta Rivas Mercado, recibió una esmerada educación artística y cultural en la cuna del arte de esa época, la ciudad de París.

El matrimonio Mondragón Lozano no fue del todo feliz. El matrimonio -que duró trece años- terminó en cuanto regresaron a México, probablemente fastidiada Carmen, de la homosexualidad de su marido, debiendo haber influido, además, la muerte de su único hijo, quien al parecer murió asfixiado accidentalmente por la madre.

Carmen conoció en una exposición al artista plástico, escritor y muy polémico Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl. Con este personaje sostuvo una tórrida y apasionada relación amorosa, siendo éste quien la bautizara como Nahi Olin -quinto movimiento o perpetuo movimiento, en náhuatl-, nombre por el que posteriormente Carmen fue más conocida.

Nahuita

"Niña linda con un ramo de flores acabadas de cortar -fiera como una serpiente en brama- rutilante de inteligencia como Minerva": Dr. Atl

Nahi Olin fue la musa de Gerardo Murillo, “Dr. Atl", para quien posó desnuda en innumerables ocasiones, siendo por ello motivo de gran escándalo.

Fue Nahi Olin una mujer que gustaba de mostrar y exaltar su sexualidad, la que manifestó en sus pinturas y en sus poemas. Se le atribuye a Nahi Olin la introducción de la minifalda en México.

Nahi Olin fue una mujer sumamente activa en el movimiento feminista. En 1935 fundó la Liga Feminista de Lucha contra las Toxicomanías, cuyo objetivo era la erradicación del vicio que tanto daño le hacía al país -y lo sigue haciendo-. Pero su lucha abarcaba, además: el derecho al voto femenino; la igualdad de género en el trabajo; el derecho a prestaciones laborales en el período de embarazo; el derecho a la posesión de tierras; el derecho de la mujer a la educación, entre otras cosas.

Formó parte de la Unión de Artistas y Artesanos Obrero Técnicos, Pintores, Escultores y Similares, siendo Nahi Olin una de las dos únicas mujeres incluidas en dicha unión.

"Soy un ser incomprendido que se ahoga para el volcán de pasiones, de ideas, de sensaciones, de pensamientos, de creaciones que no pueden contenerse en mi seno y por eso estoy destinada a morir de amor", Óptica cerebral: poemas dinámicos.

En sus últimos años de vida pública, dedicó la mayor parte de su tiempo a escribir y pintar. En esa época escribe poemas, reflexiones y aseveraciones con tintes científicos, contraponiéndose a la teoría de la relatividad.

En sus últimos años, ya en edad avanzada, Nahi Olin se aisló por completo del mundo. Vivía rodeada de su gran cantidad de gatos, manteniéndose de lo poco que le pagaban por las clases de pintura que impartía en una escuela primaria y por la exigua beca que le proporcionaba Bellas Artes. Se cuenta que se le veía por las calles de Tacubaya -en donde ella vivía-, ya en plena demencia senil, vendiendo fotos en que ella posaba desnuda cuando era joven. La chiquillería callejera hacía bulla de su figura decrépita y casi demencial gritándole… “ahí va la loca”.

Nahi Olin, mujer excepcional, murió el 23 de enero de 1978 y sus restos descansan en el Panteón Español de la Ciudad de México.

Gran precursora del arte quien fuera pintora, poetisa, modelo y de las primeras activistas del feminismo en México

La más bella niña de nuestro lugar hoy viuda y sola y ayer por casar… Luis de Góngora

El mundo del arte y la cultura en nuestro país no se puede concebir sin la aportación de la mujer mexicana. Mujeres que, en el pasado, lucharon a contracorriente en una sociedad preponderantemente machista; tiempos en que se le daba muy poco espacio al reconocimiento a sus expresiones artísticas, culturales y políticas. Se les advertía, acaso, por sus aportaciones mesiánicas destinadas al fomento de la cultura y el arte. Quizás, fuera de Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo y Rosario Castellanos, pocas son las mujeres mexicanas del mundo artístico-cultural, que sean lo suficientemente conocidas como protagonistas importantes en nuestro acervo cultural.

En esta ocasión, este espacio de Iridiscencias va al encuentro de una gran precursora del arte, quien fuera pintora, poetisa, modelo y de las primeras activistas del feminismo en México. Su belleza extraordinaria sirvió de inspiración a renombrados pintores de la época: María del Carmen Mondragón Valseca.

María del Carmen Mondragón Valseca (1893-1978), hija del general porfirista Manuel Mondragón y de Mercedes Valseca, nació en Tacubaya, México -hay quienes aseguran que nació en Veracruz-, en el seno de una acaudalada familia; familia cobijada bajo el régimen porfirista en donde el padre, general Mondragón, fuera pieza importante en la milicia de don Porfirio Díaz.

El general Mondragón (1859-1955) fue artillero egresado del Colegio Militar (1880), y fue él quien diseñó, entro otro tipo de artillería, el fusil autorrecargable de repetición, al que se le dio por nombre “fusil Mondragón”. El gobierno francés le otorgó la Orden Nacional de la Legión de Honor, la más conocida e importante de las distinciones que otorga dicho gobierno. Fue el mismo general Mondragón quien comandó inicialmente al grupo que pretendía derrocar al gobierno de don Francisco I, Madero. El general Bernardo Reyes participó también en la rebelión, y después de haber sido liberado por el general Mondragón junto con Félix Díaz, murió en este trágico asalto a la Ciudadela, conocida como la Decena Trágica (1913).

Cuando María del Carmen contaba con apenas cuatro años de edad, su padre, que encabezaba la comisión enviada por el gobierno mexicano a París para tratar asuntos militares, se trasladó con toda la familia a dicha ciudad. Su estancia en París se prolongó por ocho años, aprovechándola María del Carmen para tomar clases de literatura, pintura, danza, así como para el estudio de artes escénicas.

A la edad de veinte años, ya de regreso a México, conoció al cadete del Colegio Militar, Manuel Rodríguez, con el cual se casó, alentado éste -quizás- por la posición del padre de Carmen, o pensando también en la posibilidad de introducirse en la “casta” intelectual de la época. Se casaron en 1913. La pareja se fue a vivir a París, ciudad donde tuvieron la oportunidad de conocer y hasta convivir con afamados artistas de la época como: Pablo Picasso, Georges Braque y Diego Rivera, entre otros.

La vida de Carmen Mondragón estuvo muy vinculada a la de Antonieta Rivas Mercado, de cuya semblanza nos ocupamos la semana pasada en la sección cultural de este periódico, El Sol de Tampico. Manuel Rodríguez fue el pintor que, años después, resultó ser el gran amor de Antonieta Rivas Mercado, y que, por su inclinación al apapacho masculino, no le pudo corresponder en su amor.

Carmen Mondragón, al igual que Antonieta Rivas Mercado, recibió una esmerada educación artística y cultural en la cuna del arte de esa época, la ciudad de París.

El matrimonio Mondragón Lozano no fue del todo feliz. El matrimonio -que duró trece años- terminó en cuanto regresaron a México, probablemente fastidiada Carmen, de la homosexualidad de su marido, debiendo haber influido, además, la muerte de su único hijo, quien al parecer murió asfixiado accidentalmente por la madre.

Carmen conoció en una exposición al artista plástico, escritor y muy polémico Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl. Con este personaje sostuvo una tórrida y apasionada relación amorosa, siendo éste quien la bautizara como Nahi Olin -quinto movimiento o perpetuo movimiento, en náhuatl-, nombre por el que posteriormente Carmen fue más conocida.

Nahuita

"Niña linda con un ramo de flores acabadas de cortar -fiera como una serpiente en brama- rutilante de inteligencia como Minerva": Dr. Atl

Nahi Olin fue la musa de Gerardo Murillo, “Dr. Atl", para quien posó desnuda en innumerables ocasiones, siendo por ello motivo de gran escándalo.

Fue Nahi Olin una mujer que gustaba de mostrar y exaltar su sexualidad, la que manifestó en sus pinturas y en sus poemas. Se le atribuye a Nahi Olin la introducción de la minifalda en México.

Nahi Olin fue una mujer sumamente activa en el movimiento feminista. En 1935 fundó la Liga Feminista de Lucha contra las Toxicomanías, cuyo objetivo era la erradicación del vicio que tanto daño le hacía al país -y lo sigue haciendo-. Pero su lucha abarcaba, además: el derecho al voto femenino; la igualdad de género en el trabajo; el derecho a prestaciones laborales en el período de embarazo; el derecho a la posesión de tierras; el derecho de la mujer a la educación, entre otras cosas.

Formó parte de la Unión de Artistas y Artesanos Obrero Técnicos, Pintores, Escultores y Similares, siendo Nahi Olin una de las dos únicas mujeres incluidas en dicha unión.

"Soy un ser incomprendido que se ahoga para el volcán de pasiones, de ideas, de sensaciones, de pensamientos, de creaciones que no pueden contenerse en mi seno y por eso estoy destinada a morir de amor", Óptica cerebral: poemas dinámicos.

En sus últimos años de vida pública, dedicó la mayor parte de su tiempo a escribir y pintar. En esa época escribe poemas, reflexiones y aseveraciones con tintes científicos, contraponiéndose a la teoría de la relatividad.

En sus últimos años, ya en edad avanzada, Nahi Olin se aisló por completo del mundo. Vivía rodeada de su gran cantidad de gatos, manteniéndose de lo poco que le pagaban por las clases de pintura que impartía en una escuela primaria y por la exigua beca que le proporcionaba Bellas Artes. Se cuenta que se le veía por las calles de Tacubaya -en donde ella vivía-, ya en plena demencia senil, vendiendo fotos en que ella posaba desnuda cuando era joven. La chiquillería callejera hacía bulla de su figura decrépita y casi demencial gritándole… “ahí va la loca”.

Nahi Olin, mujer excepcional, murió el 23 de enero de 1978 y sus restos descansan en el Panteón Español de la Ciudad de México.

Gran precursora del arte quien fuera pintora, poetisa, modelo y de las primeras activistas del feminismo en México